Muy buenas tardes a todos, es para mí un gran gusto y un honor estar con todos ustedes.

Doctora Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México, muchas felicidades.

Doctor Javier Garciadiego, presidente saliente, también, muchas felicidades doctor.

Doctor Adolfo Martínez Palomo, miembro de la Junta de Gobierno.

Doctor Enrique Cabrero Mendoza, director del Conacyt.

Honorables miembros de la Junta de Gobierno de El Colegio de México.

Doctor Eduardo Bárcenas, secretario general de la UNAM, gracias por estar con nosotros.

Maestro José Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica.

Directores, profesores, investigadores, alumnos de El Colegio de México, funcionarios, subsecretarios que me acompañan:

Me siento muy honrado de participar en la ceremonia de renovación de la Presidencia de una de las instituciones más importantes de la educación superior en México.

Ejemplo de la alta cultura mexicana, como alguna vez lo llamo Salvador Novo, y efectivamente, como lo refirió el doctor Garciadiego, no únicamente tuve la oportunidad, desde muy joven, desde muy niño, de poder conocer a esta institución y de pasar, efectivamente, muchas horas en este edificio espectacular, obra del arquitecto Teodoro González de León, a quien aprovecho para saludar, uno de los grandes arquitectos de nuestro país.

Pero no solamente la conocí, desde muy chico aprendí a conocer y a respetar esta institución y no sólo eso, efectivamente, por las amistades de mi madre, que muchas de ellas después tuve el privilegio de que fueran mías, pude aprovechar en mi propia formación a muchos de los profesores de El Colegio de México, muchos aquí presente, así es que muchas gracias, en verdad es un honor estar en esta gran institución.

Y es precisamente, precisamente en instituciones como El Colegio de México en las que pensamos cuando hablamos de una educación pública, laica y de calidad.

Reciban todos ustedes, a través mío, el saludo que envía el presidente de la República y la felicitación efusiva que me ha pedido transmitirles por su diaria contribución al engrandecimiento de nuestro país.

Desde su origen, en esta institución convivieron dos tendencias que se nutrieron y enriquecieron mutuamente, tendencias que se desprendieron de las diferentes personalidades de sus fundadores: Daniel Cosío Villegas y Alfonso Reyes.

Daniel Cosío Villegas, el intelectual público que con sus escritos ejerció la crítica pero también la construcción de instituciones que aportaron soluciones a los grandes problemas nacionales.

Por otro lado Alfonso Reyes, el escritor y filósofo que se consagró al pensamiento y enriqueció nuestra vida cultural.

Como lo mencionó el doctor Garciadiego en su participación, no hay duda que a todos nos orgullece uno de los momentos más sobresaliente de la política exterior del siglo XX, el asilo que el presidente Lázaro Cárdenas brindó a los intelectuales republicanos obligados a huir de su país por la Guerra Civil.

Daniel Cosío Villegas refiere en sus memorias cómo decidió invitar a los intelectuales españoles, de manera temporal, a residir en nuestro país para que pudieran continuar con sus tareas universitarias mientras concluía la Guerra Civil. Afortunadamente para México, su estancia no fue temporal sino permanente.

Desde ese momento de dignidad y decoro nace lo que se llamó la Casa de España en México, José Gaos, León Felipe, Joaquín Xirau, estaban entre los primeros integrantes de esta institución.

Ya para 1940 la Casa de España en México se había transformado en lo que hoy conocemos como El Colegio de México.

Para entonces, Alfonso Reyes había desempeñado numerosas tareas diplomáticas y había publicado varios de sus libros; por su parte, Daniel Cosío Villegas, ya había creado la Escuela Nacional de Economía; El Trimestre Económico, que es la revista de Economía más antigua de América Latina y, por supuesto, el Fondo de Cultura Económica.

Ambos enriquecieron y moldearon a esta institución a lo largo de la historia, por un lado, tareas estrictamente intelectuales, herencia de Alfonso Reyes y, por el otro, contribuciones significativas a la vida pública mexicana, herencia de don Daniel Cosío Villegas.

