Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

En primer lugar quiero ofrecer una disculpa por el retraso, por razones técnicas y ajenas a nuestra voluntad no podía salir de la Ciudad de México y eso es lo que causó el retraso que lamento mucho.

Les ofrezco una disculpa y sé que tenemos que ser muy breves para poder hacer todo el procedimiento de ir a la comida y al evento que tendremos con el señor presidente de la República, así es que seré lo más conciso y breve que pueda, pero les reitero esta disculpa que por razones ajenas no pudimos salir de la Ciudad de México, por un tema técnico.

Déjenme empezar, sé cuáles son los temas, lo hemos platicado mucho con Manuel los temas de mayor interés. Pero déjenme antes de entrar rápido a ellos, poder platicar un poco de lo que es la Reforma Educativa, en dónde estamos y hacia dónde vamos.

Y cuál es la situación actual, que es de todos conocidos, una situación que en algunos estados de la República es compleja y difícil, en la implementación de esta Reforma.

Para poner un poco en perspectiva la Reforma y la importancia del cambio educativo que hoy vivimos en México, déjenme empezar haciendo un muy breve recuento histórico de cómo ha evolucionado nuestro sistema educativo y porqué  llegamos a donde llegamos.

Justamente este lunes 3 de octubre se cumplieron 95 años de la fundación de la Secretaría de Educación Pública, que se fundó en 1921 por el presidente Álvaro Obregón, con el primer secretario de Educación que fue José Vasconcelos.  Y en aquel momento, el decreto de creación de la Secretaría, dice que el objetivo explícitamente es crear y sostener un sistema de educación pública en el país.

Hace 95 años no teníamos un sistema de educación, México tenía 15 millones de habitantes y a pesar de ser comparado con hoy, un país de mucha menor población, únicamente el 30 por ciento de los niños asistían a la escuela y el resto de los niveles educativos eran prácticamente inexistentes en el país.

Entonces, en aquel momento, pensar en poder crear y sostener un sistema de educación pública parecía casi una utopía pensar que en cada rincón del país pudiera haber un maestro y una escuela parecía casi imposible.

Y a 95 años de distancia, que en términos históricos es un tiempo relativamente corto, hoy México tiene uno de los cinco sistemas de educación pública más grandes del mundo, después de China, la India, Estados Unidos y Brasil.

El sistema de educación pública del país implica desde el preescolar hasta la Educación Superior a 34 millones de alumnos, esto es más grande que muchos países de América Latina. 34 millones de alumnos, dos millones de maestros y un poco más de 260 mil planteles educativos. De ese tamaño es nuestro sistema educativo.

Y al final del día esto fue un éxito del siglo XX mexicano, poder construir y sostener ese sistema educativo. Sin embargo, a pesar de ello, había que reconocer que la calidad de nuestra educación dejaba mucho que desear.

Y que ese sistema educativo, que se había creado para el siglo XX, ya no respondía a las necesidades del siglo XXI y a un mucho más globalizado, de un mundo en donde la generación de conocimiento e información se multiplica a velocidades nunca antes vistas y en donde el impacto tecnológico también ésta teniendo un impacto en los procesos económicos con una velocidad que antes no habíamos visto y no habíamos conocido.

Y entonces a pesar de tener esa fortaleza, con ese gran sistema educativo, pues no estaba diseñado para enfrentar las realidades que hoy tenemos, pero además también había acumulado muchos vicios ese sistema educativo. Era un sistema educativo clientelar y corporativo, que cargaba muchos vicios, como la venta y la herencia de plazas de maestros.

En donde los maestros no podían construir una carrera a partir de su propio mérito y esfuerzo, sino que el conseguir una plaza o se hacía porque la compraban o porque le tenían que deber un favor  al sindicato o algún cacique político, por ejemplo.

Eso, obviamente, no nos estaba permitiendo formar e inspirar a los maestros de México. Pero no solo eso, las escuelas también estaban en el abandono, no únicamente su parte de infraestructura que hoy por primera vez también, gracias a la Reforma Educativa, por más increíble que parezca, hoy por primera vez sabemos con exactitud cuántas maestras y maestros y cuantas escuelas hay en el país.  No lo sabíamos antes de la Reforma.

Una de las cosas que mandato la Reforma Educativa fue que se hiciera un censo educativo que hicimos junto con el INEGI, y hoy por primera vez tenemos esas cifras con exactitud. Ese era nuestro nivel de atraso.

Y gracias a ello, podemos tener una cuantificación real de algo que todos sabíamos, veíamos o intuíamos, pero que no sabíamos con exactitud, ni se podía cuantificar que eran las carencias de la infraestructura educativa.

Hoy lo sabemos porque a partir de ese censo, sabemos qué escuelas hay, dónde están y cuáles son las carencias que tienen. Pero el abandono no era únicamente de la infraestructura. Era un abandono en la organización de las escuelas.

Este sistema clientelar que tenía oprimidos a los  maestros y que no les permitía desarrollar una carrera profesional docente. También había hecho escuelas altamente burocráticas, verticales, que no permitían que hubiera innovación en ella, que no permitía que hubiera o no se le daba la confianza a los  maestros, a los jóvenes, a los niños, a los padres de familia para crear una verdadera comunidad educativa.

