México, DF, 15 de marzo de 2015

Aquí se habría construido el Calmecac, como parte del centro ceremonial del Templo Mayor de la Gran Tenochtitlan. Era donde se educaba a los hijos de los nobles. Luego, con la Conquista, en este espacio se construyeron el Templo y Convento de la Encarnación del Divino Verbo, donde estudiaron hijas de españoles y criollos. Hoy es parte de los edificios monumentales del edificio sede de la Secretaría de Educación Pública.

Su rica y variada historia es contada en el Museo de Sitio, dividido en tres salas: Antecedentes Prehispánicos, Época Virreinal y Época Moderna.

Ubicado a un costado en el Patio del Trabajo, en el lado oriente del edificio, en la sala Antecedentes Prehispánicos se exhibe una vasija dedicada a Tláloc, deidad de la lluvia, que data de entre los años 1400 y 1500, y correspondió al recinto ceremonial del Templo Mayor.

También se muestra una escultura de piedra llamada Crótalo, que es una serpiente doblada por la mitad. Asimismo, se puede observar la escultura mexica Tlaltecuhtli, que representa la deidad de la Tierra en el panteón azteca.

Estos tres elementos fueron descubiertos debajo del antiguo Templo y Convento de La Encarnación, durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo para reestructurar los inmuebles de la SEP.

También se encuentra expuesto un friso, elemento arquitectónico que representa a Xiuhcóatl, la Serpiente de Fuego, que fue el arma más poderosa de los dioses mexicas.

Estas piezas corresponden al Posclásico Tardío, algunas están incompletas debido a la destrucción que hicieron los españoles para asentar la nueva ciudad novohispana.

Época Virreinal

Durante la época virreinal se construyeron datan dos edificaciones  que integran el conjunto de edificios sede de la SEP: Templo y Convento de La Encarnación del Divino Verbo y la Real Aduana.

En 1594, las religiosas de la orden de La Concepción fundaron la parte oriente de este predio de La Encarnación. Ante el deterioro del edificio, en 1639 se inició la construcción del nuevo convento y del templo dedicado al culto, que concluyó en 1648. Y en 1812 se terminaron las últimas obras.

La vida conventual

Las monjas concepcionistas que ocuparon el convento de La Encarnación, eran criollas o españolas. La mayoría de estas religiosas vinieron a la Nueva España y se dedicaban la oración por ser una orden básica. Por ser monjas de clausura habitaban el convento desde que tomaban los hábitos hasta que morían.

De acuerdo con información proporcionada por el arqueólogo Carlos Salas, quien trabajó en este proyecto de investigación, se encontraron huellas de las actividades que realizaban en el interior del convento, sus celdas habitación, sus basureros, áreas de entretenimiento, lugares de aseo y de trabajo.

En este convento, estudiaron hijas de españoles y criollos, pero con un modelo de educación de valores muy acentuados.

Este tipo de conventos se mantenían por medio de los patronos; es decir, por aquellas personas adineradas que absorbían los gastos de la fundación para poder vivir adecuadamente. Las monjas recibían cada determinado tiempo una dotación de dinero para cubrir sus necesidades básicas. Tenían una cocina general para todas.

Algunas de sus vajillas, que están expuestas en este museo, están personalizadas. Por ejemplo, “De mi santa señora, Luisa de la Cruz”; es decir, las monjas les mandaban inscribir su nombre.

También puede verse una cuchara de metal con el nombre grabado de otra religiosa. Hay otros objetos como una olla y cajete, ambos en color rojo, así como jarras y platos decorados con barniz de estaño y plomo, todos del siglo XVII.

En esta sala también se muestra cerámica tipo talavera del siglo XVIII y una tina de baño decorada en barniz a base de plomo también del siglo XVIII.

Objetos religiosos

En la sección de objetos religiosos se puede observar un crucifijo de bronce y madera, que data del siglo XVII; una medalla de bronce y madera, del siglo XIX, y un rosario, del siglo XVIII, que estaban en los entierros de las monjas.

Las monjas  educaban a las niñas: les daban el catecismo y les enseñaban labores manuales domésticas. Entre los objetos que se pueden observar destacan juguetes de cerámica decorados en barniz a base de plomo y utensilios para labores manuales, del siglo XVIII.

También se encuentran restos óseos de monjas “coronadas” o “floridas”, los cuales fueron encontrados  en el Coro Bajo de lo que fue la antigua iglesia de La Encarnación, que después se convirtió en la Biblioteca Iberoamericana y, ahora, Salón Hispanoamericano.

Y es que cuando enterraban a las abadesas, les ponían coronas hechas de cobre y plata con una base de lino, decoradas con flores de papel. Y también les ponían en sus manos su ramo como novias, y así eran sepultadas.

El lugar de enterramiento en un convento era el Coro Bajo para las monjas de coro y canto. Otro sitio en donde había restos es donde hoy está el auditorio Miguel Hidalgo, antes llamada Sala Profundis. Ahí se encontraron restos de menores.

Época Moderna

En la última sala del Museo de Sitio de la SEP, que está abierto de lunes a viernes, de 10:00 a 17:00 horas, se puede conocer a través de fotografías y litografías lo que fue la Real Aduana, edificio ubicado en la actual calle de República de Brasil.

Este predio que fue otorgado al capitán general Cristóbal de Oñate, quien construyó su casa en 1530. La Aduana trabajó hasta 1888, cuando el presidente Porfirio Díaz suprimió las aduanas, y el edificio fue entregado a diversas dependencias de gobierno.

En algunas cédulas de esta sala explican que en 1861, como efecto de expedición de las Leyes de Reforma durante el mandato del presidente Benito Juárez, las monjas del convento de La Encarnación fueron trasladadas a otro sitio.

En 1869, a dos años de la restauración de la República, se ubicó en este predio la Escuela Nacional de Jurisprudencia, que permaneció hasta 1905.

Posteriormente, el antiguo Templo de La Encarnación, que había permanecido abierto al culto, fue cerrado en 1918. El altar mayor fue trasladado a la iglesia de San Andrés Tetepilco, en la delegación Iztapalapa.

En 1917, Venustiano Carranza eliminó la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. El 3 de octubre de 1921 se publicó el decreto en el Diario Oficial de la Federación, la creación de la Secretaría de Educación Pública.

En esta misma sala también puede verse por medio de gráficos el proceso de reestructuración del edificio entre 1989 y 1991 realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), así como una maqueta completa del inmueble y muestras de la obra mural y escultórica del mismo.