Fue aquí en esta institución, en 1951, donde José Gaos preparó la primera traducción al español de El ser y el tiempo de Martin Heidegger; fue también aquí, en El Colegio de México donde don Luis González y González publicó Pueblo en vilo, que inició los estudios de nuestra historia en nuestro país; Antonio Alatorre, profesor investigador de esta casa, escribió aquí también esa obra fundamental de filología: Los mil y un años de la lengua española. Y qué decir de las notables obras colectivas El Colegio como: La Historia General de México o el Diccionario del Español de México.

Fue en esta institución, en 1953, donde se fundó la sección de estudios orientales, hoy el centro de estudios de Asia-África, primer departamento académico en Latinoamérica dedicado al estudio interdisciplinario de los países de Asia y África. Víctor Urquidi, presidente de esta institución, el representante mexicano en las negociaciones de Bretton Woods y uno de los pioneros de los estudios del medio ambiente en México.

A la postre, la personalidad del doctor Urquidi influiría sensiblementeen esta institución, ya que durante su gestión, se modernizaron y ampliaron los campos de estudio de las ciencias sociales mexicanas.

En el plano de la vida pública, fue aquí, donde por inspiración del trabajo de dos eminentes profesores: El doctor Gustavo Cabrera, y por supuesto, el mismo doctor Urquidi, nació la idea del Consejo Nacional de Población y las primeras políticas públicas de control demográfico en México.

Aquí nacieron también los primeros estudios migratorios del país, de la mano de Jorge Bustamante, quien fuera relator especial de las Naciones Unidas para Derechos Humanos de los Migrantes.

Además, el modelo educativo de El Colegio de México ha inspirado y ha sido semillero para la creación de otros centros de investigación de muy alto nivel en nuestro país.

De igual manera, esta institución ha formado a profesionistas y servidores públicos de excelencia; entre sus egresados se encuentran innumerables embajadores de México a lo largo y ancho del mundo. En esta administración, diez egresados de El Colegio de México son embajadores. Y aprovecho aquí para saludar al embajador Bernardo Sepúlveda, ex canciller y por supuesto, también, miembro muy destacado de esta comunidad.

Dentro de los egresados de El Colegio de México también se encuentran: gobernadores, secretarios de estado; subsecretarios, entre ellos dos que me acompañan y que forman parte del equipo de la Secretaría de Educación Pública; y por supuesto, grandes profesionistas de México.

Por otra parte, El Colegio de México ha sido trascendental para la vida intelectual del mundo de habla hispana; la política de refugio que lo originó, ha continuado a través de los años. No solamente pasaron por aquí como becarios grandes escritores mexicanos de la talla de Octavio Paz, Juan Rulfo y Juan José Arreola, sino figuras notables de las letras hispanoamericanas como Luis Cardoza y Aragón, Augusto Monterroso y Alejandro Rossi.

Entre los estudiantes de sus diferentes programas académicos, esta institución, como lo hizo en su origen al recibir al exilio español, recibió también a talentosos refugiados de las dictaduras del cono sur. Lo que inició como un refugio temporal para acoger a intelectuales de otras latitudes, se convirtió en la sede de la biblioteca de ciencias sociales más grande de América Latina y por supuesto, en una de las unidades comunicativas de investigación y de pensamiento más sólidas y fuertes del mundo iberoamericano.

Señoras y señores.

El presidente de México ha sido muy claro: la prioridad de este gobierno es la educación. Y de las 13 reformas estructurales que se aprobaron en los primeros dos años de esta administración, como lo ha dicho, la más importante es la Reforma Educativa.

La gran tarea de la educación durante el siglo XX, fue crear y sostener un sistema nacional de educación pública; el gran reto era poder llegar hasta los más últimos rincones del país. En aquel entonces cuando inició ese sueño, en 1921, cuando el presidente Álvaro Obregón con el primer secretario de Educación, José Vasconcelos, inician este sueño; parecía una utopía. En ese entonces en México, apenas se superaba el 10% en cobertura de primaria y la cobertura en el resto de los niveles educativos era prácticamente nula.

