En la Cumbre Mundial del Océano, organizada por The Economist y que se lleva a cabo en Quintana Roo, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que el México de hoy está orgulloso de su patrimonio natural y está comprometido con el cuidado del medio ambiente. Por ello trabaja por un futuro más armonioso entre el desarrollo y la conservación de la naturaleza, que calificó como el mayor desafío de la humanidad.  

Nuestro país tiene una privilegiada ubicación geográfica que lo sitúa entre los dos océanos más grandes del mundo, el Atlántico y el Pacífico, lo que nos compromete aún más a protegerlos y lograr su aprovechamiento sustentable.

Los mares mexicanos albergan una riqueza biológica impresionante, que no solo pertenecen a México sino a todo el mundo. En este sentido, nuestro país busca aprovechar el potencial de sus océanos, mares y costas manteniendo el equilibrio entre el crecimiento económico, la seguridad alimentaria y la conservación de los ecosistemas.

En este sentido, lanzó cuatro recomendaciones de políticas públicas para lograr una mejor gestión de los mares y océanos.

1) Ser audaces. Fijarse una meta de conservación y trabajar para alcanzarla y eventualmente superarla. El papel de los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil es actuar con visión de largo plazo. Una de las herramientas más eficientes que tienen los gobiernos para conservar la biodiversidad es la designación de zonas donde la actividad económica esté restringida u ordenada. Así lo ha hecho México, y al día de hoy el 23% de sus zonas marítimas se encuentra en un régimen de protección, teniendo como ejemplo el decreto de la mayor área marina protegida de toda América del Norte: el Parque Nacional Revillagigedo.

2) Ser comprometidos. Los países que tiene el privilegio de contar con litorales deben aprovecharlos. Para lograr un uso sustentable de los recursos marinos tenemos que equilibrar el deseo de explotarlos con la necesidad de protegerlos. Se debe contar con los incentivos y disuasivos adecuados. En México un ejemplo es la acuacultura, que permite seguir aprovechando los beneficios económicos de la pesca evitando la sobre explotación.

3) Ser decididos. Para salvaguardar las especies y recuperar sus hábitats naturales hay que dar la pelea. Los casos exitosos tienen un rasgo en común: la determinación con la que se actúa. Salvar a una especie de la extinción, solo puede tener éxito si se vuelve un compromiso prioritario. México busca ser ejemplo en la preservación de la vaquita marina, un pequeño cetáceo que habita en el Alto Golfo de California. Estamos dando una gran batalla por conservar esta especie de la que se estima que existen menos de 30 ejemplares y que se ha convertido en víctima incidental de la captura ilegal de otras especies, particularmente de la totoaba.

4) Ser entusiastas. Para tener éxito hay que involucrar a todas las partes y hacerlas partícipes de nuestras causas. Esta es una lucha que nos compromete a todos y esta Cumbre que reúne a gobiernos, empresarios, académicos y líderes de la sociedad civil es claro ejemplo de ello. Desde el imponente Caribe mexicano, uno de los mares más bellos del mundo, hago un llamado para que todos participemos en la misión de proteger nuestros mares y océanos manteniendo el equilibrio entre explotación y cuidado del medio ambiente.