Para el Gobierno de México todos los derechos humanos de los individuos y, en particular de los migrantes, deben ser respetados y protegidos, independientemente de su calidad migratoria. En este sentido, la política exterior mexicana en materia de derechos humanos de los migrantes se basa en los siguientes principios:

 

La no criminalización del migrante, sin importar su estatus migratorio,

El control migratorio supeditado a los estándares de derechos humanos universalmente reconocidos,

La universalidad de los derechos humanos independientemente de la condición migratoria.

La responsabilidad compartida de países de origen, tránsito y destino para atender de manera integral el fenómeno de la migración.

 

 

"México frente al fenómeno migratorio: una visión para el siglo XXI"