La participación de representantes de los gobiernos de la región, organizaciones civiles, organismos internacionales y expertos de distintas regiones del mundo permitió analizar medidas para prevenir estos fenómenos y contribuir con insumos específicos en discusiones y negociaciones internacionales sobre drogas.
Este diálogo constituye un paso importante para el reconocimiento y la atención de los daños sociales: aquellos problemas estructurales, que son agravados por el mercado ilícito de drogas: la violencia, la ruptura del tejido social y la exclusión.
Conclusiones emanadas del Diálogo