Muchas gracias y muy buenas tardes a todas y a todos.

Quiero en primer lugar saludar a un amigo de México, alguien que desde hace ya varios años, encabeza la CAF y que ha sido el protagonista, el responsable, de que México sea parte de la CAF, Enrique García. Muchas gracias no solamente por traer este evento en estos dos días a la Ciudad de México, sino sobre todo por acercar a la CAF a México y acercar a México a la CAF.

Quiero agradecerte a ti y agradecer a todo tu equipo, Antonio Sosa, vicepresidente de Infraestructura; por supuesto a Moira Paz, la representante de la CAF en México, que gracias a Enrique tiene una presencia permanente desde el año pasado.

Es para nosotros, para los mexicanos, para el Gobierno de México, un verdadero privilegio tener una participación, jugar un papel en la CAF y que la CAF tenga un rol en México como lo está teniendo de manera cada vez más importante.

Cada vez son más los proyectos, los instrumentos de financiamiento que la CAF hace aquí, y queremos que esto continúe creciendo, y queremos cada vez tener una participación  más relevante, de mayor presencia y aprovechar más esta gran institución latinoamericana, iberoamericana, que es la CAF.

Muchas gracias a Enrique y a todo el equipo de la CAF por lo que hacen por México todos los días.

Muchas gracias por traer ésta muy importante Conferencia sobre Infraestructura en el Desarrollo de América Latina, a la Ciudad de México. Han sido dos días de reflexión interesante pero, sobre todo, oportuna e importante.

Ya se ha relatado aquí en las participaciones de Enrique y de Jacques Rogozinski, por cierto al saludar a Jacques también voy a decir que Nacional Financiera juega un papel muy importante en nuestra relación con la CAF, porque  es a través de NAFIN que somos socios de la CAF, desde hace ya algunos años, lo cual pone en evidencia el papel que puede jugar la banca de desarrollo mexicana para potenciar instrumentos de financiamiento internacionales.

Como decía Jacques hace un momento, más de 50 participaciones en las cuales ha quedado muy claro que la infraestructura es importante, que no estamos haciendo lo suficiente, pero, sobre todo, que podemos hacer más.

Y esa es la parte más importante de la reflexión y de las conclusiones de esta conferencia. Sin lugar a dudas la infraestructura es una oportunidad, una oportunidad que estamos aprovechando pero que podemos aprovechar mucho más.

Permítanme referirme como ejemplo al caso de México.

Sin lugar a dudas hoy México enfrenta un entorno internacional complejo, que significa retos; un entorno internacional que pone en evidencia la necesidad de preservar nuestra estabilidad macroeconómica.

Y eso es lo que estamos haciendo, estamos tomando distintas medidas, incluyendo medidas en la política fiscal, en el manejo de las finanzas públicas para preservar la estabilidad que se ha construido en México a lo largo de los últimos 20 años y que sin duda hoy es un factor fundamental de la competitividad del país, y sobre todo de la calidad de vida de las familias mexicanas.

En este contexto donde los márgenes presupuestales para cualquier actividad pública podrían verse reducidos, la infraestructura juega un papel fundamental como instrumento para involucrar al sector privado en equipo con el sector público para el desarrollo del país.

El hecho de que estemos enfrentando un ajuste presupuestal tanto en este como en el próximo año, no significa que habremos de dar un paso atrás en materia de infraestructura. Por el contrario, México está en magníficas condiciones para ser uno de los principales detonadores de creación de infraestructura en la región.

Y les doy algunas razones, cuatro de ellas. En primer lugar, en México tenemos un entorno de estabilidad macroeconómica: baja inflación, bajas tasas de interés, finanzas públicas sanas, bajos niveles de endeudamiento público, que generan el entorno necesario, una condición necesaria para que florezcan los proyectos de financiamiento a la infraestructura.

Es muy claro que un país que no tiene estabilidad no puede pensar en los financiamientos de largo plazo que requiere la infraestructura. En cambio, un país como México, que ha hecho de la estabilidad macroeconómica una de sus ventajas competitivas fundamentales, está dando el primer paso correcto para detonar el crecimiento de la infraestructura.

En segundo lugar, la segunda ventaja competitiva que tiene México para la creación de infraestructura, es que tenemos el marco jurídico adecuado. Sin duda alguna tenemos una regulación de avanzada en materia de participación del sector privado en la creación de infraestructura, como es la ley que regula a las asociaciones público privadas.

Y también tenemos la regulación financiera, a partir de la regulación financiera aprobada en el año 2013 y 2014, que nos da las condiciones correctas, jurídicas, para el desarrollo de la infraestructura.

En tercer lugar, en México están ocurriendo cambios muy importantes que serán detonadores de demanda por infraestructura y de apetito de los inversionistas para generar infraestructura.

Ahí está por ejemplo la reforma energética. Estamos viendo cómo el sector energético mexicano, aún en los primeros meses de implementación de la reforma está ya detonando proyectos muy importantes con la participación privada. Están desde las licitaciones en la primera ronda, la Ronda Uno que está en marcha y que el próximo mes tendrá sus primeros resultados, o anuncios como los que hizo ayer el Secretario de Energía y el Director General de la Comisión Federal de Electricidad, donde se anuncia un paquete muy importante de licitaciones en el sector eléctrico por más de nueve mil millones de dólares en los próximos tres años.

Otra reforma que también habrá de generar una inversión muy importante en materia de infraestructura es la reforma en materia de telecomunicaciones. Estamos viendo cómo el sector privado está invirtiendo en telecomunicaciones, está invirtiendo en el desarrollo de redes, de tecnología y también hay proyectos de participación público privados que próximamente anunciará, como está mandatado en la Constitución y en la ley, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como el caso del desarrollo de la red compartida en materia de telecomunicaciones.

