Maestro Pablo Escudero, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; Senadora Gabriela Cuevas Barrón, Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República;

 

Distinguidas Senadoras y Senadores de la República:

 

La política exterior es una tarea amplia y de múltiples frentes que se construye día a día con el esfuerzo, el compromiso,  y el amor por México de todos quienes incidimos, desde nuestro respectivo ámbito: en su diseño,  análisis y conducción.

 

Es también, estoy convencida, una de las formas más nobles de servir a nuestro país. Por ello, aprovecho mi presencia ante esta Soberanía, para reconocer a las Senadoras y los Senadores de la República: por su trabajo profesional, su crítica desde la propuesta y su respaldo institucional a la Cancillería, para impulsar los temas que interesan a México, y que sirven a los mexicanos.

 

Particularmente, quiero destacar la ratificación de 35 Embajadores y Cónsules Generales, eje esencial de nuestra estrategia en Estados Unidos, y la reciente ratificación del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

 

Así, México se convierte en uno de los primeros países en validar este instrumento sin precedentes con el que estamos escribiendo la historia, y también estamos ganando el futuro.

 

La Cancillería a mi cargo promueve una política exterior a la vez moderna y soberana. Se trata de una política exterior con sentido y con valor social, de una diplomacia entendida como servicio público.

 

Es una política exterior orientada por nuestros principios, y enfocada a defender, promover y avanzar nuestros intereses.

 

Promovemos pues una “diplomacia de espejo” donde todo lo que se hace afuera, debe tener un reflejo  adentro, ara incidir, transformar y mejorar la vida de las personas; para que ante cada necesidad concreta, haya una solución tangible.

 

Para ello, durante el periodo 2015 – 2016, nuestra diplomacia ha estado guiada por cuatro ejes estratégicos: Primero: Diversificar nuestras relaciones políticas y comerciales con socios no tradicionales, al tiempo que cultivamos los vínculos estratégicos con nuestros aliados históricos.

 

Segundo: Mantener un activismo multilateral vigoroso y propositivo;  para seguir siendo un país que incide en el diseño de los acuerdos globales, y no uno que deba que jugar con reglas escritas por otros. 

 

Tercero: Promover el libre comercio y los procesos de integración, vitales para nuestro desarrollo nacional como un país con vocación exportadora, cuyo comercio exterior representa 63% de nuestro PIB.

 

Cuarto: Proteger y empoderar a nuestras comunidades en el extranjero. Como lo ha instruido el Presidente Peña Nieto, velar por el bienestar de los mexicanos, sin importar su lugar de residencia, es una prioridad permanente e irrenunciable del Gobierno de la República.

 

Permítanme a continuación ejemplificar, mediante acciones concretas, cómo durante el último año, el Gobierno de la República ha instrumentado esta visión en los hechos.

 

Empezaré por el plano multilateral, comentaré después nuestros avances y  logros en las diversas regiones estratégicas, y terminaré refiriéndome al caso particular de la relación México-Estados Unidos.

 

La participación de México en organismos multilaterales ha servido a un doble propósito: abanderar las mejores causas de la humanidad, a la vez que impulsamos con pragmatismo  los temas de la agenda internacional que nos importan.

 

El pasado 19 de abril, el Presidente Peña Nieto participó en la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre el Problema Mundial de las Drogas, un reto especialmente sensible para México, que encuentra parte de sus causas más allá de nuestras fronteras.

 

En esa importante cita, impulsamos la adopción de un nuevo consenso internacional, cuyo diseño incorporó las prioridades, la visión y las propuestas de México.

 

Entre nuestras aportaciones, sobresalen, privilegiar un esquema de prevención y salud pública, refrendar la corresponsabilidad de los grandes países consumidores y la creación de políticas que asuman el impacto diferenciado que este flagelo tiene en mujeres y niños; en suma: reconocer que el enfoque punitivo no es suficiente.

En el mismo tenor, como ustedes saben, el comercio ilegal de armas facilita que grupos criminales, extranjeros y locales, generen situaciones de violencia que atenta contra la seguridad de los mexicanos.

 

Como en el caso anterior, este fenómeno tiene un componente transnacional. Hay que mencionar que el 70% de las armas decomisadas en México, están vinculadas a un comprador o distribuidor en Estados Unidos.

