Muy buenos días a todas y a todos.

Es un privilegio estar nuevamente en esta Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer. Agradezco mucho a Bancomer esta invitación, como hemos tenido la oportunidad en años anteriores, es un privilegio estar aquí con ustedes.

He preparado una presentación corta, con algunas consideraciones sobre la evolución de nuestra economía, los retos que enfrentamos, cuál es la evolución de los indicadores y qué podemos esperar hacia adelante, desde la perspectiva del Gobierno de la Republica; y después tendremos una sesión de diálogo con Luis Robles, si no me equivoco, lo cual me dará mucho gusto hacer.

Déjenme empezar con una reflexión sobre el entorno en el cual está desempeñado en nuestra economía, y me refiero al entorno, en primer lugar, internacional.

Claramente el entorno internacional presenta retos muy importantes para nuestra economía, y están pasando simultáneamente fenómenos que hacen particularmente compleja la conducción de la política económica.

Destaco tres, dos de ellos ilustrados en esta primera lámina. En primer lugar, la inminente normalización de la política monetaria en Estados Unidos, que lo que significara es que pronto --no sabemos exactamente cuándo, ni cómo, pero es un hecho-- se normalizará la política monetaria en los Estados Unidos, y esto significará un alza en las tasas de interés en nuestro vecino del Norte.

Y esto, a su vez, tendrá efectos en los mercados financieros y está teniendo ya efectos en los mercados financieros, donde se espera un mayor flujo de capitales hacia los activos denominados en dólares, particularmente en los mercados de deuda y, por lo tanto, menor disponibilidad, menor liquidez para los mercados emergentes en su conjunto, incluyendo la economía mexicana.

De hecho, el viernes pasado, cuando se dio a conocer un dato de empleo en los Estados Unidos mejor de lo que esperaban los mercados, esto de inmediato significó una apreciación notable del dólar frente al resto de las divisas del mundo, en virtud de que se anticipa que pronto se normalizará la política monetaria en los Estados Unidos.

Quiero destacar que el hecho de que se normalice la política monetaria en Estados Unidos es una buena noticia para México porque significa que la economía de los Estados Unidos ha retomado su ritmo de crecimiento. Sin embargo, la volatilidad que se generará en los mercados internacionales y particularmente la menor disponibilidad de capitales en los mercados emergentes es algo que, sin duda, representa un reto para la economía mexicana y un reto para el cual nos hemos venido preparando.

Este reto ocurre al mismo tiempo en el que se ha presentado otro reto también muy importante para la economía mexicana, que es una reducción muy importante en el precio del petróleo.

En unos cuantos meses tuvimos una reducción del precio del petróleo que fue no anticipada, no se preveía en los mercados una reducción tan abrupta del precio del petróleo, fue sorpresiva, fue abrupta, pero sobre todo, y esto es lo que tenemos que tener en cuenta en la conducción de las finanzas públicas, es que es una reducción del precio del petróleo que difícilmente se va a revertir en el corto plazo.

Es decir, las finanzas públicas mexicanas tienen que adaptarse a una nueva realidad.

Quisiera yo destacar un tercer fenómeno que sin duda hace complejo el entorno internacional para México, que es el bajo crecimiento global.

Todas las regiones del mundo están experimentando crecimientos menores a los que se preveía hace apenas unos meses y esto, sin lugar a dudas, junto con la expectativa de mayores tasas en Estados Unidos, mayores tasas de interés en Estados Unidos y un precio del petróleo que es menor al que estábamos acostumbrados a tener en los últimos años es un reto, representa un reto muy importante para nuestra economía.

¿Cómo estamos enfrentando este entorno internacional complejo? Fundamentalmente lo estamos enfrentando a partir de tres pilares.

El primero, mantener los sólidos fundamentos macroeconómicos de la economía mexicana, esto implica mantener finanzas públicas estables, sostenibles; esto implica, por lo tanto, que ante la caída en el precio del petróleo hemos hecho ajustes para mantener la solvencia, la credibilidad de la trayectoria fiscal de México, particularmente mediante un ajuste al gasto público.

En enero de este año se anunció, anunciamos una reducción al gasto público relevante, del 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto, 124 mil millones de pesos, y hemos ya informado conforme nos manda la ley a la Cámara de Diputados el último día de marzo, que se anticipa, anticipamos que en la construcción del Presupuesto 2016 tendremos un ajuste adicional de alrededor de 135 mil millones de pesos, construido a partir de una metodología de presupuesto base cero.

Es decir, ante la reducción de los ingresos públicos el Gobierno de la República ha reaccionado, no incrementando los impuestos ni incrementando la deuda, sino haciendo una reducción en el gasto del Gobierno Federal; es decir, es el Gobierno Federal, no las familias, no las empresas mexicanas las que se están apretando el cinturón ante esta coyuntura internacional.

