Papantla, Veracruz, a 21 de febrero de 2015.


Señor gobernador constitucional del estado de Veracruz:

Señora representante de la oficina de la UNESCO en México:

Señora directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas:

Señor director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas:

Señor presidente municipal de Papantla:

Distinguidos invitados:

Hace casi doscientos cincuenta años, don Luis de Neve y Molina entregó a la imprenta su libro ”. En sus páginas, buscaba capturar la belleza y complejidad de esta herramienta de comunicación. Movía al autor la convicción de que entender un idioma es entender a un pueblo.Reglas de Ortografía, Diccionario y Arte del Idioma Otomí

Con esa singular hazaña, don Luis nos mostró que valorar el carácter múltiple de nuestra sociedad, no sólo es un acto de justicia, es un honor para todos nosotros.

 

México es un país privilegiado, porque casi siete millones de personas hablan, hoy día, una de las 68 lenguas originarias de nuestro territorio, sin contar las que faltan por sumar las 365 dialectales. Por este motivo, la UNESCO nos ubica entre las diez naciones con mayor diversidad lingüística del mundo.

Desde 1992, la Constitución de los mexicanos reconoce este amplio legado cultural y, diez años después, con la reforma al Artículo Segundo, se estableció la obligación de preservar y enriquecer esta pluralidad.

La vía para responder a las necesidades de las comunidades indígenas tiene que sustentarse por fuerza en la comprensión y el diálogo entre todos.

Hoy, en el Día Internacional de la Lengua Materna, festejamos el instrumento con el que aprendemos a nombrar las emociones y la naturaleza, así como a delinear nuestra propia identidad. En síntesis, hoy celebramos lo más profundo de nosotros mismos y de nuestro espíritu.

De acuerdo con la UNICEF, al tratarse del sistema de signos que permite la expresión y entendimiento, el idioma que heredamos constituye no sólo el mejor medio para educar a un niño, sino también el derecho más fundamental.

El presidente de la República ha emprendido desde el inicio de su mandato un vasto programa de reforma educativa, en el que se impulsan políticas públicas para reforzar la enseñanza en lenguas amerindias en todos los niveles educativos, especialmente aquellos que tienen el riesgo de desaparecer.

La educación intercultural es un principio que atraviesa transversalmente en todo el sistema educativo, consolidándose como mecanismo idóneo para promover la equidad.

La interculturalidad significa, por un lado, respetar las condiciones de cada etnia y, por otro lado, integrarlas a las condiciones de desarrollo nacional.

Y quiero decirle, señor gobernador, porque usted siempre tiene logros que hay que ponderar y que hay que publicitar que su estado es un estado de vanguardia.

En la universidad de su estado, señor gobernador, existe una Universidad Intercultural, la única en el país. Las demás interculturales están aisladas, son distintas a nuestras casas de estudios. Ustedes han logrado la integración plena de ambas instituciones.

Este año estaremos entregando ocho millones y medio de libros de texto gratuitos y materiales educativos de nueva generación; es decir, nuevos: monolingües, bilingües y plurilingües.

Con esfuerzos como éste, abonamos a la tutela del interés superior de los niños, pues se hace efectivo su derecho a la calidad.

En el marco de la conmemoración que nos reúne, nos enorgullece hacer realidad el anhelo de don Luis de Neve y de otros tantos otros, al presentar la norma de escritura del otomí, fruto del consenso entre hablantes y académicos.

En el ámbito educativo, este documento contribuirá a la promoción y desarrollo de la alfabetización, a la atención de migrantes indígenas, y a la creación de materiales didácticos adecuados e innovadores.

Señor gobernador Duarte:

Muchas gracias por, otra vez, recibirnos con la calidez que sólo Veracruz brinda.

Siendo Veracruz uno de los estados con mayor diversidad en la república, reconozco sus esfuerzos que desde la administración emprende en favor de esta culta rica y plural sociedad.

Felicito a quienes recibieron sus certificados como intérpretes y traductores en procesos judiciales, a los promotores interculturales de salud, y, especialmente, celebro la entrega del documento de validación del himno nacional en lengua totonakú.

Igualmente, aplaudo la presencia de todas las personas que trabajan incansablemente en favor de la protección y difusión de nuestro legado oral y escrito.

La lengua materna refleja el carácter de todo México. En ella encontramos refugio, preservamos nuestra identidad, pero también prolongamos nuestro pensamiento. Es la partícula esencial que da vida a los pueblos.

Quisiera concluir con una historia que los aquí presentes conocen bien:

En un tiempo sin tiempo, la luna reinaba solitaria en el cosmos, hasta que un buen día nació el sol. Celosa por su llegada, inició una carrera contra él para saber quién debería salir primero por el oriente.

El astro rey, más astuto, le tendió una trampa. Engañada, la luna se retrasó, mientras que su luminoso hermano ya había amanecido sobre todas las cosas.

Desde hace siglos, este mito totonaco se transmite de boca en boca, para explicar el origen del día y de la noche, construyendo así una visión del universo nutrida y fascinante, como todo lo que es la cultura totonaca.

Muchas gracias