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Palabras del Secretario de Hacienda y Crédito Público, en la conmemoración del 90 Aniversario del Banco de México

Uno de los privilegios más importantes que tiene un Secretario de Hacienda en México, es trabajar de manera estrecha y muy coordinada con el Banco de México. Es, sin duda, todos los días una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal.

Secretaría de Hacienda y Crédito Público | 14 de octubre de 2015

Señor Presidente de México, Enrique Peña Nieto;

Señor Gobernador del estado de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval, muchas gracias por su anfitriona;

Saludo con admiración y respeto  a los secretario de la Defensa Nacional, el General Cienfuegos, y de la Marina Armada de México, el Almirante Vidal Soberón;

Saludo al Director de la Casa de Moneda, Guillermo Hopkins;

Y de manera muy particular, junto con el resto de los integrantes del presidium, saludo a quienes integran la Junta de Gobierno del Banco de México, al Doctor Agustín Carstens Carstens, Gobernador; a los Subgobernadores Manuel Sánchez, Roberto Del Cueto, Manuel Ramos Francia y Javier Guzmán.

Uno de los privilegios más importantes que tiene un Secretario de Hacienda en México, es trabajar de manera estrecha y muy coordinada con el Banco de México. Es, sin duda, todos los días una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal.

La Secretaría de Hacienda y el Banco de México por mandato de Ley hacemos muchas cosas juntos,  somos parte de la Comisión de Cambios que define la política cambiaria de nuestro país, integramos el Consejo de Estabilidad  del Sistema Financiero,  participamos juntos en las actividades de regulación de nuestro sistema financiero, participamos en los consejos de las comisiones y de los bancos de desarrollo y participamos juntos en diversos foros internacionales.

Asimismo, el Banco de México provee, por mandato de Ley, distintos servicios al Gobierno Federal; es, por ejemplo, el fiduciario del recientemente creado en la reforma energética, Fondo Mexicano del Petróleo; es nuestro agente fiduciario y lo hace con excelencia, por ejemplo, en las  operaciones de cobertura petrolera que realizamos año con año.

Pero tal vez, el servicio más importante que presta el Banco de México, no solamente los integrantes de la Junta de Gobierno, sino el extraordinario equipo profesional y técnico que tiene el Banco, es actuar, por mandato de Ley, como asesor financiero y económico del Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Es, sin duda, un recurso invaluable para la formación de la política pública, contar siempre con el consejo constructivo, respetuoso y altamente experto del Banco de México.

Y aquí aprovecho para felicitar al doctor Agustín Carstens por su ratificación, a propuesta del Presidente Enrique Peña Nieto, como Gobernador del Banco de México, por el Senado de la República.

Estoy seguro, Agustín, que para los mexicanos tu ratificación es un motivo de gran confianza, igual que para los mercados financieros internacionales y, créanme, también es un gran motivo de tranquilidad para el Secretario de Hacienda.

Con el Banco de México hacemos muchas cosas juntos, pero sin duda, lo más importante para lo que trabajamos, es para preservar la estabilidad de nuestra economía, y el Banco de México desde 1993 tiene un mandato constitucional único; preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional. Y sin duda alguna, desde su autonomía -como ya lo relataba el señor Gobernador del Banco de México- ha sido una misión cumplida.

Y recordemos que la inflación, es algo que tal vez se olvida por la distancia en el tiempo, que allá afortunadamente desde los últimos episodios de alta la inflación, la inflación es el impuesto más regresivo que puede enfrentar una economía. Nada daña más a la economía familiar, particularmente de los que menos tienen, que las altas inflaciones.

Y permítanme compartir algunos datos que lo ilustran: Entre 1980 y 1989 la inflación anual promedio en México fue de 69.9%; según la CEPAL, en ese mismo periodo los salarios reales en México disminuyeron 24.8% en términos reales. Es decir, el poder adquisitivo del salario de los trabajadores perdió una cuarta parte de su valor, producto de la alta inflación.

Tan sólo en el episodio de inflación de 1995 y 96, donde la inflación promedio fue del 35% anual, los salarios reales perdieron 21% de su capacidad de compra. Contrastemos eso con lo que está ocurriendo hoy en México.

 

Decía ya el gobernador Carstens: tenemos hoy la inflación más baja desde que se mide a nivel nacional, una inflación a septiembre del 2.52 por ciento ¿Qué le está ocurriendo en ese mismo periodo a los salarios reales? Los salarios reales están creciendo, están creciendo a una tasa anual del 1.3% según los datos de enero a septiembre de 2015. Este es el mayor crecimiento del poder adquisitivo del salario de los trabajadores, desde el año 2001.

Este es el sentido social de la estabilidad, particularmente de la baja inflación. Y la baja inflación, por supuesto, en mucho tiene que ver con las reformas estructurales, que han permitido la reducción de precios tan importantes en la economía, como las tarifas eléctricas o las tarifas de telefonía, pero sobre todo tiene que ver con el trabajo que dentro de su autonomía lleva a cabo todos los días el Banco de México.

Cuando la baja inflación se combina además con buenos datos en materia de empleo -y hay que recordar que en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto se han integrado ya más de un millón 600 mil empleos formales, y que la tasa de desempleo ha llegado ya a los niveles anteriores a la crisis de 2008- podemos entonces ver que el consumo de los mexicanos crece.

¿Cómo está creciendo hoy el consumo de las familias mexicanas? Ahí están las cifras, por ejemplo, de las tiendas de autoservicio y departamentales, que están creciendo en términos reales a una tasa del 6.9%, ya con cifras a septiembre.

Están también las ventas de vehículos en el mercado doméstico, que están creciendo más el 20%, o las cifras del consumo privado que nos da el INEGI, que al primero de julio indican un crecimiento del 3.4% en términos reales, del consumo.

El consumo, el poder adquisitivo de las familias mexicanas, es decir, el bolsillo de los mexicanos es, sin dudas, la prioridad de la política económica del Presidente Enrique Peña Nieto, y esto sólo se puede lograr contando con el respaldo, con la eficacia y, sobre todo, la credibilidad de un gran Banco Central como el que tiene México.

Quiero terminar mi intervención, primero, saludando y celebrando a nuestras fuerzas armadas y particularmente a la Fuerza Aérea Mexicana. Me da mucho gusto que la Casa de Moneda trabajó junto con el Banco de México para la emisión de esta moneda conmemorativa de 20 pesos, que es una moneda de curso legal. Qué mejor manera de recordarle a toda la población del heroísmo, del valor, de la lealtad de los soldados del aire, que una moneda de curso legal que estará en las manos de todos.

Y en segundo lugar quiero refrendar que en materia de política macroeconómica, la prioridad que nos ha señalado el Presidente Enrique Peña Nieto es muy clara: mantener la estabilidad; a través de una política fiscal responsable, a través de la reducción de nuestras necesidades de financiamiento externo, consolidar la estabilidad, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para lograr lo más importante, cuidar la economía de las familias mexicanas.

Muchas gracias y muchas felicidades.

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