Orientaciones didácticas 

 Las orientaciones didácticas proporcionan una visión más amplia del contenido que se pretende estudiar, por ejemplo, la importancia de éste como parte de la matemática básica, sus vínculos con otros contenidos, el nivel de profundidad que se pretende alcanzar, algunos problemas en los que el contenido tiene aplicación y, en algunos casos, se mencionan recursos adicionales que se pueden utilizar para el estudio.

Para efectos del Currículo en línea hemos optado por poner una etiqueta a cada contenido, que se corresponde con las orientaciones didácticas y con las secuencias didácticas. El primer dígito se refiere al grado, en orden progresivo de 1 a 9, incluyendo los seis grados de primaria y tres de secundaria. El segundo dígito corresponde al bloque y el tercero al lugar en el que aparece el contenido en el programa. Así por ejemplo, el contenido 7.3.2 es el segundo del bloque 3 de primero de secundaria. El uso de las etiquetas nos ha permitido agilizar la comunicación.

Las secuencias didácticas se desglosan en planes de clase, constituyen una propuesta básica para que los docentes puedan realizar, cotidianamente, un trabajo planificado, con actividades diseñadas en función del contenido que se va a estudiar y con intenciones didácticas premeditadas, en las que se describe el tipo de recursos, ideas o instrumentos que se pretende pongan en juego los alumnos. Además, incluyen una reflexión anticipada sobre lo que puede ocurrir durante la gestión de la actividad y algunos elementos con los que el maestro pueda apoyar a los alumnos en el análisis de lo que éstos producen.

Los planes de clase NO son recetas para seguir al pie de la letra. Los docentes de grupo que utilicen estos recursos deben resolverlos y analizarlos previamente para apropiarse de ellos, en caso necesario, pueden hacer las modificaciones o adecuaciones que consideren pertinentes. La tarea de diseñar buenos problemas para estudiar matemáticas encierra una gran complejidad y otro tanto la de animar la discusión para que los alumnos produzcan conocimiento a partir de esos problemas. En la primera tarea podemos apoyar a los docentes, porque las actividades de estudio no son exclusivas para cada grupo de alumnos, incluso hay actividades que se conocen y se usan universalmente con resultados muy similares. Luego entonces, esta es una buena manera de acompañarlos, para que juntos logremos mejorar la práctica de enseñar matemáticas. En la segunda tarea, si acaso podemos orientar al maestro con algunos elementos que le permitirán sentirse más seguro para gestionar la clase, pero no podemos suplirlo. Es aquí donde debe echar mano de toda su creatividad, conocimientos y experiencia.

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