Seguro has comido alguna vez semillas de calabaza. Se les conoce más como “pepitas”, y pueden presentarse con o sin cáscara, saladas y tostadas, pero ¿sabías que la calabaza es uno de los muchos cultivos que fueron domesticados en México  hace más de 8000 años?

/cms/uploads/image/file/265771/calabaza1.jpg

En la última década la superficie cultivada se ha incrementado más de 100%. Durante 2016, cifras preliminares indican que se obtuvieron 30,400 toneladas en 17 estados de la república, siendo los más representativos Zacatecas, Campeche y Guerrero, los cuales concentraron 71% de la producción total, con rendimientos promedios de 500 kg/ha y precios al productor de 30 a 55 pesos por kilogramo. El municipio de Sombrerete, Zacatecas, es el líder en la producción con una superficie total de 11,602 hectáreas.

/cms/uploads/image/file/265772/calabaza2.jpg

La calabaza puede crecer desde el nivel del mar hasta los 2700 msnm. En muchas regiones se cultiva acompañada del maíz y/o frijol. Hoy se puede encontrar como monocultivo por la importancia comercial que tiene el aprovechamiento de su semilla, la cual contiene proteína, fibra, vitaminas A, K  y B, Omega 3 y 6, y minerales como el magnesio, manganeso, hierro y zinc. Por su alto poder antioxidante se recomienda su consumo a personas diabéticas ya que presenta alta alcalinidad.

/cms/uploads/image/file/265773/calabaza3.jpg

Las semillas tostadas y saladas se consumen en forma directa y son el condimento principal para la elaboración de los moles conocidos como “pipianes”, uno de los platillos prehispánicos y característico de la cuaresma en diversas localidades de Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, San Luis Potosí, Morelos y Veracruz.

/cms/uploads/image/file/265787/calabaza4.jpg

Si quieres conocer más acerca de cultivos domesticados, consulta el Atlas agroalimentario 2016, págs. 16-17 :

http://nube.siap.gob.mx/gobmx_publicaciones_siap/