Y estos sólidos fundamentos en las finanzas públicas se complementan con una política monetaria autónoma, creíble, con una solidez notable del Sistema Bancario; el Sistema Bancario Mexicano tiene niveles de capitalización mejores de los existen en los sistemas bancarios, tanto de nuestro vecino del Norte, Estados Unidos, como de Europa.

Y tenemos cuentas externas claramente que no representan una vulnerabilidad para la economía, por ejemplo, el déficit en la cuenta corriente. En México claramente es muy inferior a lo que hay en otros países de América Latina, por ejemplo.

El segundo elemento para enfrentar esta condición compleja en los mercados internacionales, en la economía mundial es preservar la liquidez en el mercado cambiario. Desde hace más de 20 años, en México, el tipo de cambio no lo fija el Gobierno, no lo fija el Banco de México, lo fija el mercado, lo fijan la oferta y la demanda, y la obligación, el objetivo de la política cambiaria es asegurar el orden en el mercado cambiario y la liquidez en el mercado cambiario.

Y ésta seguirá siendo la prioridad de la Comisión de Cambios que integramos la Secretaría de Hacienda y el Banco de México respaldada con suficiente liquidez tanto por la cantidad de reservas internacionales que tenemos superior a los 193 mil millones de dólares, más una línea de crédito flexible que renovamos el año pasado, a finales del año pasado con el Fondo Monetario Internacional por cerca de 70 mil millones de dólares adicionales.

Es decir, tenemos la liquidez suficiente para garantizar el funcionamiento ordenado del mercado cambiario, aún en momentos de alta volatilidad que pudieran presentarse sobre todo ante los ajustes en la política monetaria en los Estados Unidos o en otras latitudes.

Y finalmente México enfrenta el complejo entorno internacional como uno de los países que tiene una de las agendas de transformación estructural de Reformas profundas más notable que existe hoy en el mundo. Las Reformas Estructurales impulsadas por el Presidente Enrique Peña Nieto, y aprobadas por una amplia mayoría en el Congreso de la Unión, sin duda hoy posicionan a México como uno de los países que tiene mejores perspectivas de acelerar su crecimiento, de atraer inversión y de generar empleos.

Y hoy es una prioridad fundamental de la administración, el implementar de forma oportuna, exhaustiva, las distintas Reformas Estructurales, las 11 Reformas Estructurales que se lograron los primeros dos años de la Administración, y, sin duda, hoy ya tenemos algunos resultados alentadores derivados de la implementación de estas Reformas.

Entonces, en resumen es un entorno internacional complejo, marcado por inminentes alzas en las tasas de interés, reducción del precio del petróleo, bajo crecimiento mundial, pero México las enfrenta ratificando una conducción macroeconómica basada en la responsabilidad y en la estabilidad, asegurando la liquidez en los mercados financieros particularmente en el mercado cambiario y continuando con la implementación completa, exhaustiva de las Reformas Estructurales.

Esto ha representado que cuando comparamos cómo le ha ido a México en los mercados financieros respecto a otras economías emergentes es estos tiempos complejos, los indicadores son contundentes. Claramente los mercados internacionales en estos momentos de complejidad le han dado un trato más favorable a México que a otras economías con las que nos podemos comparar.

En la gráfica que tienen ustedes en la pantalla analizamos el cambio en tres variables a partir del 31 de diciembre de 2012 a la fecha: la depreciación del tipo de cambio frente al dólar estadounidense; el incremento medido en puntos bases en los Bonos en moneda local a 10 diez años, y los swaps de default crediticio a cinco años, también medidos en puntos base.

Como pueden ustedes ver la depreciación del tipo de cambio en México frente al dólar ha sido de 21 por ciento, claramente inferior a la observada en Indonesia, Turquía, Sudáfrica, por supuesto, en Rusia, o incluso en Colombia. Si nos comparamos, por ejemplo, con Brasil, la depreciación ha sido del 51 por ciento, en Colombia del 47 por ciento.   

Lo mismo si vemos cómo se han incrementado las tasas por los rendimientos del Bono local a 10 años; mientras que en México el incremento ha sido solamente de 88 puntos base.

En otros países, por ejemplo, en Turquía ha sido de 293 puntos base, en Brasil de 328 puntos base. Y el mismo análisis lo podemos hacer en los swaps de default crediticio.

Esto quiere decir que los mercados internacionales reconocen en la conducción económica de México, en sus fundamentos y en los cambios que están ocurriendo a partir de la agenda de reformas estructurales, una economía que tiene elementos que la hacen diferente, de diferenciación, es decir, frente a otros mercados emergentes.