A 94 años de distancia podemos decir que en Educación Básica hay una cobertura del 100 por ciento en primaria y secundaria; que hoy tenemos una cobertura de 75 por ciento en Educación Media Superior y una cobertura de 35 por ciento en Educación Superior.

Esto es un gran éxito de la educación del Siglo XX mexicano.

Hoy el reto de la educación del Siglo XXI es tener una educación con calidad. Y precisamente ese es el fin de la Reforma Educativa. Se modificó el Artículo Tercero de la Constitución para otorgar el derecho a todos los niños y niñas y los jóvenes de México a tener una educación de calidad, y ahora el reto de la implementación de la Reforma es que pasemos de la ley a la práctica con este nuevo designio que nos da la Constitución.

Y por ello, en la Reforma Educativa lo que estamos haciendo es poner en el centro del sistema educativo a la escuela. Previo a la Reforma Educativa, las escuelas y los alumnos estaban al servicio del sistema educativo, estaban al servicio de las burocracias y estaban al servicio del sindicato.

Hoy la Reforma Educativa nos permite cambiar esa lógica, nos permite que sea el sistema educativo el que esté al servicio de las escuelas y de los estudiantes de México. Por ello, el centro de la educación y lo repito porque la Reforma es un proceso largo, complejo y complicado, pero el centro y la esencia es que llevemos y logremos tener esa educación de calidad para todos los niños y niñas de México.

El día de hoy, precisamente estuve en una Escuela Primaria en el Distrito Federal que era de las que peores resultados tenía y a partir de la reorganización que están logrando, de lo que les ha permitido hacer la Reforma Educativa, hoy son una escuela que tiene infraestructura digna, que tienes condiciones de autonomía de gestión, tiene maestros de inglés, va a tener un comedor, tienen apoyo, se les ha quitado la carga burocrática y esa escuela pasó de ser una de las escuelas con el peor desempeño a ser una de las escuelas con mejor desempeño en las evaluaciones

Precisamente esa materialización en el día a día de las escuelas es lo que buscamos con la Reforma Educativa. Que todas las escuelas de México puedan ser como esa escuela Doctor Agustín Rivera que visité el día de hoy, que se puedan transformar. Esa es la esencia.

Pero la esencia no únicamente es que tengamos educación de calidad, ya lo dijo muy bien el doctor Garciadiego, también y esta es parte fundamental del objetivo de la Reforma Educativa es que sea una educación de calidad, pero con equidad.

El sistema de educación público, laico, gratuito y de calidad que queremos construir en este país debe de darle acceso a todos los mexicanos, debe ser el mérito y el esfuerzo lo que permita encauzar al sistema público de educación del Siglo XXI. Debe de ser el mérito y no el origen, lo que garantice la ruta de la educación que habrá de tener México en el próximo siglo.

Y de igual manera, junto con este esfuerzo, para transformar la educación del país, es igualmente importante tener más y mejor investigación, es fundamental no únicamente que tengamos una mejor enseñanza en todos los niveles, es fundamental también que podamos nosotros mismos, los mexicanos, crear más y mejor conocimiento.

Y por ello, en momentos difíciles, como los que pasamos actualmente, que por la caída de los precios del petróleo, tendremos el próximo año serias restricciones presupuestales. El presidente ha dado la instrucción de que no se hagan recortes ni en la Educación Superior, ni en el gasto en ciencia, ni en innovación y tecnología.

Por eso mismo, cuando inició este gobierno, el gasto en ciencia y tecnología era de 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto y a tres años ya estamos en 0.6 por ciento del Producto Interno Bruto y nos vamos acercando a estar dentro de la meta, al final del sexenio, de cerrar en un gasto cercano al 1 por ciento del Producto Interno Bruto.

