Lic. Emilio Chuayffet Chemor: Muchas gracias, señor Qiang Tang, Director General Adjunto para la Educación de la UNESCO; señor Jorge Sequeira, Director de la Oficina Regional de Educación de UNESCO para América Latina y el Caribe; señor Secretario de Educación de Brasil; honorable presídium; señores secretarios; viceministros y representantes.

Desde que América se hizo independiente se adhirió a la exhortación de Simón Bolívar, en el sentido de que cada nueva nación debería adoptar en su Constitución el anhelo de redimir al hombre a través de la educación.

 

El fundador de la Secretaría de Educación Pública en México, José Vasconcelos, pugnó por el nacimiento de un pensamiento crítico, filosófico, latinoamericano y de una educación hispanoamericana, así como el de lograr a través de ellos una unidad regional o el nacimiento de una raza cósmica, que no era otra cosa que la síntesis de nuestro proceso de mestizaje regional.

Vasconcelos hizo grandes cosas en México. Su hazaña educativa se recuerda a 91 años de distancia de ser Secretario de Educación Pública, pero no lo hubiera logrado sin la solidaridad latinoamericana.

Junto a Vasconcelos todavía se escuchan en México las voces de la extraordinaria Gabriela Mistral: “Que las misiones culturales mexicanas señalaba, unir a todas nuestras patrias a través de la educación concebida como un instrumento que transforme la conciencia nacional”.

Así que si de unidad nacional se trata a través de la Educación, los autores de la han preconizado vienen desde el siglo XIX. Ahí están Andrés Bello, Simón Bolívar, José Vasconcelos, Gabriela Mistral, Jaime Torres Bodet, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Francisco Vilbal, José Martí y Eugenio María de Hoyos.

En México nuestro panorama es verdaderamente paradójico en estos momentos en materia educativa. Tenemos una larga tradición que contiene aciertos, pero también una serie de contradicciones graves que requiere de toma de decisiones políticas que deben llevarse a cabo no para que den sombra mañana, sino para que en dos o tres sexenios, mucho más allá del 2015 podamos estar en aptitud de tener una educación de calidad con equidad.

Para darles una idea de lo que representa el sistema educativo mexicano, es un sistema mixto, federal y estatal, tiene 35 millones de estudiantes, 235 mil escuelas, 2 millones de profesores y además somos el país que más libros de texto gratuito produce en el mundo. Cada año le damos a cada niño de escuela primaria los distintos libros que requiere para estudiar y que ascienden a 238 millones.

Sin embargo; a pesar de todos estos ejercicios positivos, México ha sufrido en las últimas tres décadas una serie de desgastes que afectan tanto a la calidad, como la le equidad en la educación.

Por ejemplo, en materia de analfabetismo 5 millones de niños no saben leer ni escribir, 10 millones son analfabetas funcionales y 17 millones de personas no han terminado su escuela básica.

Por otra parte, la modificación de planes y programas de estudio, así como de los consecuentes métodos se está apenas iniciando con las resistencias que esto genera en cada país y estamos también abatiendo las carencias en la infraestructura escolar.

Educación con calidad, pero también con equidad.

La igualdad, que en esta ciudad fue el lema de la Revolución, fue al mismo tiempo el sustento de todos los demás derechos humanos contenidos en la Declaración de 1789.

“Educar para mejorar, pero educar a todos”.

Hoy en día la igualdad no puede seguirse viendo en abstracto como la eliminación de privilegios.

La igualdad tiene que ser reconocida como la admisión de lo diverso; la tolerancia al otro y además el ánimo incluyente para remover los obstáculos que impiden alcanzar.

La equidad así concebida generará nueva y mayor educación y la mayor educación generará más igualdad, según lo ha postulado la profesora argentina Eva Braslavsky.

Los mexicanos tenemos clara esta reciprocidad entre igualdad y calidad.

Receptivo este reclamo social, el Presidente Enrique Peña Nieto hace 11 meses que tomó posesión de su encargo, inició su gobierno con una serie de reformas.

La primera, fue la Reforma Educativa.

Reforma que se inspira en ambos principios, calidad y equidad, y que describiré en seguida, pero quiero decirles que la reforma tuvo dos etapas ciertamente de debate.

Primero. La aprobación constitucional de las reformas que pudieron hacerse gracias al consenso entre los tres principales partidos de diciembre al 26 de enero.