 

Por eso, la diplomacia mexicana ha sido líder en la promoción de acuerdos multilaterales que regulen el tráfico de armamento, específicamente mediante el impulso al Tratado sobre el Comercio de Armas, para evitar que las éstas lleguen a manos equivocadas.

 

Con este objetivo que, en agosto participamos en la Segunda Conferencia de los Estados Parte del Tratado sobre el Comercio de Armas de la ONU, en Ginebra, cuya primera y definitoria reunión, el año pasado,  promovimos y auspiciamos en Cancún.

 

Otro avance en el ámbito multilateral es que, en sólo siete meses, desplegamos las primeras 12 postulaciones militares individuales para Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU en Haití, Sahara Oriental y Líbano.

 

Reanudar la participación de México en estas Operaciones es una de las decisiones de política exterior más importantes de tiempos recientes, que da cuenta del peso e influencia de nuestro país como un actor con responsabilidad global.

 

En paralelo a estos esfuerzos, la diplomacia mexicana participó activamente en el diseño y negociación de dos de los acuerdos más ambiciosos, trascendentes, y urgentes de nuestros tiempos: el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

 

Todos estos son ejemplos claros de una política exterior con visión de Estado y de largo aliento, que impulsa acciones que trascienden administraciones, y encuentra sólidos puntos de consenso interno.

 

Permítanme ahora usar como hilo conductor, nuestras cuatro fronteras, para continuar mi exposición sobre los avances y logros de este año.

 

Empecemos por nuestra costa Atlántica que, con 3,300 kilómetros representa el puente natural tanto al Caribe como hacia Europa.

 

Nuestra labor diplomática logró afianzar un diálogo de mayor cercanía con Cuba, y como resultado de ello, empresas mexicanas fueron las primeras con autorización para operar en la Zona Especial del Mariel, en medio del proceso de transformación económica que vive ese país.

 

Asimismo, con nuestros aliados caribeños, estamos aumentando el comercio y las inversiones bilaterales, […] así como la colaboración para construir una región más resilente, frente a los retos que impone el cambio climático, así como nuestra ubicación geográfica.

 

Para lograrlo, pusimos en marcha proyectos de cooperación en tres ámbitos prioritarios: prevención de desastres, fortalecimiento de mecanismos de medición geodésica, e interconectividad, mediante la Asociación de Estados del Caribe.

 

Con la Unión Europea, en junio llevamos a cabo la primera ronda de negociaciones para actualizar nuestro Acuerdo Global, vigente desde el año 2000, y que requería ya una puesta al día.

 

Se trata de un tema prioritario, pues el bloque europeo es el tercer socio comercial de México, y en él están 7 de nuestros 10 inversionistas principales.

 

De manera paralela a estas negociaciones con el bloque, desplegamos un robusto activismo bilateral con nuestros socios europeos. Por ejemplo, en la visita de Estado a Dinamarca, se suscribieron diversos acuerdos, entre los que destaca el encaminado a combatir la diabetes, uno de los principales problemas de salud que enfrenta México.

 

La visita de Estado a Alemania, con la que dio inicio el Año Dual entre ambos países, estuvo marcada por acuerdos en materia educativa y formación de capital humano.

 

En un sentido similar, el Año dual México–Reino Unido permitió que ese país sea el que recibe a mayor número de becarios del CONACYT. Desde el punto de vista comercial, resalta el caso de Italia, con quien logramos,  mediante diversos acuerdos, aumentar la inversión recibida en 50%: sólo entre finales de 2015 y principios de 2016.

 

Por su parte, con casi 8,000 kilómetros, nuestro litoral Este, que pasa por 11 entidades federativas, es el poderoso vaso comunicante entre México y Asia-Pacífico, la región más dinámica del mundo que está creciendo a tasas promedio de 6.3%, y en 2015 representó 40% del crecimiento económico global.

 

Ahí, participamos en el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, mejor conocido como TPP. Se trata del proyecto comercial más ambicioso a la fecha: por la gama de temas que contempla, los altos estándares que establece y su membresía: 12 países de 4 regiones geográficas que juntos suman el 37% del PIB  global, el 20% del comercio,  y el 33% de la inversión extranjera directa.

 

Los socios del TPP representan tres cuartos del comercio exterior de México, y más de la mitad de la Inversión Extranjera Directa que recibimos. Una vez que este acuerdo entre en vigor, obtendremos acceso a un mercado de 157 millones de consumidores potenciales.