Déjenme compartir con ustedes algunas cifras y algunas reflexiones en torno al desempeño de nuestra economía.

En este entorno externo, complejo, de bajo crecimiento global, México, conforme a las cifras del primer trimestre, donde nuestra economía avanzó un 2.5 por ciento, está creciendo más que otras economías de América Latina, incluso aquellas que en los últimos años han crecido claramente más que México, como Chile o Perú, está creciendo más que el promedio de la OECD.

Está creciendo claramente más que la economía de los  Estados Unidos, que tuvo un desempeño negativo, un crecimiento negativo, en el primer trimestre de 2015.

Esto quiere decir que a pesar de un entorno internacional desfavorable, la economía nacional está teniendo un mejor desempeño que el resto de las economías emergentes, y claramente mejor que el de las economías desarrolladas.

Otra cosa importante es que el crecimiento económico de México, aún en este entorno internacional complejo, se está acelerando si lo comparamos con los trimestres anteriores, incluyendo el primer trimestre del año pasado.

Parte importante de por qué está creciendo nuestra economía es que continúa un ritmo de crecimiento vigoroso en las exportaciones no petroleras, particularmente en las exportaciones manufactureras.

El primer cuatrimestre del año las exportaciones no petroleras crecieron 5.2 por ciento anual, esto es superior al crecimiento de la economía.

Es notable destacar esto porque ocurre en un momento en que la economía de nuestro principal socio comercial, que son los Estados Unidos, tuvo una contracción. Es decir, y así lo muestran también las cifras de la balanza comercial estadounidense, México ganó participación de mercado en las importaciones de los Estados Unidos.

Esta es una cifra muy alentadora y que habla de la gran competitividad que se ha desarrollado en los últimos por lo menos 20 años, particularmente a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en nuestra industria manufacturera.

En materia de inversión, claramente la inversión está teniendo un repunte relevante. Este es un primer componente del mercado interno, la inversión, que muestra recuperación; la inversión en marzo, el dato más reciente de la inversión fija bruta dada a conocer por el INEGI, muestra un crecimiento anual del 6.6 por ciento, incluso si se elimina la estacionalidad, el crecimiento mes a mes de marzo a febrero, según el INEGI, fue un crecimiento notable en marzo del 4 por ciento. Este es el mayor crecimiento mensual desde enero de 2011.

Es decir, uno de los determinantes de por qué empieza a acelerarse el crecimiento en México es que la inversión fija bruta, es decir, la inversión en maquinaria y en equipo de transporte, y en el sector de la construcción, está acelerando su crecimiento, está creciendo por encima de las tasas de crecimiento de la economía.

Y un componente importante que explica esta evolución favorable es el comportamiento de la inversión extranjera directa, que en el primer trimestre de 2015 tuvo el mejor desempeño del que se tiene registro para un primer trimestre del año; es decir, claramente la inversión tanto doméstica como extranjera está contribuyendo a dinamizar el desempeño de nuestra economía.

Otro determinante importante ha sido el desempeño en la primera parte del año del mercado de trabajo, tanto en las cifras de creación de empleo formal, que tiene un crecimiento superior al 4 por ciento en los primeros meses del año, como en la disminución de la tasa de desempleo abierto.

Y hay que destacar que la creación de empleos está dándose de manera balanceada, no está concentrada en un solo sector y está claramente ocurriendo en los distintos estratos salariales. Esta es una buena noticia que implica que el mercado laboral está adquiriendo fuerza, y sin duda, junto con la disminución en la  inflación, es uno de los determinantes que explican por qué estamos viendo cifras muy positivas en la evolución del consumo.

Sobre la inflación, hoy en la mañana el INEGI nos dio una muy buena noticia. La inflación anual a mayo fue del 2.88 por ciento, esta es la inflación más baja que se tiene en registro para México, desde 1970, que tenemos cifras mensuales de inflación, nunca habíamos tenido una inflación tan baja como la que hoy anunció por la mañana el INEGI, 2.88 por ciento.

Esta cifra, que sin duda se refleja en el poder adquisitivo de las familias mexicanas, representa un claro testimonio del excelente desempeño de nuestro Banco Central, el Banco de México, que tiene como mandato constitucional único mantener el poder adquisitivo de la moneda.

Claramente la autonomía del Banco Central y la acertada conducción de la Junta de Gobierno permiten a México tener estos resultados.

En segundo lugar, la política monetaria claramente encuentra el apoyo de las Reformas Estructurales, que hoy empiezan a tener ya efectos concretos en el bolsillo de los mexicanos, en el bolsillo de las familias mexicanas, y que son ya palpables en las cifras de disminución de la inflación.