Y después las leyes orgánicas o leyes reglamentarias de esos nuevos derechos, que apenas hace un mes y medio entraron en vigor.

¿Qué hizo la reforma, de qué se trata?

Se trata de crear varios sistemas educativos como parte del gran modelo de educación mexicana.

Primero. El sistema de ingreso, estancia o permanencia, reconocimiento y ascenso de los maestros en México dejará de ser discrecional, como lamentablemente lo ha sido hasta ahora, para volverse materia de un concurso de oposición que a partir del próximo mes de junio comenzará aplicarse en toda la república.

Con estas disposiciones no se trata de atacar a los maestros, sino de revalorar su papel y acompañarlos en su desempeño profesional.

En segundo lugar. Se ha creado un Sistema Nacional de Evaluación.

Se creó a nivel constitucional un órgano autónomo, independiente del Poder Ejecutivo, se llama INEE, Instituto Nacional de Evaluación de la Educación en México.

Este Instituto va a practicar, primero a definir el perfil y los parámetros de los maestros.

En segundo lugar. A definir las estructuras ocupacionales de cada escuela.

Y en tercer lugar. Preparar a los evaluadores y someter a concurso las plazas tanto del ingreso, como en la promoción.

Ha dicho el pedagogo colombiano, Agustín Nieto Caballero, que el maestro es quizá el único que jamás puede dejar de estudiar.

Y con esta idea la evaluación mexicana hace que año con año los maestros que no logren acceder al siguiente escalón jerárquico puedan ser acompañados de un tutor que los capacitará anualmente hasta que tengan la calidad de vida para desempeñar el cargo al que aspiran.

En tercer lugar. Se han desarrollado otros programas específicos de la enseñanza.

Primero. La Escuela de Tiempo Completo.

En México las escuelas fueron colapsando su horario siendo de 4 horas y media el horario de las escuelas primarias y de 6 las secundarias.

¿Por qué? Nuestro problema demográfico, la aparición del doble turno y el surgimiento de una serie de problemas que los acompañan.

El Presidente Peña ha decidido crear 40 mil Escuelas de Tiempo Completo. ¿Qué significa esto?

Que vamos a tener escuelas de 6 horas de lunes a viernes para la primaria y de 8 horas para la secundaria.

En estas escuelas en las zonas indígenas y marginadas de México se van a distribuir alimentos nutritivos acreditados por la Secretaría de Salud.

En estas mismas escuelas y en todas las demás vamos a tener que rehacer el horario del maestro en el aula. Lo fuimos llenando de cuestiones administrativas.

Dejó de dar clase para hacer informes, pasar listas y hacer el llenado de muchos papeles que sólo le restan tiempo al proceso de enseñanza.

Hoy estamos en plena renovación para darle al maestro ese papel de agente activo en la docencia, para que enseñe al alumno a aprender a aprender y aprender a vivir.

Además de los programas de Escuela de Tiempo Completo, tenemos ahora el de las Escuelas Dignas.

Estas escuelas son, y hay muchísimas en México, escuelas que no cumplen con los requisitos mínimos de infraestructura para dar un buen servicio.

El Presidente Peña ha destinado 28 mil millones de pesos para construir 40 mil Escuelas Dignas o remodelar las que existen y volverlas dignas en las zonas más pobres del país, con lo cual se beneficiarán 2 millones de estudiantes.

En todos los tipos y niveles educativos de México, que son 4: el inicial, el básico que es la primaria y la secundaria; el medio superior, que es el bachillerato y el superior, existen más de 8 millones de becarios.

Esto significa que por lo menos 1 de cada 4 estudiantes mexicanos tiene una beca pública del gobierno para poder estudiar y cumplir con los programas educacionales a los que se ve sometido.

Consciente de que el nuevo fenómeno de analfabetismo del siglo XXI es el de carácter digital, para eliminar la brecha que existe en esa materia en México, estamos iniciando estos días, hace 8 días inició el Programa, la entrega de 240 mil computadoras en 3 estados del país, Tabasco, Sonora y Colima.

Y alrededor de 2018, cuando el presidente deje su mandato, habremos distribuido cerca de 3 millones de computadoras para que todos los niños de 5° año de primaria tengan una.

México es heredero de una gran cultura hispánica, pero también de una gran cultura indígena.