Este tratado convertirá a América del Norte en una plataforma de exportación a Asia-Pacífico, y fortalecerá nuestras cadenas trilaterales de valor, modernizando y robusteciendo de facto el TLCAN.

 

Además de sus beneficios comerciales, el TPP permitirá construir una relación política y de cooperación con países de la zona que se proyecta como el gran eje de poder económico en el siglo XXI, y con quienes hasta el momento, tenemos un vínculo escaso.

 

Quiero aprovechar para reconocer la labor del Senado tanto en la discusión previa como en la que se realiza actualmente para la aprobación del TPP.

 

Al mismo tiempo, fortalecimos la relación bilateral con China, que no es parte del TPP y con quien logramos abrir mercado para productos mexicanos como: la mora azul, el aguacate de Jalisco, el sorgo, la frambuesa, la zarzamora, la carne de cerdo y el tequila.

 

Además, aumentamos la cooperación en materia de inversión, minería, y asuntos aduaneros, entro otros rubros prioritarios.

 

Asimismo, este año recibimos visitas de los Jefes de Estado de dos aliados estratégicos e integrantes del G20: por un lado, la Presidenta de la República de Corea, que es nuestro segundo socio comercial en esa región  y el sexto en el mundo.

 

Y el Primer Ministro de la India Narendra Modi, la primera que hace un mandatario de este país en 30 años, con quien además acordamos elevar nuestra relación a nivel de Asociación Estratégica.

 

Finalmente, aprovecho para destacar la gira de trabajo que realizó el Presidente Enrique Peña Nieto a la Península Arábiga, la primera de un mandatario mexicano en cuatro décadas al Reino de Arabia Saudita y Kuwait, y la primera en la historia a Emiratos Árabes Unidos y Qatar.

 

En esa ocasión concretamos 46 acuerdos específicos en diversas materias, y a raíz de ello ya hay empresas mexicanas incursionando en esos mercados.

 

Distinguidas señoras y señores senadores de la República, este esfuerzo por diversificar nuestras relaciones, ha sido armónico con el avance en la agenda, las acciones y los proyectos de cara a nuestros aliados tradicionales y estratégicos.

 

Para México, contribuir a la prosperidad, seguridad y desarrollo de Centroamérica, es un imperativo ético y una necesidad pragmática, a la que nos sumamos mediante la Cooperación Internacional para el Desarrollo.

 

El Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica es el principal mecanismo de articulación de estos esfuerzos.

 

Entre los logros más visibles pueden citarse: el avance en el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central, el lanzamiento de la Autopista Mesoamericana de la Información, y el avance en la modernización del Corredor Pacífico, una arteria logística y comercial,  que va desde Puebla hasta Panamá.

 

Asimismo, junto con el Gobierno de Alemania y la organización Save the Children, pusimos en marcha el proyecto para prevenir la migración de niñas, niños y adolecentes no acompañados en el Triángulo del Norte que beneficiará directamente a más de 6,000 menores y alcanzará hasta 30,000 personas de forma indirecta.

 

Por su parte, en Sudamérica, este año dimos pasos importantes en el marco de la Alianza del Pacífico. El pasado primero de mayo, liberalizamos el 92% de los bienes y servicios dentro de este bloque  de 225 millones de consumidores  y  creamos el mercado bursátil más grande de la región.

 

Profundizamos nuestros intercambios académicos, y gracias a la eliminación del requisito de visa,  el número de turistas de estos tres países a México aumentó en 100% hasta el año pasado.

 

En el Cono Sur, durante este año México generó un reacercamiento estratégico con los dos países más influyentes de la región, y con quienes en años pasados había mediado un distanciamiento.

 

En su visita de Estado a Argentina, los presidentes Peña Nieto y Mauricio Macri decidieron renovar la relación bilateral. Significativamente,  acordaron la revisión y ampliación del Acuerdo de Complementariedad Económica (ACE6),  que no había sido actualizado en 29 años. Además, concluyeron  negociaciones para cooperación en materia vitivinícola,  de pesca y acuacultura, fitosanitaria, y ciencia y tecnología.

