Buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Señor presidente de la República, con su permiso.

Es, señor presidente, un honor y estamos muy agradecidos que nos reciba en su casa y para mi es una distinción ésta la segunda ocasión en la que puedo acompañar a las maestras y a los maestros de México en esta ceremonia que hace la república para reconocer el invaluable esfuerzo que hacen a favor de la patria.

Me da mucho gusto ver, por supuesto, a los maestros galardonados que llevan 40 años o más de servicio, a quienes obtuvieron una calificación destacada en la evaluación del desempeño, a quienes han ganado puestos directivos por concurso y ver, sobre todo, a muchas maestras y maestros que he conocido, como usted me lo ha instruido presidente, recorriendo las escuelas del país.

Veo muchas maestras y maestros a quienes, creo, tengo el honor de poderles decir amigos y que los veo aquí, mucho gusto. Muchas felicidades a todos y a cada uno de ustedes por su esfuerzo. Muchas felicidades.

Saludo con mucho gusto al maestro Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a quien el día de hoy quiero reconocer dos características muy importantes que he conocido en él, en este más de un año y medio de trabajo como secretario de Educación:

En primer lugar, su compromiso, su firmeza, su eficacia, para defender los derechos de las maestras y de los maestros de México. Pero al mismo tiempo, el tener una visión de futuro, de entender la manera en que está cambiando el mundo y México y, por supuesto, de su compromiso con el cambio y con las niñas y con los niños de México.

Muchas gracias maestro Juan Díaz y muchas felicidades.

Saludo también con mucho gusto a todos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que nos acompañan. Al señor director del Instituto Politécnico Nacional que nos acompaña aquí, y por supuesto y con mucho gusto a los galardonados, a las maestras, a los maestros, como decía hace un momento, que están cumpliendo 40 o más años de servicio por la educación y a quienes han obtenido resultados destacados en la educación.

Don Jaime Torres Bodet, quien fue secretario de Educación en dos ocasiones, en el siglo XX, la primera entre 1943 y 1946, con el presidente Ávila Camacho,  y la segunda con el presidente López Mateos, y quien por cierto estamos festejando el 115 aniversario de su nacimiento, concebía a las maestras y a los maestros de México, como los grandes formadores de la patria.

Don Jaime Torres Bodet decía y déjenme citar textual: “que las maestras y los maestros de México van regando en la imaginación de los niños la semilla de nuestra nacionalidad, de nuestra esperanza y del fervor por el porvenir". Y efectivamente, en las grandes hazañas históricas que ha alcanzado nuestro país han estado presentes las maestras y los maestros de México.

Hace casi 100 años, en 1921, cuando se fundó la Secretaría de Educación Pública, en una población de más o menos 15 millones de habitantes, más del 70 por ciento de las mexicanas y de los mexicanos no sabían leer ni escribir y menos del 30 por ciento de los niños y de las niñas podían ir a la escuela.

A 100 años de distancia, hoy México tiene uno de los cinco sistemas educativos más grandes del mundo, con 34 millones de alumnos, dos millones de maestros y más de 260 mil escuelas. 

Hoy, todos los niños pueden ir a la primaria, casi todos los jóvenes pueden ir a la secundaria y el 80 por ciento de los jóvenes van ya al bachillerato. Esta hazaña, una hazaña que derrotó al analfabetismo y que logró que en cada  rincón del país hubiera una escuela y un maestro, es una de las grandes hazañas de las maestras y de los maestros de México.

Desde aquí valga mi reconocimiento a todos ustedes por haber participado en esta hazaña y, sobre todo, por quienes nos antecedieron, que hoy ya no nos acompañan, pero gracias a ellos,  México logró esa gran victoria educativa. Todo mi reconocimiento para ustedes.

Hoy en pleno siglo XXI con un país plenamente democrático que vive en libertad. Y que, además, es parte de un mundo globalizado en donde la competencia es muy intensa. Y México necesita competir y ganar con quién sea y en dónde sea y en cualquier lugar en ese mundo de hoy, del siglo XXI, necesitamos juntos volver a hacer una hazaña.

Así como las  maestras y los  maestros derrotaron el analfabetismo. Hoy tenemos que derrotar a la  mala educación. Y hoy, hoy, hoy, nuestro gran reto es la hazaña para tener una educación de calidad.

Hoy nuestra hazaña es que podamos implementar este Nuevo Modelo Educativo. Y no sólo la historia nos dice que a pesar de que la tarea puede ser difícil, la historia nos dice que las  maestras y los  maestros de México han logrado las hazañas que se han propuesto.

Y eso nos lo dice la historia pero también la experiencia. En mis recorridos como les decía hace un momento, por todas o por gran parte de las escuelas del país, en todos los estados y en todas las regiones lo que me he encontrado es a  maestras y a  maestros que ven a su profesión como una vocación de vida.

Que están dispuestos a hacer todos los sacrificios que tengan que hacer para cumplir con su tarea y cumplir con las niñas y niños de México.

Y por eso estoy convencido que esta nueva hazaña. La hazaña del siglo XXI, juntos la vamos a lograr y la vamos a conseguir. No va a ser una tarea fácil. Vamos a tener que enfrentar muchas resistencias que vencer, muchos obstáculos, van a ser jornadas extenuantes, en ocasiones con frustración, pero siempre nos levantaremos y seguiremos caminando juntos porque esa es la esencia de las maestras y los  maestros de México.

Retomando a don Jaime Torres Bodet, quien en sus memorias platica que después de nueve años ininterrumpidos, pero 9 años de ser secretario de Educación en su última participación en el día del  maestro, la novena que tuvo, decidió compartir con los  maestros una reflexión simple, pero profunda, decidió alentar a las  maestras y a los  maestros en continuar en la obra educativa que siempre es lenta, pero que si se hace bien es muy profunda.

Y para ilustrar ese pensamiento que quiso compartir con las  maestras y los  maestros cito un verso de Shakespeare que hoy quiero compartir con todas y todos ustedes. Y cito: “Mañana y mañana y mañana avanzan a pasos cortos de día en día hasta la última sílaba del tiempo conocido”.

Así va a ser el esfuerzo que estamos haciendo juntos para esta nueva hazaña. Será lenta, pero será muy profunda y hacer el gran cambio que una vez más el país está esperando de las manos de sus  maestras y de sus  maestros.

Concluyo diciéndoles, retomando también una de las enseñanzas de don Jaime Torres Bodet en ese mismo Día del  Maestro, su último después de nueve años, en 1964 gracias a la experiencia que pudo tener en esos años nos dejó un pensamiento simple pero de una gran profundidad: que para ganarse el respeto y el cariño de las  maestras y de los  maestros de México, no se hace con las palabras sino con las acciones.

Y esa ha sido precisamente la instrucción que me ha dado el presidente de la República, trabajar con todas y todos ustedes para que más allá de las palabras, con las acciones transformemos la educación en beneficio de lo más preciado que tiene nuestro país, nuestra razón de ser: las niñas y los niños de México. 

Muchas gracias y  muchas felicidades por su empeño, por su compromiso y por esta vocación tan grande que tienen de vida. Todos en la república estamos muy agradecidos con ustedes. Muchas felicidades.