Estamos muy orgullosos los mexicanos de que en nuestro país se hablen 364 variantes dialectales. Y en ese sentido, nos preocupa la educación indígena.

El año pasado que terminó en julio el año escolar, tuvimos 1 millón 200 mil estudiantes indígenas y les proveímos de 5.9 millones de libros de texto gratuito en su variante dialectal, pero para los mexicanos eso no es suficiente, la educación indígena no puede quedarse en el bilingüismo, ese es un sofisma que tenemos que remontar.

Nosotros hemos ideado, más bien, hemos copiado de otros países e implantado en México el sistema o modelo de la interculturalidad. En ese sentido hemos creado escuelas desde primaria hasta la universidad de carácter intercultural sin que pierdan la propia fisonomía cultura que tienen nuestros indígenas puedan libremente traspasar esa frontera invisible entre su cultura y la cultura que existe en el mestizaje. Y de esta surte preservar lo nuestro y también preservar lo de ellos.

Creo que el camino que ha seguido el presidente no es fácil. Si ustedes ven la prensa verán que desde mayo tenemos manifestaciones de maestros en México, sí, ya no va a haber venta de plazas, ya no va a haber herencia de plazas, se va a tratar ahora de asignar cada una de las plazas y cada uno de los cargos por méritos, el que tenga méritos puede acceder a una profesión tan delicada y a una vocación en el sentido latino de la palabra a un llamado tan importante como es el de enseñar.

Y esto nos ha generado rechazos de grupos minoritarios, pero es necesario superar las condiciones dadas y vencer las sinergias, generar nuevos contextos y equilibrios basados en la equidad y la inclusión. Este precisamente es al final de todo el proceso un reto que compartimos con todos los países de Latinoamérica, no sólo nuestro origen, también nuestro destino, hacer que la educación cambie a pesar de las inercias y de los rechazos y que compartamos las soluciones exitosas para poderlas cada uno ir adaptando en nuestra patria.

Herodoto enseñaba que la historia debe verse con perspectiva y profundidad, pero también es cierto que el pasado no puede ser nuestra ancla, tenemos permanentemente que remontar la tiranía de la circunstancia y eso se logra con dos elementos: con la libertad de pensamiento para razonar diferente y con la fuerza del espíritu para aniquilar las estructuras anquilosadas de la educación.

Es nuestro deber innovar los cimientos de la sociedad para que ésta eduque de manera más justa. La educación, como dijo el uruguayo Luis Osín, es y será siempre la herramienta más importante de cambio en una sociedad.

Nuestro común tribunal la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha indicado que la educación supone un pilar fundamental para garantizar el disfrute de una vida digna para todos los niños que quizás son los más vulnerables por su edad, inmadurez y por las condiciones de representación que a veces no existen o están lamentablemente laceradas por la pobreza o la ignorancia en sus partes.

Estoy hablando ahora como abogado en el sentido de que México ha reconocido en su Constitución el interés superior de la infancia y cuando decimos interés superior de la infancia no nada más estamos declarando un principio, estamos declarando un modo de interpretar todas las leyes, nada es superior al interés del niño y, consecuentemente, todos los derechos que puedan verse cuestionados a propósito de reformas educativas deberán resolverse en los tribunales viendo fundamentalmente al interés superior de la instancia. Son muchos los retos por la inclusión y la superación de inercias que unen a Latinoamérica, pero nos debe unir más, como dije antes, su solución.

Sabedores que los educadores están condicionados por otras dimensiones de la existencia humana debemos perseverar.

En esta sede de la UNESCO los mexicanos tenemos un constante recordatorio de la Unidad Latinoamericana, pero también allá en la Secretaría de Educación Pública, en la Secretaría que ocupo tenemos una permanente presencia de Latinoamérica, cuando ingreso a mi oficina lo primero que contemplo es el salón Hispanoamericano que hizo Vasconcelos con el mapa de América, comenzando en el Río Bravo, y además el salón Simón Bolívar, que pintó nuestro muralista Montenegro.

Sólo a través de una sesión humanista los países de América Latina vamos a poder lograr que la educación genere justicia, genere igualdad, genere democracia y genere también solidaridad.

Y como lo decía Simón Bolívar, y uso la frase para cerrar mi intervención, las naciones marchan hacia su grandeza con el mismo paso que lo hace en educación.

Muchas gracias.