La Quinta Asamblea del Fondo Mundial para el Medio Ambiente tiene lugar en un momento histórico del planeta. Hoy reconocemos que si se mantienen los ecosistemas saludables, los manejamos adecuadamente, y  logramos estabilizar el clima, tendremos los elementos propicios para lograr un desarrollo sostenible, crear empleos y generar bienestar para las personas.

La Asamblea se realiza en un momento en el que, cada vez más, los gobiernos, empresas e individuos sumamos nuestros esfuerzos en torno a compromisos medibles que claramente reduzcan la huella ecológica. No es posible “continuar haciendo las cosas como las hemos venido haciendo”.

Al reflexionar acerca de estos retos y oportunidades, la Asamblea concluyó que el GEF está en  mejores condiciones para impulsar a nivel global la protección de los ecosistemas, ampliando las oportunidades de desarrollo para todos los pueblos. Esto lo debe de hacer el GEF de manera decidida y con la visión 2020 aprobada en esta Asamblea.

Es necesario contar con mayores recursos financieros para alcanzar un crecimiento verde, de tal forma que éste contribuya a reducir la pobreza y nos permita  avanzar hacia sociedades incluyentes. Asimismo, se requiere reconocer el valor del capital natural y promover la productividad mediante cadenas de suministro sustentables. Existen vínculos indisolubles  entre  agua, energía y alimentación. Como también los hay entre ciudades e infraestructura, cuyos atributos en el futuro deben ser la sustentabilidad y la resiliencia.

El GEF debe continuar siendo un actor decisivo para movilizar recursos adicionales mediante la aplicación de los mecanismos innovadores que contempla la Estrategia GEF 2020.

Desde la perspectiva del sector privado las inversiones verdes son un asunto de competitividad. El GEF está transformando la manera en que involucra a este sector, con nuevos instrumentos programáticos y apoyando a los gobiernos en la promoción de entornos propicios para ello.

La participación de las organizaciones de la sociedad civil es fundamental como lo ha sido en estos cuatro días de trabajo intenso. Sólo con el involucramiento corresponsable de nuestras comunidades podremos lograr los objetivos que nos hemos planteado. El GEF buscará que las estrategias exitosas que han sido utilizadas para involucrar a las mujeres, los grupos indígenas y los jóvenes, se mejoren y fortalezcan.

La participación activa de todos los actores en inversiones más inteligentes será la clave para que todos los proyectos sean escalados al ámbito global y generen impactos favorables para el desarrollo social, económico y ambiental.

En esta Asamblea se identificaron dos instrumentos fundamentales para aplicar estrategias de desarrollo sustentable e incluyente: la legislación y la valoración del capital natural. Estos instrumentos constituyen  el marco  para brindar mayor sagacidad a nuestras inversiones en campos donde reditúen de una manera eficiente y eficaz. De esta manera, los planes de desarrollo económico de los países que conforman el GEF se verán robustecidos.

La Asamblea celebra los nuevos recursos aprobados para la sexta reposición, cuyo monto  sin precedente constituye un voto de confianza al GEF por parte de los países donantes. México ha duplicado su contribución al GEF como señal  de su amplio respaldo al Fondo Multilateral y como una invitación a las demás naciones para profundizar nuestros esfuerzos en la atención a los desafíos ambientales globales.

La Asamblea ha concluido con un mensaje claro: si invertimos de manera inteligente, podemos mejorar el capital  natural y los beneficios sociales, contribuyendo a la transformación de las economías  para generar mejores condiciones de vida y bienestar para todos, sin comprometer la sustentabilidad.

Siendo este el mensaje de la Asamblea, permítanme rescatar las palabras del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien ayer nos dijo:

“Si el cambio climático es consecuencia del egoísmo del hombre, su solución se encuentra en la solidaridad de la humanidad”.

Muchas gracias

Cancún, Quintana Roo, 29 de mayo de 2014