El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), saluda la adopción de la resolución 2328 (2016) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cual solicita el acceso inmediato e irrestricto a un equipo de monitoreo de la ONU para observar las evacuaciones de civiles de la ciudad de Alepo, de conformidad con el derecho internacional humanitario.

Dicha resolución, promovida por Francia, y adoptada por todos los miembros del Consejo de Seguridad el 19 de diciembre, representa una importante respuesta de la ONU frente a la grave crisis humanitaria que enfrenta Siria, y en particular, la población civil de Alepo, después de dos resoluciones que no pudieron ser adoptadas por dicho órgano, en octubre y diciembre de este año, debido al uso del veto. Desde 2011, el Consejo ha vetado un total de seis proyectos de resolución sobre el conflicto sirio.  

Esta parálisis en el Consejo de Seguridad, como el órgano con la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacional, para atender de manera efectiva y oportuna la crisis en Siria, reafirma la importancia de poner límites al uso veto, particularmente en casos de atrocidades en masa.

México ha reiterado que dicho poder de veto no es un privilegio, sino una responsabilidad internacional por parte de los cinco miembros permanentes del Consejo para prevenir el sufrimiento humano. Por ello, desde 2014, México, junto con Francia, promueve la iniciativa para restringir, de manera voluntaria, el uso del veto por parte de los miembros permanentes de dicho órgano, en casos de crímenes de lesa humanidad y de guerra. Alrededor de cien países se han sumado en apoyo a dicha iniciativa.

México hace votos para que esta decisión del Consejo de Seguridad sea el primer paso hacia solución política y negociada al conflicto sirio. Asimismo, formula un llamado enérgico a todos los actores involucrados en este conflicto para reanudar cuanto antes las pláticas de paz, a fin de lograr una pronta y negociada solución a este conflicto que, en los últimos cinco años, ha resultado en la muerte de más de 300 mil personas y el desplazamiento de otras 6.5 millones.