Doctor Eruviel Ávila Villegas, Gobernador Constitucional del Estado de México.

Doctor Jorge Olvera García, rector de la Universidad Autónoma de la entidad y Presidente en turno de la asamblea nacional:

Doctor Rafael López Castañares, Secretario General Ejecutivo saliente de la ANUIES.

Doctor José Narro Robles, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Querido Rafael, Secretario General Ejecutivo saliente de la ANUIES.

Doctor Enrique Fernández Fassnacht, secretario general ejecutivo entrante de la ANUIES.

Señora Senadora, señor Secretario, señor subsecretario, distinguidos invitados, señoras y señores.

Transmito a todos ustedes el saludo cordial y solidario del Presidente de los mexicanos.

Celebro, en lo personal, la oportunidad de reunirme el día de hoy con ustedes, representantes de las principales instituciones de educación del país, precisamente aquí en el estado de México, tierra de profunda vocación educativa, como en todas las entidades, la nuestra tiene una historia de educación con singulares estelas:

Allá está en la colonia, la vieja escuela para indígenas que fundara en Texcoco don Pedro Gante; las demandas de Lorenzo de Zavala por educar para transformar el orden social; la pedagogía secularizante de Mora; las denuncias de Ignacio Ramírez sobre el marginalismo educativo; las pretensiones de los gobernadores Zubieta y Villalda que bordaron el arranque del normalismo; o el gobierno educador de Isidro Fabela, que son las aristas de una secuencia de hechos que han fortalecido la enseñanza y consecuentemente, nuestra unidad interna.

Por las aulas de este instituto pasaron notables alumnos, menciono a tres: José Vasconcelos, Daniel Cosío Villegas y Adolfo López Mateos.

El pueblo mexiquense ha continuado con esa tradición de vanguardismo educativo. por eso yo reconozco, como todos, la obra del señor Gobernador don Eruviel Ávila, quien ha concebido a la educación como un quehacer público del más elevado rango, el cual realiza no sólo con visión de estado, sino con una intensa pasión personal.

En Eruviel Ávila se cumple una vez más el viejo adagio de sabiduría popular que reza, lo digo sin duda, que el alumno ha superado por mucho al maestro, a los maestros que ha tenido.

La educación es democracia y la democracia es tránsito, tanto una como la otra son siempre búsqueda, indagatoria fincada en valores pero no en absolutos; en ensayos y experiencias, en logros y proyectos que entrelazados explican nuestro dinamismo perpetuo.

Nuestras instituciones de educación superior han sido motor, espejo y objeto de esa búsqueda educativa; universidad de encuentros, procesión de antorchas, cruce de caminos en el que se vertebran la formación de profesionales, el quehacer cultural y la investigación.

En su función formativa, se han empeñado, como explicaba don Jaime Torres Bodet, una serie de equilibrios: entre el humanismo y la técnica, entre la inteligencia y el carácter, entre la libertad y la responsabilidad, entre el derecho de la persona, la fidelidad a la patria y la solidaridad con el linaje humano.

En su misión cultural han sido centro vivo de pensamiento y acción para la recreación y transmisión de la cultura.

En este sentido, las instituciones de educación superior han escapado de lo que Justo Sierra prevenía como tragedia: "no queremos que en el nuevo templo que se erige hoy –dijo al abrir la Universidad Nacional-, se adore a una nueva Atenea, sin ojos para la humanidad y sin corazón para el pueblo".

El futuro de México es, en muchos aspectos, el futuro de sus universidades: si el nivel de la educación superior aumenta, el país tiene un mejor presente y un prometedor porvenir.

Decía Reyes Heroles que la educación no es el remedio para todos los problemas, ni puede cambiarse a una sociedad, pero sí puede movilizar conciencias a fin de lograr una sociedad cualitativamente mejor.

Mucho hemos avanzado en este tema de las instituciones educativas están egresando hombres y mujeres más comprometidos con los valores de la justicia y de libertad, que son capaces de servirse a sí mismos, pero que también sirven a su comunidad.