En primer lugar, la disminución en los costos de la telefonía, tanto fija como móvil para las empresas y para las familias, la eliminación de la tarifa de larga distancia nacional, todo ello se refleja en un menor costo de vida para las familias mexicanas, como lo muestran las cifras de inflación.

Por primera vez en este año 2015, el año no empezó con un incremento en tarifas eléctricas para las familias mexicanas, por primera vez el año empezó con una disminución de tarifas eléctricas.

Y si vemos las  tarifas eléctricas para el Sector Industrial, las tarifas de alta tensión, por ejemplo, para la industria manufacturera mexicana, tienen una disminución de más de 30 por ciento al mes de mayo, comparado con el mes de mayo del año anterior.

Y, finalmente, y esto es algo que se previó en la Reforma Hacendaria de 2013, una nueva política para fijar el precio de las gasolinas.

A partir de este año desaparecieron los incrementos mensuales de las gasolinas. El precio de la gasolina tuvo un incremento de menos de dos por ciento al inicio del año y a partir de entonces las gasolinas han tenido un precio que no se ha modificado. Y no solamente son las gasolinas, es el diésel y es el gas LP.

Esto, sin duda, contribuye de manera muy importante a mantener inflación baja y a mantener cifras que acreditan que el consumo de las familias mexicanas está teniendo un mayor dinamismo.

Esto es porque en el momento en que disminuye la inflación los salarios reales de los trabajadores y el poder adquisitivo de las familias crecen. De hecho, la cifra que da a conocer la Secretaría del Trabajo sobre la evolución de los salarios contractuales es el crecimiento de los salarios contractuales, el crecimiento real, de más del uno por ciento en el primer cuatrimestre, es la mejor que se tiene desde el año 2002, es decir, la disminución en la inflación y un buen desempeño del mercado laboral implica que los salarios reales se están recuperando y junto con los salarios reales el poder adquisitivo.

Si vemos las cifras del mercado interno, claramente la confianza del consumidor ha tenido una trayectoria de recuperación en lo que va del año y quiero llamar su atención sobre uno de los indicadores que está en la pantalla que es la gráfica del lado derecho, que nos muestra la variación, es decir, la tasa de crecimiento de las ventas de vehículos en el mercado doméstico.

Esta es una cifra que a veces pasa desapercibida, pero creo que es muy reveladora de lo que está ocurriendo en la capacidad de compra de las familias mexicanas y en la decisión de compra de las empresas.

La tasa de crecimiento de vehículos en el periodo enero-mayo, en el mercado doméstico fue de 20.8 por ciento anual. Es el crecimiento más alto que se tiene registro en el mercado doméstico y, sin lugar a dudas, el hecho de que tanto familias como empresas estén tomando la decisión de adquirir un mayor número de unidades representa un voto de confianza en el desempeño de la economía personal, la economía familiar y la economía del país.

Las cifras de comercio al menudeo claramente muestran una recuperación muy alentadora al inicio de este año. Entre enero y abril las ventas reportadas por la ANTAD tuvieron un crecimiento a tiendas totales, ajustado por inflación, del 5.6 por ciento,  mientras que a tiendas iguales muestran ya un crecimiento real del dos por ciento.

Más tarde, a las tres de la tarde, ANTAD dará a conocer el dato para el mes de mayo y, sin duda, esperamos que esta tendencia continúe e incluso se acelere.

Y si vemos otros indicadores de consumo, por ejemplo, las ventas al por menor dadas a conocer INEGI, confirman esta tendencia de que el consumo está reactivándose en México.

¿Por qué es tan importante hacer énfasis  en el consumo? Porque en un entorno en el cual la economía mundial se está desacelerando, en el que la economía de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, muestra crecimiento negativo en el primer trimestre, la economía mexicana está creciendo, y está creciendo más que otras naciones de América Latina, más que el promedio de la OECD.

Y esto se debe en buena medida a que el mercado interno está retomando su dinamismo, como lo muestran con gran claridad los distintos indicadores de consumo, algunos de los cuales les he compartido en la pantalla.

Quiero terminar esta presentación, para pasar al diálogo con Luis Robles, destacando tres cosas: primero, en un entorno internacional complejo, como lo hemos dicho ya, la economía mexicana está creciendo a un mayor ritmo que otros países comparables.

Segundo, este crecimiento económico está anclado en una sólida agenda de reformas estructurales y un compromiso invariable del Gobierno Mexicano por proteger la estabilidad de nuestra economía.

Y, tercero, destacar que uno de los motores del mayor dinamismo de nuestra economía en el arranque del año, y es algo muy alentador, es el consumo doméstico, el consumo de las familias y de las empresas mexicanas.

Aquí dejo esta parte de mi intervención, Luis, y con mucho gusto pasamos al diálogo.

Muchas gracias.