México DF, 15 de febrero de 2015

Más de tres mil 790 tráileres viajan cada año por toda la red carretera nacional, para llevar 220 millones de libros de texto gratuitos a los 670 almacenes y puntos de acopio en el territorio, y de ahí a todas las comunidades del país.

Son mil 451 títulos que se distribuyen con un solo objetivo: coadyuvar en la educación de todos los niños y jóvenes de todo el país, porque para garantizar la gratuidad de la educación, se requiere también que los libros que se utilizan sean gratuitos.

Durante todo un año, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) prepara la elaboración, producción y distribución de estos 220 millones de ejemplares en el territorio nacional, para preescolar, primaria, telesecundaria y secundaria; así como en formatos macrotipo y braille, y bibliotecas.

Y es que desde su origen, este organismo de la Secretaría de Educación Pública se marcó como objetivo que cada estudiante de los niveles obligatorios asistiera a la escuela con un libro de texto bajo el brazo, pagado por la Federación, y a 56 años de su creación, que se cumplen este mes, se consolida como pilar de igualdad en la educación.

Con los programas y los libros de texto gratuitos hay un mínimo de conocimientos que comparten todos los mexicanos, afirma Joaquín Díez-Canedo Flores, director general del organismo.

“Es conocimiento, no son opiniones ni creencias; es ciencia; es el conocimiento de la lengua; el conocimiento de la posibilidad de calcular y dimensionar a través de las matemáticas; el conocimiento de las cosas elementales de la naturaleza y de la sociedad, que se resumen en aprender a aprender y aprender a convivir”, plantea.

Constante evolución y actualización

Creada por el presidente Adolfo López Mateos, en febrero de 1959, la Conaliteg ha evolucionado, con el fin de ofrecer a la comunidad educativa libros de calidad.

¿Quién no recuerda las portadas de los libros autoría de los artistas David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal y Raúl Anguiano, que retrataban héroes de la patria? O La Patria, obras de Jorge González Camarena: una mujer de tez morena, rasgos indígenas y mirada valerosa que, apoyada en la agricultura, la industria y la cultura, representaba el pasado, presente y futuro del país.

Los libros han tenido una constante actualización. En 1989, la Comisión instrumentó en los libros las reformas propuestas por la SEP, toda vez que el programa de Modernización Educativa exigía cambios en contenidos, ilustraciones, diseño y formato, para que en septiembre de 1994, todos los alumnos de las escuelas primarias contaran con el nuevo material.

La Conaliteg se reúne con los responsables de educación de los estados, casi con un año de anticipación, para establecer cuántos alumnos esperan tener en cada uno de los niveles educativos en el siguiente ciclo escolar, y así enviar las cantidades necesarias a cada una de las entidades.

Díez-Canedo Flores dice que mientras en primaria son libros de texto únicos, en secundaria participan editoriales privadas, y el maestro puede elegir entre las distintas editoriales los textos que mejor le convengan.

Y esto se debe que para las 17 materias en secundaria hay 399 títulos; es decir, que para cada materia hay hasta 30 opciones, indica.

Lo que hace la Conaliteg es administrar el proceso de recoger la sección de estos libros, que en ocasiones lo hacen los mismos maestros, ya que se tiene una aplicación para que escojan en línea los títulos de los libros que requieren.

Así, se consolida este gran pedido y se define cuántos ejemplares hay que mandar a cada estado.

El director general de Conaliteg informa que en 22 entidades de la república los profesores pueden hacer esta selección de los libros, mientras que en el resto se hace por otras vías, como academias por escuela o academias estatales.

Libros especiales

Díez-Canedo Flores destaca que la Conaliteg también cuenta con catálogos de libros para escuelas que tienen una característica o propósito especial, como los dedicados a la educación indígena, en el que se repartieron casi 7 millones de libros.

Los libros en código braile, agrega, ya se reparten también en el nivel secundaria, por primera vez en la historia. Y esto implica un reto especial porque son muy voluminosos, debido al tipo de papel en el que se realizan y el relieve del mismo código que se lee con las yemas de los dedos.

Los macrotipos son libros para alumnos con baja visión, y tienen el doble de ancho y alto de los libros normales, y se aumenta el tamaño de la letra y eliminan fondos de colores, con el fin de facilitar la lectura.

Pero la labor de la Conaliteg no sólo se concentra en el país, ya que cada año envía, unos 500 mil ejemplares a las comunidades de mexicanos que radican en el extranjero, principalmente en Estados Unidos.