Un paradigma para el siglo XXI Claudia Ruiz Massieu, Secretaria de Relaciones Exteriores y Premio a la Mujer del año 2015. Reforma, 6 de diciembre, 2015.

El siglo XX fue el siglo del resurgimiento del movimiento feminista, de la búsqueda de lograr una conciencia pública universal de que la brecha entre hombres y mujeres, en lo político, lo económico y lo social, es un asunto que atañe a la comunidad internacional en su conjunto y a cada persona por igual.

En México, tenemos una política de Estado en la que concurren todos los poderes y niveles de gobierno para avanzar hacia dichos objetivos. El compromiso del gobierno del presidente Peña Nieto con la igualdad de género es firme e irreversible. La perspectiva de género como eje transversal del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 garantiza que cada programa o política pública del gobierno avance hacia la igualdad sustantiva.

En 2013, tras una iniciativa del Presidente, se aprobó la reforma constitucional que garantiza el principio de paridad en candidaturas a legisladores; hoy 42% de los diputados federales son mujeres.

Contamos con un Sistema Nacional para la Igualdad, en el que cada secretaría debe instrumentar políticas, programas y acciones en este sentido. En la Secretaría de Relaciones Exteriores, además de dar seguimiento a los compromisos internacionales de México en materia de género, diseñamos e implementamos políticas para cumplir con nuestra responsabilidad. Capacitamos a nuestros servidores públicos para que puedan brindar ayuda a las mujeres o niñas víctimas de violencia o trata en el exterior. Hemos incorporado figuras y espacios para responder mejor a la realidad y derechos de las mujeres y hombres que trabajan en la institución, como lo son la licencia de paternidad por alumbramiento o adopción y la apertura de espacios de lactancia en la Cancillería.

Nos hemos sumado a iniciativas internacionales para elevar la visibilidad de la violencia de género y contribuir a crear conciencia sobre los temas de la agenda, como las campañas "Únete contra la violencia", de ONU Mujeres, o He for She, o iluminar de naranja la Cancillería.

Hoy 39% del personal del servicio exterior son mujeres y el 26% tienen rango de embajadoras: tenemos 26 mujeres como titulares de representaciones en el exterior. Me entusiasma haber encabezado la toma de protesta de la nueva generación de graduados del servicio exterior mexicano, en la que por primera vez hay más mujeres que hombres.

Modificar los elementos estructurales que impiden el desarrollo pleno de las mujeres es un compromiso que debemos asumir diariamente. Porque a pesar de los significativos avances, hoy en México la brecha salarial entre mujeres y hombres es de por lo menos 20%, cada día 7 mujeres son asesinadas por el hecho de serlo, 3 de cada 10 niñas y mujeres son agredidas en su vivienda y 25% de las mujeres trabajadoras son víctimas de acoso, hostigamiento o discriminación.

Cambiar de fondo esta realidad es un asunto de derechos humanos, de justicia, de desarrollo, pero también, de sentido común.

Construir un país con desarrollo incluyente y verdaderamente sostenible no puede lograrse si se margina o impide que la mitad de la población participe de la toma de decisiones y si se limitan las opciones para que esa mitad pueda desarrollar sus plenas capacidades.

Debemos construir un nuevo escenario de normalidad donde nadie se sorprenda si hay mujeres en los espacios más altos de decisión, si una mujer trabaja, opina, disiente, opta. Debemos avanzar en el tránsito hacia un nuevo paradigma donde no haya profesiones u opciones para "hombres" y para "mujeres", donde simplemente haya personas y ciudadanos, ejerciendo y gozando de sus derechos, viviendo conforme a sus preferencias y convicciones, poniendo su parte para la consolidación del gran México del siglo XXI.