Y ésa era una de las realidades de nuestro sistema educativo. Otro derivado de esto era el gran atraso de enfoques pedagógicos y en los contenidos educativos.

El enfoque pedagógico de memorizar y de simplemente acumular conocimientos sigue siendo, seguía siendo una regla de nuestro sistema educativo.

Cuando lo que hoy se necesita es que los niños aprendan a aprender. Que los niños aprendan a razonar, aprendan a discernir, puedan formular hipótesis.

Y al conjuntar todas estas variables nuestro sistema educativo dejó de cumplir una de las funciones que tuvo en algún momento hace muchas décadas que era hacer también una fuente de igualdad.

De romper la desigualdad  y que la educación pública se convirtiera en un proceso de ascenso de aspiraciones y social.

Y lo que empezó a pasar con nuestro sistema educativo es que empezó a reproducir las propias desigualdades del sistema.

Entonces construimos un gran sistema de educación pública con cosas muy buenas un gran mérito del siglo XX, pero llegamos al siglo XXI con un sistema educativo que tenía todas esas fallas, todos esos vicios y que no le estaba dando la educación a los niños y a los jóvenes para competir en el siglo XXI.

Y eso se acredita bajo cualquier medición, la prueba PISA de la OCDE en donde desafortunadamente nuestros resultados son muy malos o bajo cualquier análisis cuantitativo o cualitativo.

Y es precisamente por ello, es precisamente por eso que la Reforma Educativa es el proyecto más importante de este gobierno como lo  dijovel presidente de la República, es la reforma más importante, pero no únicamente lo es para este gobierno, es el proyecto más importante para que México tenga viabilidad y pueda ser exitoso en el siglo XXI.

Y la Reforma Educativa lo que hace es atacar estos problemas que he descrito ahorita de manera muy breve. Y el primero ha sido la recuperación de la rectoría del Estado en materia educativa.

¿Por qué? Porque es fundamental cambiar y transformar ese sistema clientelar y corporativo, opaco que vendía y heredaba plazas por un nuevo sistema de derechos y obligaciones, claro, sustentado en el mérito y en la transparencia.

En donde se sustituye esa herencia y venta de plazas o favores para ser directores y supervisor a cambio de concursos. En donde para ser  maestro hay que concursar y ganar una plaza.

Si se quiere ser director también se concursa esa plaza, si se quiere ser supervisor también.

Y además se crea un sistema de evaluación para poder saber qué es lo que están haciendo bien los  maestros, pero dónde están las áreas de mejora para a su vez poder crear todo un esfuerzo de formación continua y de capacitación para que los  maestros estén permanentemente mejorando.

Alinear los aumentos salariales de los  maestros, precisamente a esa carrera y a ese mérito que puedan hacer por ellos mismos por su esfuerzo y que cambie ese sistema  clientelar y corporativo.

Y eso es una pieza fundamental de la Reforma Educativa.

Está por supuesto, también el rescate de las escuelas. Si en la parte de infraestructura y por eso estamos invirtiendo de aquí a que termine el gobierno, 50 mil millones de pesos adicionales al presupuesto en infraestructura educativa, es decir,  3 mil millones de dólares adicionales para poder arreglar y dejar en condiciones de dignidad a 33 mil escuelas.

Y esto lo estamos pudiendo hacer a través de un mecanismo con bonos que se emiten en la Bolsa Mexicana de Valores. Este programa ya está funcionando este año, en lo que va de este año, ya hemos invertido 13 mil millones de pesos de los 50 mil millones, y están arreglándose o en proceso de estar terminando un poco más de 9 mil escuelas de las 33 mil que es la meta.

Pero además también la Reforma Educativa implica una reorganización de la escuela. Romper con la escuela burocrática para tener una escuela abierta, democrática donde los niños aprendan a aprender y además sean felices de estar en la escuela y de estar realmente aprendiendo lo que les va hacer útil en la vida.

Y para ello hay todo un plan que se llama la  Escuela al Centro  que libera de carga  burocrática a las escuelas, que les da el acompañamiento pedagógico que requieren y que hoy no tienen y que les da autonomía de gestión a través de diversos programas como el programa de la Reforma Educativa que lleva recursos directos a la escuela atendiendo un problema que antes no se había atendido.

Siempre el Estado había asumido que su rol de que, para financiar la educación pública, implicaba construir y en su caso arreglar escuelas, y pagar los sueldos de los maestros. Pero nunca se había creado un programa para el gasto corriente de las escuelas ¿Qué pasa si se rompe el vidrio de una escuela? ¿Quién lo paga? ¿Qué pasa si una escuela quiere comprar otros materiales educativos o adquirir más? ¿Quién los paga?

Y eso es lo que hizo que florecieran las cuotas, por ejemplo, en las escuelas públicas, y por eso la Reforma crea este programa, que hoy ya llega a 25 mil escuelas en las que le estamos dando dinero a las escuelas para que se puedan mantener, tengan gasto corriente y tengan esa autonomía de gestión para decidir sobre algunos temas que ellos quieran desarrollar: proyectos o temas, por ejemplo, muchas escuelas se están equipando con computadoras que compran de estos recursos o compran otros materiales educativos. En fin, algo que antes no existía y que hoy está empezando a transformar a las escuelas.