Estos son solamente dos ejemplos de cómo la agenda de transformación estructural que impulsa el Presidente Enrique Peña Nieto, será y es ya un detonador muy importante en la creación de infraestructura.

El cuarto elemento que favorece la creación de infraestructura en México, sin lugar a dudas es al solidez y profundidad de los mercados financieros, particularmente la fortaleza de la banca mexicana, una de las bancas mejor capitalizadas, no solamente en América Latina, sino el mundo, que tiene indicadores muy sanos en materia de liquidez, de reservas preventivas, por ejemplo, sin duda alguna posiciona al sistema financiero mexicano en condiciones adecuadas para el desarrollo de infraestructura.

Pero no solamente es el sistema bancario, sino también existen instrumentos de mercado que están creciendo, están generando nuevas opciones, nuevas avenidas para canalizar recursos a la infraestructura como son, por ejemplo, en materia inmobiliaria, las Fibras.

Es decir, en México tenemos un sistema financiero creciente, vigoroso, que genera la disponibilidad de recursos para una mayor participación del sector privado en la infraestructura.

Ahora bien, para capitalizar estas ventajas competitivas, como bien se ha dicho a lo largo de estos dos días en esta conferencia, el sector público tiene que jugar un papel muy importante. El sector público tiene que asumir un papel de liderazgo y de coordinación. No se trata de que la infraestructura sea hecha toda por el gobierno, pero sí el Gobierno de la República debe de asumir su liderazgo y su responsabilidad.

En primer lugar, presentando proyectos viables, proyectos que sean atractivos, que sean bancables, que sean financiables. Un ejemplo de lo que está haciendo el Gobierno de la República es, sin duda alguna, el proyecto más importante en materia de infraestructura que hay hoy en el país, que es el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Cd. de México; un proyecto que más allá de las coyunturas presupuestales continúa y que en breve habrá de iniciar los procesos de licitación para llevarlo a la realidad.

Éste es un proyecto de gran importancia para México, es un proyecto transexenal, es decir, que no necesariamente será concluido durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, pero que generará a través de infraestructura moderna y de calidad, una gran competitividad a la economía mexicana.

En segundo lugar, el gobierno tiene que innovar, tiene que innovar al generar nuevas opciones para financiar los proyectos de infraestructura, innovar para adaptarse al mercado, para responder a las nuevas realidades nacionales e internacionales en la economía, y ahí el gobierno de México también está innovando, y estamos junto con el sector privado, junto con el sector financiero, explorando nuevas alternativas de financiamiento.

Por ejemplo, en la creación de vehículos especiales para el financiamiento de infraestructura en materia energética, o el generar nuevas características, mayores flexibilidades, mayor competitividad a instrumentos bursátiles, como son los CKD´s, que al tener una regulación más moderna y flexible permitan una mayor canalización de recursos de largo plazo hacia los proyectos de infraestructura.

En tercer lugar, el liderazgo y la responsabilidad del gobierno en la creación de infraestructura tiene que ver con la participación activa, inteligente, dinámica de la banca de desarrollo.

Como dijo Jacques, hoy la banca de desarrollo está jugando un papel mucho más presente que en años anteriores, no solamente en el desarrollo de infraestructura, sino en el desarrollo del país, pero particularmente en materia de infraestructura hay que reconocer que hay riesgos específicos, que es más eficiente en el diseño del financiamiento de los proyectos que los absorba el gobierno a través de instrumentos como es la banca de desarrollo.

Por lo tanto, la banca de desarrollo tiene que generar un papel proactivo y tiene que generar innovación también para atender las necesidades de aquellos instrumentos que no necesariamente es más eficiente que los asuma el sector privado.

Y ahí la nueva flexibilidad que le dio la Reforma Financiera aprobada y promulgada en enero de 2014 a la banca de desarrollo es fundamental, porque hoy desde su mandato legal hasta la regulación de sus actividades, le permite de manera mucho más clara y contundente a la banca de desarrollo jugar un papel eficaz en el financiamiento de infraestructura.

Y sin duda algo que puede hacer la banca de desarrollo y que debe de hacer el Gobierno de la República, es pensar en el financiamiento de infraestructura no solamente como un fenómeno local, sino como un fenómeno regional, donde existen economías de escala, donde existen eficiencias si la estrategia de financiamiento de la infraestructura no se basa exclusivamente en los mercados nacionales y en los proyectos nacionales.

Por eso celebro esta iniciativa de la CAF, donde nos lleva a pensar, nos lleva a reflexionar sobre el impacto regional que tienen las iniciativas en materia de infraestructura.

Como un ejemplo de lo que estamos haciendo de forma concreta, les comparto que este viernes y sábado estarán en la Ciudad de México los Ministros de Hacienda de los países de la Alianza del Pacífico: Chile, Colombia y Perú.

Uno de los temas en los que estaremos trabajando es precisamente en estrategias conjuntas para el financiamiento de la infraestructura en nuestros países, es decir, ha llegado la hora de pensar en el desarrollo de infraestructura no solamente como un tema que atañe a los países, sino como un tema que atañe a las regiones y donde los instrumentos, las instituciones de carácter regional como es la CAF, juegan un papel muy importante.

Por eso, Enrique, y a todo el equipo de CAF, les agradezco enormemente que hayan traído esta conferencia de reflexión, de ideas, de innovación en materia de financiamiento e infraestructura en México.

Nos dejan buenos aprendizajes, nos dejan buenas enseñanzas, pero sobre todo, nos quedamos con la tarea, con el compromiso de seguir trabajando de la mano de una institución pilar de la integración latinoamericana como es CAF, para desarrollo de infraestructura y desarrollo de nuestros países.

Muchas gracias Enrique y muchas felicidades.