La educación ambiental mueve a la reflexión sobre la influencia del ser humano en la transformación de su entorno. Los niños aprenden a identificar los problemas ambientales de su localidad, del campo y de la ciudad.

Entre otras reflexiones, la educación ambiental propone el manejo de la regla de las tres R (reducir, reutilizar y reciclar). 

Ejemplos: 

  • No desperdicies el agua. Realiza baños cortos, cierra la llave para que no corra el agua innecesariamente, reutiliza el agua enjabonada para remojar ropa y trastos de cocina. 
  • Divide la basura en orgánica e inorgánica. Separa los residuos de papel y mantenlos limpios y secos. Así facilitamos su reciclaje. 
  • Compra solo lo que vayas a consumir. Evita el desperdicio y la generación innecesaria de residuos. 
  • Ahorra energía eléctrica invirtiendo en focos LED, reparando fugas de electricidad y utilizando electrodomésticos y aparatos eléctricos que sean eficientes en su consumo de electricidad. 
  • No tires nunca a la basura común aparatos eléctricos que podrían, al romperse, liberar metales potencialmente tóxicos. 

¡Una buena educación ambiental destaca la importancia de las conductas individuales y la organización colectiva en la protección del medio natural!