Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.

Saludo en primer lugar y con mucho gusto a mi amigo el gobernador de Campeche, que nos da mucho gusto que me permita estar hoy aquí con todos ustedes. Muchas gracias mi querido Alejandro, Alito; muchas gracias.

Ésta es la segunda vez que vengo a Campeche como secretario de Educación. La primera fue en el mes de noviembre, estuvimos aquí junto con el señor gobernador y con todos los gobernadores del sureste, en la primera reunión regional de educación para el sureste, que nos está permitiendo dar seguimiento a las transformaciones, a los cambios y a la Reforma Educativa.

Y aquí quiero hacer un reconocimiento muy especial al señor gobernador. El señor gobernador tiene un compromiso absoluto y fundamental con la educación de Campeche y de todo México.

Y eso es muestra de algunos de los resultados en los que Campeche está demostrando que va a la vanguardia y que va en uno de los primeros lugares en la transformación y en la Reforma Educativa. Muchas gracias, señor gobernador; gracias, Alejandro, gracias, Alito, por todo el apoyo a la educación.

Saludo también con mucho gusto a todos los poderes del estado de Campeche; a los diversos funcionarios del gobierno; secretarios, que están aquí; a los rectores que nos acompañan; a toda la gente que está aquí con nosotros, a los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública, pero de manera muy particular quiero saludar y felicitar a todos quienes el día de hoy se están titulando.

Ésta es su graduación de primaria y de secundaria. A todos ustedes que han decidido retomar el camino de la educación, que han decidido volver a creer en la educación; que han decidido tomar en sus manos lo que por diversos motivos tuvieron que dejar en algún momento de sus vidas, y que con gran esfuerzo han regresado, y están hoy aquí. Muchísimas felicidades a todas y a todos ustedes. Muchas felicidades.

Les quiero pedir a todos quienes se están graduando que nos puedan enseñar con todo orgullo los títulos de primaria y de secundaria que tienen, y que nos los puedan enseñar, con ese orgullo. Muchas felicidades, muchas felicidades.

Señora, muchas felicidades. Muchas felicidades. Muchas felicidades. Muchas felicidades a todos.

Ésta es su graduación, y deben de sentirse muy orgullosos y muy contentos, así como seguramente están -Muy bien, señora; muchas felicidades-, como deben de estar todas sus familias. Y este día es para festejarlos, para hacerles un reconocimiento por su inspiración, por su apoyo, por su determinación para salir adelante. Éste es el día de ustedes, y les pido por favor que con sus títulos se paren y que todos les demos un gran aplauso por lo que han hecho y se han merecido, y por el orgullo que son para ustedes, para sus familias, para todos. Muchas felicidades.

Muchas gracias.

Déjenme decirles, como hace un momento nos los estaba explicando y nos comentaba Fabián.

Fabián, como muchos de ustedes —y aquí está con nosotros—, Fabián decidió, como ustedes, retomar el camino de la educación. Tuvo que dejar por razones de empleo —como nos lo comentó— la educación; se tuvo que meter a trabajar, como seguramente les pasó a muchos de ustedes, pero decidió regresar a aplicar su examen, aplicar y enseñar lo que ha aprendido a lo largo de la vida; y hoy, Fabián, como muchos de ustedes, tiene orgullosamente su título de secundaria.

Y así como la historia de Fabián y las de muchos de ustedes que, reitero, han decidido creer en la educación y retomar su vida a partir de la educación con este gran esfuerzo; hay muchas historias.

La semana pasada precisamente estuve en Perote, en Veracruz, y ahí tuve la oportunidad de conocer a doña Flora. Doña Flora —como seguramente muchas señoras, de las damas que nos acompañan el día de hoy—, a sus 60 años, doña Flora decidió retomar el camino de la educación; doña Flora, hasta hace tres años no sabía leer ni escribir, y como ella me lo comentó, para ella era un gran problema, era algo que le coartaba la libertad, que no le permitía poder continuar, tenía incluso problemas para tomar el camión, por ejemplo.

Doña Flora, cuando tenía que firmar un papel, no sabía lo que estaba leyendo y mucho menos lo podía firmar, y eso le generaba grandes obstáculos para su vida, -usted, señor ¿también? Muy bien, muchas felicidades. Lo felicito. Muchas felicidades. Y a sus 60 años decidió retomar su vida, y decidió acercarse al INEA; y hoy, doña Flora sabe leer y escribir, y no sólo eso, como muchos de ustedes, doña Flora decidió terminar la primaria y me dijo que va a continuar con la secundaria.

