Buenos días.

Maestras, maestros, sean bienvenidos.

Saludo al maestro Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, gracias por estar aquí.

A la maestra Silvia Schmelkes, gracias por estar aquí. Muchas gracias al INEE por el gran trabajo que ha desempeñado, y tú presidiéndolo.

Agradezco mucho a las organizaciones de la sociedad civil que también nos están acompañando el día de hoy. A las secretarias y secretarios de educación de las diversas entidades del país que también hoy nos acompañan.

Les doy la bienvenida a todas y todos ustedes, y por su puesto de manera muy particular a las maestras y maestros que están hoy aquí con nosotros.

Ahorita lo mencionaba el maestro Juan Díaz, todos ustedes vienen, y tienen distintos orígenes o trayectorias. Hay por su puesto un número muy importante de maestras y maestros a quienes les damos la bienvenida, pero analizando el perfil de los 233 maestros y maestras que hoy están aquí, podemos ver que muchos son originarios de la Ciudad de México, pero también de diversas entidades, vienen del Estado de México, vienen de Veracruz, vienen de Michoacán, en fin, vienen de muchos otras entidades, vienen de Guerrero, que hoy llegan y están en la Ciudad de México.

Tienen también distintos orígenes en su trayectoria y en su formación profesional, muchos de ustedes son egresados de normales, otros son egresados de universidades públicas y privadas; otros son maestros que ya llevan muchos años en servicio y que están regularizando su plaza y su condición laboral a través de este concurso. Otros más vienen de las universidades pedagógicas que tenemos a lo largo y ancho de nuestro país.

Es decir, vienen de distintos puntos, de distintas trayectorias y de distintas historias. Sin embargo, todos ustedes hoy convergen en lo que es la pasión de su vida: enseñar y se maestro. Todos ustedes y haciendo un cálculo rápido, en promedio ustedes van a tener 30 alumnos por grupo, más o menos, a veces un poco más; eso es, entre todos ustedes siete mil alumnos por año, más o menos en promedio van a tener una carrera de 30 años, eso quiere decir que entre todos ustedes van a educar a más de 200 mil niños, más de dos veces el tamaño del Estadio Azteca. Ese es el poder, y esa es la influencia que ustedes van a tener en la transformación de una persona, en la transformación de su familia y en la transformación de México.

Como lo dijo en algún momento un gran secretario de Educación, don Jaime Torres Bodet, que está aquí su estatua: “en sus manos está la patria misma”. Porque van a pasar por sus manos éstos más de 200 mil niñas y niños mexicanos, a quienes ustedes les van a enseñar, a quienes ustedes van a comprender, a quienes ustedes van a ayudar, a quienes ustedes les van a ayudar a razonar, a dar sus primeros conocimientos. Y el trabajo que ustedes hagan, y que dejen en esas niñas y en esos niños, los van a marcar y van a dejar una huella para toda la vida.

De ese tamaño es la importancia y trascendencia del trabajo que seleccionaron y de esa vocación que ustedes tienen por la enseñanza.

Desde que he tenido el privilegio de ser secretario de Educación, he estado recorriendo el país y las escuelas de México ¿Por qué? Porque quiero tener el pulso de lo que sucede en ellas. Alguna vez me dijeron que para qué lo hacía si no iba a poder recorrer todas las escuelas del país porque son muchas. Dije eso no importa, pero todas las escuelas que pueda pisar, que pueda conocer en donde pueda platicar y ver a los ojos a las  maestras y a los  maestros como lo hago en todas las visitas que hago en donde después me reúno a platicar con todas las  maestras y los  maestros  me permite saber con mucha mayor claridad lo que está pasando en las escuelas, cuáles son las carencias, cuáles son los retos a los que se enfrentan las  maestras y los  maestros.

Y si algo, y si algo he aprendido en esos recorridos es que ser  maestra y ser  maestro no es un empleo más, es una vocación de vida.

Una vocación de vida que se demuestra con  maestras y  maestros que se despiertan muy temprano. Muchas veces para hacer largos recorridos y llegar y estar a tiempo en su escuela. Que se demuestra con la pasión con la que enseña a sus alumnos como viven y sufren con todos ellos, sus gozos son también los gozos de los  maestros, el sufrimiento de sus alumnos, también es el sufrimiento de los  maestros.

Como dedican tiempo particularmente a los niños que se rezagan y que buscan cómo sacarlos adelante. Como le quitan tiempo a su familia para seguirse preparando, para preparar sus clases.

Y que en muchas ocasiones es tal el compromiso y la pasión que tienen las  maestras y los  maestros de México que para que sus dinámicas --que han planeado-- salgan bien, muchas veces ponen ustedes de su propio bolsillo para los materiales de esa clase.

Esas son las  maestras y los  maestros de México, son las  maestras y los  maestros con los que yo he platicado y dialogado, y seguiré haciéndolo a lo largo y ancho del país.

Y hoy ustedes quienes ya han sido maestros, que hoy están regularizando su situación, pueden estar tranquilos que gracias a su esfuerzo y a su mérito hoy tienen una plaza con todas las de la ley, como se diría.

Y a quienes están entrando por primera vez al Servicio Profesional Docente y lo hicieron de esta manera decirles que nadie les regaló nada.