Todavía hay, sin embargo, un largo trecho por recorrer. la matrícula de educación superior actualmente es de 3.3 millones de alumnos, lo que representa una cobertura ligeramente superior al 30 por ciento de la población.

Ante este escenario, el Presidente de la República,  Enrique Peña Nieto, se comprometió justamente hace un año y ante esta Asamblea, a impulsar de manera decidida y comprometida la ampliación de la cobertura en este nivel, a fin de alcanzar al término de su gobierno el 40 por ciento al menos de cobertura.

Pero junto a ella, la calidad sigue siendo asignatura pendiente. La Reforma Educativa y el Plan Nacional de Desarrollo, han contemplado la creación de un Sistema Nacional de Evaluación, en el que se fortalecerá a las instituciones y se profesionalizará a los docentes, en favor de una educación de calidad.

Para garantizar la equidad, por otro lado, debemos ampliar las oportunidades para un mayor número de jóvenes. Llevaremos a cabo un Programa Nacional de Becas y Financiamiento; y además favoreceremos la equidad de género y la inclusión de personas con discapacidad.

Un reto fundamental es el relativo al fortalecimiento de la vinculación social y productiva, como ha dicho el Presidente de los mexicanos, no podemos formar parte de la frustración de los jóvenes; tenemos que lograr una educación orientada a lo que hoy demanda el mercado de trabajo, generando nuevas ofertas educativas y fomentando esquemas de colaboración académica que incidan en la movilidad y la internacionalización.

El impulso a las áreas científicas, como dijo don Enrique, debe fortalecerse. El Gobierno Federal está trabajando para que la inversión nacional en este rubro crezca anualmente y alcance un nivel del 1 por ciento del producto interno bruto, porque es la única manera para que México pueda insertarse, de manera competitiva, en el mundo global.

Sin embargo, esta administración no pretende gobernar en la unanimidad, sino que busca que todos colaboremos en la construcción de un México unido y fuerte.

El panorama de la Educación Superior en México es prometedor si se logran coordinar los esfuerzos, por lo que el papel de la ANUIES es absolutamente fundamental: ella permitirá planear el futuro educativo como un sistema integrado de necesidades de la nación, en donde el estudio se avoca a resolver las demandas de la sociedad, de la industria, de la empresa y, también, a enseñar conocimientos que garanticen el futuro laboral de quienes reciben esa impronta.

A lo largo de su historia, la ANUIES ha contribuido a la mejor formulación de planes de estudio, programas y proyectos. su papel en la actual reforma educativa es y seguirá siendo esencial.

Hago un especial reconocimiento a Rafael López Castañares por la labor que realizó estos ocho años al frente de la ANUIES y que permitió el fortalecimiento de la asociación en lo académico, en la gestión y en la representación de las instituciones de educación superior. su patente compromiso por la creación de oportunidades y la inclusión social es evidente.

Felicito a don Enrique Fernández Fassnacht, quien a partir de unos días asumirá el cargo de Secretario General Ejecutivo. Su amplia trayectoria académica y profesional en el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Nacional Autónoma de México y con mucho honor lo digo, en la Secretaría de Educación Pública, le dan una visión integral de la Educación Superior en México. Pues conoce las trincheras del alumno, del profesor, del investigador y del funcionario público. le ofrezco, don Enrique, mi más franca solidaridad en las tareas que juntos habremos de emprender.

La educación redime, reformémosla para que no pierda ese vigor; para que no se disuelva, dictándola, sino que se fortalezca discutiéndola; para que no se reduzca a ser siembra de ideas inertes, sino vivas; para que no se constriña al trabajo sobre el educando, sino con él.

Rindamos a la Educación Superior el mejor homenaje: el de su defensa, porque es agente de la historia y de la transformación, de la libertad y de la solidaridad, así como de la responsabilidad.

Hagamos nuestra la convicción que encierran las palabras de quien preside esta aula magna, el Presidente Adolfo López Mateos, cuando dijo que: "La Universidad es la mejor de todas nuestras instituciones sociales, de México".