Estas historias, como las que ahorita nos platicó Fabián; historias como la de doña Flora, que conocí en Perote, Veracruz; y como las miles de historias que hoy están aquí, con estos mil primeros graduados —a quienes reitero mi felicitación— son historias de cómo la educación puede cambiar vidas.

Ustedes decidieron venir y retomar y hacer este esfuerzo, del que, repito, ustedes y sus familias deben de sentirse muy orgullosos porque saben que la educación puede hacer una diferencia en la vida. Saben que en la educación puede transformar su vida y las de sus familias, y que es un esfuerzo que vale la pena y por eso lo decidieron hacer, seguramente superando muchos obstáculos, muchas barreras, con muchos sacrificios, pero lo hicieron porque saben que la educación puede hacer una gran transformación.

Y es precisamente por eso, porque sabemos que la educación puede hacer la gran transformación de este país, porque sabemos que es a través de la educación como se cambian las vidas de las personas, de los jóvenes, de los niños.

¿Cómo te llamas?

-- Diego.

-- Diego, ¿estudias, Diego? ¿En qué año vas?

-- Tercero

Tercero de primaria. La admiro, señora, muchas felicidades. ¿Eh? Tercero de kinder, muy bien. Muy bien, Diego.

Pues la educación, la educación hace a niños como Diego; a jóvenes; a adultos, como ustedes; es la llave para cambiar la vida, pero es también la llave para cambiar la vida del país, y es por eso que el presidente de la República ha iniciado con mucho valor una gran batalla.

La batalla más importante de este país es la batalla por la educación, y es la transformación más profunda del sistema educativo de nuestro país. Es esta batalla por la educación que es la batalla por México; es la batalla por sus familias; es la batalla por los niños y por los jóvenes; es la batalla para ganar el futuro; es la batalla que nos permite recuperar la rectoría del Estado.

¿Para qué? Para que ya no pasen vicios que sucedían antes: venta y compra de plazas, dejar a los niños sin clases. Eso se acabó.

El derecho más importante que tienen los mexicanos es el derecho a la educación, y nada ni nadie puede estar por encima de ese derecho. Es la transformación de las escuelas; es el apoyo y la profesionalización a los  maestros; es, como vendrá más adelante los nuevos contenidos y las nuevas pedagogías para enseñar para el siglo XXI, y es por supuesto, la equidad y la inclusión en la educación como lo estamos viendo hoy. La oportunidad y el apoyo para que todos aquellos que por diversos motivos no pudieron estudiar, para que todos aquellos que tuvieron que dejar sus estudios los puedan recuperar de diversas maneras: concursos, con exámenes que validan lo que ustedes han aprendido en la vida y que lo certifica y dice  un título que es fundamental en la vida, que tienen los estudios adecuados de primaria o de secundaria, y que les permite seguir en la vida.

Ése es el cambio y esa es la transformación que queremos para el país porque, repito, así como ustedes han decidido con un gran sacrificio retomar en muchos aspectos su vida a través de la educación y han decidido transformar su vida y la de sus familias con la educación es lo que también hoy estamos haciendo como país; está haciendo el presidente, están haciendo gobernadores, el señor gobernador de Campeche, que hace un gran esfuerzo, y tiene un gran compromiso por la educación, porque sabemos que así como la educación puede cambiar vidas y familias, la educación es la llave para transformar comunidades, estados y para transformar al país mismo.

Repito, ésta es la batalla más importante que hoy tenemos en el país. Es la batalla por la educación, y es la batalla por México, por sus jóvenes, por sus niños, por todos aquellos que no pudieron estudiar y que hoy, como ustedes, están dando este enorme paso.

Y hoy como ustedes que han decidido dar este enorme paso durante este año estaremos apoyando y certificando a un millón y medio de mexicanos, que igual que ustedes pueda seguir adelante y puedan tener sus títulos de primaria y secundaria.

Yo lo quiero felicitar una vez más por este enorme triunfo que han tenido. Quiero felicitarlos por haber decidido que la educación es la llave de la transformación, y felicitarlos por ese enorme esfuerzo y decirles que seguramente como lo están ustedes, que todas sus familias, nosotros, el señor gobernador, el presidente de la República  y desde la  Secretaría de Educación Pública, un servidor nos sentimos muy orgullosos de ustedes.

Son un ejemplo, felicidades y  muchas gracias por permitirme estar aquí en su ceremonia de graduación.

Muchas gracias.

Audio. Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.