Y finalmente, toda esta educación con calidad y esta capacidad de generar conocimiento e investigación deben de tener un impacto en el bienestar económico del país, de los mexicanos y de las familias mexicanas. Debe de impactar y ayudar a que el crecimiento regional del país y las vocaciones del desarrollo regional que tenemos en nuestro país se fortalezcan a través de una educación de calidad y de una base de conocimientos que nos permita ir transitando de una economía manufacturera e industrial, a una economía del conocimiento.

Y por ello no exagero cuando digo que en el gobierno tenemos en mente, cuando hablamos de esta transformación educativa, tenemos en mente a El Colegio de México.

Esta institución es una institución que imparte una educación de inmensa calidad, sin duda una de las más altas calidades no sólo de México sino del mundo. Pero que también lo hace con una gran equidad, ya lo mencionaba también el doctor Garciadiego. En esta institución lo único que cuenta es el mérito, el esfuerzo y el talento. Ninguna otra restricción ni de origen, ni económica impide que los estudiantes estén en esta gran institución.

De igual manera, ustedes son referente no sólo nacional sino internacional en la generación de contenidos, en su capacidad de investigación y de generar nuevos contenidos lo han hecho a lo largo de sus 75 años de historia y lo siguen haciendo; y, finalmente, también ustedes son un ejemplo de cómo han logrado vincular a su institución educativa, a su calidad de enseñanza y a su calidad de investigación, con el mercado laboral.

He hecho aquí una rápida enumeración de la inmensa cantidad de extraordinarios profesionistas que ustedes han llevado a las más altas tareas del servicio público y del servicio privado.

Por ello, cuando hablamos de este sistema de educación público, laico, gratuito y de calidad y con equidad, tenemos en mente El Colegio de México, y El Colegio de México es un referente de que si es posible de aquí como en el año 21, Obregón y Vasconcelos tuvieron la utopía de crear este sistema y de llevarlo hasta los últimos rincones del país, hoy es posible que todo México pueda llegar a tener una educación con los estándares y los parámetros que tienen aquí en El Colegio de México.

Y por ello, y precisamente por ello, el presidente de la República y el secretario de Educación vamos a seguir apoyando esta noble institución. La vamos a seguir apoyando para que ustedes puedan seguir apoyando a México y sepan que cuentan con el respaldo del presidente, del secretario de Educación y de todo el gobierno federal.

Durante los últimos 10 años en la gestión del doctor Garciadiego, destacado historiador de la Revolución Mexicana, esta institución tuvo inmensos avances, sin duda tuvo grandes avances y éxitos en lo administrativo, que es fundamental. Ya lo relataba el doctor Garciadiego, importantes incrementos presupuestales, un gran programa de jubilación que puede ser un ejemplo para muchas instituciones de educación superior en este país.

Por supuesto, la ampliación que próximamente estaremos inaugurando de esta hermosa biblioteca, también una obra del arquitecto González de León y por supuesto otros muchos éxitos que tuvo la Historia mínima.

Por supuesto haber impulsado la creación de los seminarios de los grandes problemas de México, que se han convertido esos volúmenes en referentes para el quehacer de las políticas públicas de este gobierno sin lugar a dudas; en fin muchos éxitos doctor. Yo le quiero felicitar, transmitirle una felicitación de parte del presidente del República y desearle lo mejor de los éxitos en su vida académica que sé que continuará con mucha energía, con trabajos de gran calidad como siempre. Felicidades doctor.

Y de igual forma felicito con muchísimo gusto a la primera presidenta de El Colegio de México a la doctora Silvia Giorguli. Muchas felicidades doctora. Estoy seguro que usted tendrá una presidencia de excelencia como ha sido toda su carrera académica y quiero reiterarle aquí que cuanta con el secretario de Educación para que podamos seguir, como lo dije hace un momento, apoyando esta institución para que ustedes puedan seguir apoyando a México, puedan seguir apoyando a los estudiantes mexicanos, a los investigadores mexicanos, a los profesionistas mexicanos y que juntos podamos seguir construyendo un país más libre, más justo y más próspero.

Muchas gracias.