Ustedes demostraron sus conocimientos, los que adquirieron en la normal, los que adquirieron en las universidades pedagógicas o en las universidades públicas y privadas.

Y estos conocimientos y lo demostraron y obtuvieron una plaza porque ustedes se la ganaron. Una plaza además que hoy lo vimos aquí en un ejercicio que hace la autoridad educativa de la Ciudad de México, que como ustedes saben depende de la  Secretaría de Educación Pública y que dirige Luis Ignacio, ha desarrollado este sistema tecnológico para que sea un proceso que quede a la vista de todos, absolutamente transparente y eficiente como se acaba de ver aquí.

Agradezco por eso también mucho la presencia de las secretarias y secretarios de diversas entidades de nuestro país, porque estamos trabajando con ellos para que este sistema se pueda replicar en todas las entidades del país.

Ahorita lo recordaba el  maestro Juan Díaz de la Torre, estuvimos hace 15 días más o menos en Acapulco en un evento que hace muchos meses hubiera parecido absolutamente imposible.

Muchos de sus compañeros  maestras y  maestros del estado de Guerrero después de muchas resistencias, en fin, de distintas visiones, decidieron hacer al igual que ustedes esta evaluación para el ingreso.

Y a quienes resultaron idóneos al igual que ustedes incluyendo alumnos de todas las normales del estado de Guerrero y de algunas universidades, pero incluyendo a alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, tuvimos un evento muy parecido a éste en donde les entregamos como hoy a ustedes las plazas que se ganaron por un concurso.

No estaba todavía un sistema con tanta tecnología como el que se tiene aquí esperemos que eso se pueda hacer más adelante, pero ahí también platicaba con ellos sobre lo que implica empezar y ser  maestro.

Y lo que implica todo este proceso, que hemos venido haciendo un cambio muy profundo en la educación. Ha tenido resistencias, pero finalmente va caminando y va avanzado.

Y lo que sucedió el día y hoy y lo que está sucediendo en todo el país es que finalmente y hoy creo que queda simbólicamente ejemplificado es que estamos dejando atrás un viejo modelo en donde había viejas prácticas como la venta y la herencia de plazas o el influyentismo para poder obtener una plaza.

Lo que hoy vimos aquí es una transformación extraordinaria de nuestro sistema educativo hecho de la mano de nuestras maestras y de los maestros de México que gracias a su participación, gracias a su compromiso, hoy estamos juntos rompiendo paradigmas; y lo que antes era un proceso opaco, oscuro y absolutamente discrecional, sin reglas claras, hoy es un proceso con reglas claras basado y sustentado en el mérito y que hoy, con plena transparencia, se puede ver que la asignación de una plaza es a partir del esfuerzo, del mérito y del resultado que se obtiene en un examen.

Por eso, lo que hoy vimos aquí es la salida, es sepultar un viejo sistema en donde lo que existía era la opacidad y el influyentismo y hoy, está naciendo un nuevo sistema en dónde lo que predomina es el mérito y la absoluta transparencia; ustedes están siendo parte de esa transformación del sistema educativo, de un nuevo sistema educativo, de un nuevo México.

Un nuevo México que si quiere enfrentar los retos que tiene por delante, los retos de cualquier coyuntura, incluida la internacional, lo que mejor podemos hacer es fortalecernos a nosotros mismos a través de una educación de calidad y, por ello, la profesión que ustedes han elegido, está vocación que ustedes tienen por la educación es, sin duda, lo más noble que puede tener nuestro país y en sus manos estará la formación de un nuevo México, de un México más fuerte, más seguro de sí mismo, de un México sustentado en el mérito, como ustedes lo están teniendo el día de hoy y no en el influyentismo, un México moderno, abierto al mundo que pueda competir con quien sea y donde sea, y que pueda superar cualquier reto porque tiene una buena educación y porque es una sociedad en donde estamos dejando a un lado, repito, el influyentismo, el compadrazgo, la opacidad y la corrupción, por un nuevo país sustentado en el mérito, la transparencia, el esfuerzo, el trabajo y, por supuesto, la búsqueda, no solamente de un mejor país, sino la felicidad de todas las mexicanas y de los mexicanos, precisamente, a través de una educación de buena calidad.

Por eso yo los quiero felicitar, felicitar y compartirles, sé que ustedes están conscientes, pero no tengan duda, ustedes están formando parte de una generación de maestras y de maestros que está en uno de los procesos más importantes de transformación del país y que en sus manos estará la educación de los futuros mexicanos y mexicanas; los niños de hoy que están esperando mucho de ustedes y que hoy ustedes han demostrado que tienen la capacidad y los conocimientos para poder educar, como lo van a hacer, a estas niñas y niños, sean todos ustedes bienvenidos al sistema educativo.

Sean bienvenidos como maestras y maestros, que tengan una carrera muy exitosa y espero que a muchos de ustedes los pueda volver a ver y los pueda volver a saludar en las visitas que haga a escuelas.

Muchas felicidades, lo que haya sucedido se lo han ganado por su trabajo, su esfuerzo y su dedicación. Muchas felicidades y bienvenidos todos.

Muchas gracias.