 

Con Brasil, decidimos ampliar el Acuerdo de Complementación Económica,y acordamos la protección recíproca del Tequila y la Cachaça, así como formalizar el nuevo Índice de Contenido Regional en materia automotriz, un sector estratégico para nuestro país, el primer productor de América Latina, el primer exportador de vehículos ligeros en la región y el cuarto exportador en el mundo.

 

Finalmente, hemos dado pasos decisivos para profundizar la institucionalización, vitalidad y alcance de nuestra integración con América del Norte, bajo la premisa de convertirnos en la región más competitiva del mundo.

 

Este año reactivamos la Cumbre de Líderes de América del Norte, que celebró su 8ª edición en Ottawa, donde los Presidentes Peña Nieto y Barack Obama, junto al Primer Ministro Justin Trudeau, acordaron compromisos concretos, entre ellos: la Alianza del Clima, Energía Limpia y Medio Ambiente, cuyo objetivo es reducir las emisiones regionales de metano entre 40% y 45%  para 2025, y aumentar las fuentes de energía limpia en 50% para el mismo año.

 

Este paso es histórico, pues nunca antes los tres países habíamos logrado coincidir en esta agenda.

 

A nivel bilateral, con la visita de Estado del Presidente Peña Nieto a Canadá, en julio pasado, renovamos esta relación, con base en tres ejes: competitividad, diversidad y sustentabilidad.

También empezamos a construir un vínculo más estrecho con los gobiernos de las provincias,  en particular con Quebec y Ontario, a quienes el sistema canadiense otorga un peso propio. 

 

En este sentido, un logro muy revelador de esta nueva etapa de entendimiento es que durante aquélla visita, se anunció la eliminación del requisito de visa para turistas mexicanos, que entrará en vigor a partir del uno de diciembre próximo.

 

Honorables senadoras y senadores de la República, sé que un interés central de este honorable pleno, al igual que de muchos ciudadanos, es nuestra relación bilateral con Estados Unidos.

 

Particularmente, en el contexto de un proceso electoral  atípico, convulso y en gran medida imprevisible en el que México y los mexicanos se han vuelto parte de la discusión política, como nunca antes en la historia.

 

Ante todo, quiero decir con claridad que, más allá de esa coyuntura, los dos países hemos construido una relación multifacética, madura, e institucional.

 

Decir también, que éste es un mérito compartido a lo largo de años de trabajo, en los que ha participado: el Ejecutivo Federal, los gobiernos locales, y por supuesto el Poder Legislativo.

 

Pero también los empresarios, los estudiantes, los líderes de opinión, la sociedad civil y sobre todo nuestras comunidades y migrantes han sido los arquitectos, garantes y la fuerza viva que mantiene a ambos lados de la frontera, los vínculos robustos provechosos y permanentes entre México y Estados Unidos.

 

Los Presidentes Peña Nieto y Barack Obama han sostenido nueve encuentros bilaterales, de los cuales tres sucedieron en el presente año, periodo en el que se lograron avances puntuales y de largo aliento.

 

En particular, seguimos dos estrategias: Por un lado diversificar nuestra agenda, para que vaya más allá de los temas tradicionales de seguridad; por el otro lado, institucionalizar los mecanismos bilaterales, para que trasciendan coyunturas y administraciones.

 

Hemos logrado en ese sentido, avances significativos para hacer que nuestra frontera sea más eficiente y el tránsito de mercancías y personas más ordenado y seguro. Hemos aumentado la movilidad académica y dado pasos firmes para seguir construyendo a la región de América del Norte como la más competitiva y dinámica del mundo.

 

Señoras y señores Senadores, hoy ante los desafíos que enfrentamos y a la luz de las oportunidades que está a nuestro alcance aprovechar, a nadie conviene un apolítica exterior debilitada, fragmentada o dividida. Quienes incidimos en ella, estamos llamados a cerrar filas y a encontrar coincidencias. Porque por encima de ideologías, agendas particulares o de partido, todos compartimos el compromiso y la convicción de servir a nuestro país.

 

La Cancillería y el Senado de la República  a lo largo de este año, de modo que les reitero mi agradecimiento, mi disposición y mi compromiso de continuar por esta ruta.

 

Creo, al mismo tiempo, que todavía hay mucho espacio, para fortalecer esta relación a través del diálogo, para que tengamos un intercambio de puntos de vista, y espacios de trabajo conjunto cada vez más cotidianos.  

                

Muchas gracias.

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