Estamos también en el proceso de cambiar el enfoque pedagógico y los materiales, lo que se llama el Modelo Educativo. El Modelo Educativo, que lo que proponemos en un conjunto de documentos, tres documentos. El primero se llama Los fines de la educación en el siglo XXI; el segundo es la propuesta pedagógica de la Reforma Educativa, y el tercero es la nueva Propuesta Curricular.

Estamos, precisamente, rompiendo con este enfoque pedagógico de memorización y acumulación de información, para sustituirlo por uno que permita que los niños aprendan a aprender, por uno en donde aprendan a razonar, a discernir, a generar y a formular hipótesis, como les decía hace un momento,

El objetivo, al final del día, es que podamos educar para la libertad y para la creatividad, y es lo que busca este nuevo Modelo pedagógico, haciendo énfasis en las capacidades del lenguaje y de comunicación, incluyendo, de manera muy importante, el inglés, teniendo como meta que en los próximos 20 años México se pueda convertir en un país bilingüe, y que el inglés se convierta en una segunda o en una tercer lengua para quienes tienen una lengua materna distinta al español.

Introduciendo en el currículo lo que hoy se conoce como habilidades socioemocionales, que son fundamentales. Hoy lo sabemos y lo conocemos, que los niños y niños se aprendan a conocer a sí mismos; que sepan trabajar en equipo; que sean seguros de sí mismos; que sepan hablar en público. Que tengan esas habilidades, que ustedes lo saben, son claves para tener éxito en la vida, y que antes se pensaba que se nacía con ellas o no se tenían, o que en todo caso era responsabilidad de los hogares.

Y hoy sabemos que se pueden aprender, como se aprende matemáticas o se aprende español, también se pueden aprender estas habilidades socioemocionales, y por primera vez estamos proponiendo incluirlas en el currículo.

En fin. Algunos otros temas, pero esos son los esenciales. Y por eso hemos hecho un proceso de diálogo, también para conocer la opinión sobre este Modelo Educativo.

El sector privado ha tenido una participación muy importante que agradezco. A través de sus cámaras han participado en muchos de los foros que hemos hecho para consultar, y a partir de esas consultas enriquecer este Modelo.

Entonces, ése es el cambio que estamos viviendo y que estamos enfrentando, y por eso tiene resistencias. No hay que darle muchas vueltas al asunto: quienes se resisten a este cambio son quienes no quieren perder los privilegios de vender y heredar plazas; quienes no quieren perder privilegios de control político, porque no van a controlar ya los nombramientos de director, supervisor de los maestros, porque se van a poner a concurso. Y ése es el problema de fondo. Y ésa es la resistencia que estamos enfrentando, y por eso también ha sido una resistencia tan dura.

Y por eso, a pesar de las dificultades, muchas de ellas que se han generado económicas por lo bloqueo carreteros que hubo; desde el gobierno hemos tenido una gran firmeza de que la Reforma tiene que continuar, porque lo que está en disputa no es un tema coyuntural. Lo que está en disputa es un proyecto estructural. Es el futuro de México. Es la posibilidad de que los niños, las niñas y los jóvenes tengan los conocimientos y las habilidades para hacer exitosos en el siglo XXI; para poder competir de tú a tú con quien sea y en donde sea, en cualquier lugar del mundo; para poder romper con la desigualdad de manera estructural para que tengan más opciones en la vida y sean más libres y, por supuesto, puedan adquirir empleos de manera más próspera, y darle al país el capital humano que requiere para competir de tú a tú con quien sea, en cualquier lugar del mundo.

Y eso es en el proceso en el que estamos y que estamos enfrentando.

Por supuesto, y con esto concluyo, simplemente decir que como parte de este cambio, también es muy importante tener una vinculación más estrecha entre el sistema educativo y el mercado laboral.

Y en eso estamos trabajando de manera muy particular con la Concamin, con Manuel, que ha sido alguien que ha tenido un gran empeño en lograr que tengamos esta mejor vinculación, que podamos sacar adelante proyectos como la educación Dual que hemos traído de Alemania y que ya está funcionando pero que ahora nuestro reto es darle mayor escala, y un conjunto de temas que permitan hacer de manera mucho más eficiente y eficaz ese vínculo.

Y ésa es la transformación en la que estamos trabajando.

Yo les agradezco mucho la atención. Les reitero la disculpa por el retraso. Les reitero que fue por causas ajenas que no podía salir de la Ciudad de México, pero me da mucho gusto que aunque fuera un pequeño momento poder tener este encuentro; poderles dar esta breve, tal vez notan breve, pero una visión global de lo que implica la Reforma Educativa, de por qué tiene resistencias, de cuáles son sus retos, y también el trabajo que estamos haciendo con Concamin y todo el sector empresarial, para acercar al sistema educativo a las demandas laborales.

Muchas gracias a todos por su atención y su paciencia.

Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer