Muy buenas tardes a todas, a todos.

Saludo a todos los miembros del presídium, y particularmente a todo el auditorio, este muy importante auditorio.

He compartido en algunas ocasiones, algunos eventos con ustedes, y saben que siempre he creído que el posicionamiento corto ayuda y permite penetrar resistencias, permite generar actitud de todas y todos en favor de causas y, por eso, soy breve normalmente en mis intervenciones.

Pero hoy quiero pedirles que me permitan, y sé que han sido cinco oradores antes que yo, hablar sobre dos temas: uno de coyuntura, y otro en el que estamos.

Los dos ligados de alguna manera y los dos muy importantes para nuestro país.

Si me lo permiten, en el primero. Me refiero al reporte sobre homicidios dolosos del mes de mayo, que publica mes a mes el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En primer lugar, quiero señalar que el Gobierno de la República da seguimiento permanente a este fenómeno y, que por cierto, por primera vez, coincidimos con las organizaciones de la sociedad civil en que el levantamiento es correcto y transparente, y que está a la vista de todos.

Ante el repunte registrado, estamos redoblando esfuerzos con el resto de los órdenes de gobierno para dar respuesta efectiva a este fenómeno a partir siempre, como lo hemos hecho, de la corresponsabilidad.

En otras palabras, es fundamental una acción de Estado para regresar a la tendencia a la baja que habíamos logrado a partir de 2012, lo que por cierto, nadie destacaba, casi ningún medio lo señalaba.

Pero durante 2013, 2014 y 2015, y con cifras oficiales del INEGI, habíamos disminuido del 21 a 16 por cada 100 mil habitantes respecto a los homicidios.

Advertimos por supuesto que en el 2016 esto estaba dejando de suceder.

Advertimos que los cambios de gobierno en 21 estados de la República podrían generar desconcierto ante la falta de legislación que permitiera formar instituciones que cumplieran con su deber, más allá, de periodos de gobierno municipales o estatales.

Por ello, quiero señalar que este repunte de la violencia se explica por una parte, por sin lugar a dudas lo ya explicado, pero por otra fundamental, que es el reacomodo de las agrupaciones criminales en algunas regiones del país, a partir de todas las detenciones hechas.

Tengo que destacar que de los 122 objetivos prioritarios en el país, buscados por 5, 10, 15 o 20 años, este gobierno ha detenido a 107, en tan solo cuatro años.

Sin lugar a dudas, cuando se detienen, cuando también se lesiona su actividad logística y financiera, estos grupos, los que quedan, tratan de unificarse y tratan incluso y hacen acciones que lastiman a la sociedad, en la comisión incluso de otros delitos.

Y también por otra parte, señalar que una parte significativa de los homicidios no está relacionada con el fenómeno del crimen organizado.

Según datos de quien genera estas cifras, quien las clasifica, del total de homicidios, aquellos que están relacionados con delitos del fuero común, pasaron de 3 de cada 10, en 2011, a 5 de cada 10, en 2016.

Lo anterior da cuenta de que a diferencia de 2011, estamos enfrentando un fenómeno de violencia, sí, con un componente federal, sí, con el crimen organizado, pero agudizado en gran proporción en los delitos del fuero común que se suceden en el orden local.

Es, por ello, que estamos actuando en dos grandes vías para superar esta situación.

En primer lugar, llevando a cabo las acciones operativas necesarias del Gobierno Federal para reducir la violencia que producen las organizaciones criminales, basándonos en los datos que se han dado a conocer para focalizar, focalizar y priorizar los esfuerzos en las regiones que más violencia presentan.

Así lo hemos venido haciendo con la estrategia de los 50 municipios estratégicos, prioritarios, ¿por qué lo son? Porque en estos 50 municipios se suceden prácticamente la mitad de los homicidios dolosos de todo el país, y que sin duda el poder avanzar en ellos nos arrojarán otras cifras al corto y mediano plazo.

En cada uno de dichos municipios trabajan de manera coordinada las instituciones integrantes del Gabinete de Seguridad, así como autoridades estatales y municipales, para reducir la violencia y la inseguridad en sus diversas expresiones y niveles.

En segundo lugar, mediante un trabajo estrecho con las autoridades locales para apoyar acciones que resulta urgente, sean implementadas sin dilación en ese nivel.

Es fundamental que los gobiernos estatales y municipales, redoblen sus esfuerzos para reducir la violencia causada por fenómenos delictivos locales, como el robo, el secuestro, el pandillerismo, mismos que están relacionados con el 50 por ciento de los homicidios registrados en el país.

Para ello, quiero reiterar, no hay atajos, ni caminos cortos. Se requiere fortalecer las instituciones locales de seguridad y de procuración de justicia.

A ello atienden las iniciativas que desde el 2014, el Ejecutivo Federal ha impulsado en materia de seguridad, particularmente como la relativa a la adopción de un nuevo modelo policial.

Un modelo que permita fortalecer las instituciones locales. Esas instituciones que presentan un deterioro sistemático y que muchas regiones están francamente rebasadas por el fenómeno al que se tiene que combatir. Si no se da el marco legal, si no se da con ello la obligatoriedad, esto no va a suceder.

Por eso, nuevamente el llamado respetuoso a la Cámara de Senadores, y particularmente a la Cámara de Diputadas y Diputados, ahí está una minuta enviada por el Senado.

Quiero reiterar desde esta tribuna, no nos estamos oponiendo, sino más bien, lo que pedimos es que no se vaya a hacer una legislación que en lugar de ayudar genere más problemas.

Nosotros dejamos hace un par de meses tres hojas en las que les decíamos cómo sí podía caminar ese bando mixto, sin que generara más problemas en órdenes administrativos que pudiera aprovechar la delincuencia.

No nos estamos oponiendo. A las legisladoras y a los legisladores les estamos pidiendo que ya se busque un acuerdo, porque si no nos parece grave, entonces vuelvo a repetirlo, de dos mil 450 municipios que hay en el país, solo mil 800 corporaciones existen municipales, 600 no, 600 municipios no tienen una corporación.

De las mil 800, a las que hago referencia, 900 tienen 20 o menos integrantes de seguridad, policías, no preparados, con percepciones bajas, sin capacitación permanente, sin controles de confianza, controles internos.

Por eso, es que creemos desde el Gobierno Federal, sin hacer a un lado la responsabilidad que nos toca, creemos que debemos de ver qué es lo que le conviene y qué es lo que necesita en este momento el país.

Qué es lo que se requiere para que sea a partir de las instituciones de policías profesionales, como se pueda detener esta alza que hemos tenido en el último año, en la diferente comisión de delitos.

Y esa es también la razón, y quiero agregar para las cámaras, de la petición de la revisión y la propuesta que ya se hizo, de modificación a algunos aspectos del nuevo Sistema de Justicia Penal, y al catálogo de los delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa.

A quienes sean detenidos por portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y acopio de estas armas.

Qué está sucediendo en lo que fue aprobado e implementado y que hoy vemos que nos está causando problemas. Un asalto, alguien que lo comete con un arma, cualquiera que lo señale y lo denuncie, lo detienen. Mañana van a ver en la calle a quien les asaltó.

Lo que queremos es que haya, se haga una revisión, una modificación para que esto no suceda. No puede ser que quien porte cualquier tipo de arma, y lo cometa, la use para agredir y lastimar a la sociedad, pueda prácticamente usar lo que hoy se ha llamado la puerta giratoria y salga en libertad a seguir su proceso de la misma manera.

Por eso, esta petición también al Congreso de la Unión.

La seguridad pública es un asunto de Estado, no solo de un orden de gobierno, por ello, es prioritario que cada orden de gobierno asuma su responsabilidad constitucional y actúe con inmediatez y sentido de urgencia.

Lo anterior implica el combate a la delincuencia, la disminución de la incidencia delictiva y la prevención social.

Pero también muy importante, el fortalecimiento decidido de las instituciones de seguridad y justicia a nivel local.

Hoy todos los órdenes de gobierno y Poderes de la Unión, estamos llamados a redoblar esfuerzos en el marco de la corresponsabilidad, para consolidar una seguridad efectiva y duradera en beneficio de los mexicanos.

Por parte del Gobierno de la República, se continuarán con las acciones institucionales para atender sin dilaciones la legítima demanda de seguridad de los mexicanos.

No hemos volteado la cara, no nos hemos hecho a un lado, hemos asumido nuestra responsabilidad.

Es una estrategia que además de la coordinación se basa en el apoyo total y completo de nuestras Fuerzas Armadas, allá en cada una de las entidades, incluso, haciendo funciones de policías municipales. Fuerzas Armadas que no fueron preparadas para ello.O policías federales que asumen la seguridad de un municipio y a veces de un estado, sin tener eso en su responsabilidad.

De parte del gobierno han tenido todo el apoyo los estados y seguirá existiendo, la seguridad implica un esfuerzo de todos, un esfuerzo del Estado mexicano.

Y en este evento, permítanme, respecto a este evento, señalar algunos temas fundamentales.

Primero, además de saludar a las legisladoras, saludar a las presidentas y presidentes de los tribunales de justicia del país, así como a sus enlaces de género.

De igual manera saludar a las titulares de los mecanismos locales para el adelanto de las mujeres, y a las representantes de organizaciones de la sociedad civil.

Digo yo, qué bueno es encontrarnos nuevamente para seguir trabajando juntas y juntos en este tema.

En este Cuarto Encuentro se expresan inquietudes, inquietudes comunes y proyectos encaminados a mejorar nuestros marcos jurídicos en favor de un México de igualdad, de un México sin violencia hacia las mujeres, de un México que sí es posible. Por eso estamos hoy aquí. Me da mucho gusto saludarles a todos.

Ustedes lo saben, como diputadas y como senadoras; como funcionarias y como activistas, pero sobre todo como mujeres, que las mexicanas no pueden esperar más.

Porque el avance de México requiere el empoderamiento y avance de las mujeres en condiciones de igualdad.

En igualdad para tener las mismas oportunidades de estudio, trabajo y participación política y social.

Y en empoderamiento, para que puedan desarrollarse, crear y emprender siempre, siempre en libertad, porque nadie tiene derecho a ponerles obstáculos ni mucho menos agredirlas.

Porque cada día, las mujeres mexicanas demuestran la enorme capacidad y talento que tienen al hacer frente a los retos, ya sea en el hogar o en la academia; en la industria o en el arte; en el gobierno o en la propia sociedad; en el deporte o en la tribuna.

Por eso, es tan importante la reunión que hoy nos convoca, para profundizar lo que hemos alcanzado.

Diva comentaba algunos logros, permítanme reiterarlos.

La paridad de género en los Congresos, que por tantos años ustedes empujaron y que hoy, gracias a ese impulso y a la visión del Presidente Enrique Peña Nieto, es ley y es realidad.

Hoy, 42 por ciento de la Cámara de Diputados son mujeres, y el año entrante, el principio de paridad también aplicará en las elecciones para el Senado de la República.

A ello se suma la despolitización, en este gobierno, de la Alerta por Violencia de Género, haciendo de ella un instrumento útil para que las autoridades locales actúen y hagan frente a este flagelo.

Muy importantes son también los avances en la armonización legislativa local, particularmente con relación a la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

No obstante, lo sabemos, aún tenemos desafíos por delante. Falta, falta armonizar y legislar para que la perspectiva de género esté presente en los marcos jurídicos de planeación, y como se dijo aquí, en los presupuestos estatales.

Así como para que nuestras normas incluyan la paridad y se logre una cultura institucional que promueve la igualdad sustantiva.

Aunado a lo anterior, permítanme referir a seis temas.

Primero. Resulta imprescindible completar la publicación de las leyes de igualdad y no discriminación en todo el país, así como sus respectivos reglamentos, porque ellos dan certeza a los operadores encargados de aplicar la justicia.

Segundo. Es urgente evitar el matrimonio infantil, estableciendo para ello la edad mínima de 18 años, en concordancia con el Código Civil Federal.

Es inadmisible que en ciertas entidades aún se permita el matrimonio entre menores, el cual suele llevar al abandono escolar, el embarazo prematuro, la mortalidad materna, y la pobreza intergeneracional.

Tercero. Si bien se ha realizado un esfuerzo para tipificar el feminicidio, la realidad es que en algunos casos cuando el agresor es un familiar, aún llega a considerarse como “homicidio por razón de parentesco”.

Ante ello, es necesario que en todo el territorio el feminicidio se establezca como un delito autónomo, con un protocolo de actuación ministerial, policial y pericial específico, y cuya penalidad sea la misma que a nivel federal.

Cuarto. Es imprescindible contar con estadísticas confiables en los temas de procuración e impartición de justicia.

Para que los datos se puedan desagregar, sean oportunos, y permitan diseñar mejores políticas públicas, para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

Por ello, es importante establecer en la ley la obligación de las autoridades locales de alimentar el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres, y homologar  los bancos estatales para facilitar el intercambio de información.

Quinto. Es importante fortalecer y consolidar a los Centros de Justicia para las Mujeres.

Como ustedes saben, se trata de espacios muy importantes que brindan atención médica, legal, psicológica a las mujeres que sufren violencia.

Nos comprometimos de parte del Presidente, en este gobierno, a tener por lo menos uno en cada entidad, y esto va a suceder, y en algunos dos o tres.

Pero les pido que trabajemos para que los Centros cuenten –legisladoras, legisladores- con suficiencia presupuestal y operativa que les permita cumplir su misión.Sexto, y último, hay que señalar que si bien gracias a la voluntad de los Tribunales Superiores de Justicia del país, hoy existen ya las Unidades de Género en todos ellos; aún falta que lo mismo suceda en los Congresos estatales.

En ello, tengo la certeza de que contamos con la voluntad de ustedes las diputadas locales.

Sé que abordar estos temas, estos retos no es tarea fácil, que en muchas ocasiones tienen que navegar contra corriente.

Pero sé también de su convicción y capacidad para hacerlo, porque en un Estado de Derecho, no caben leyes ni acciones discriminatorias.

De igual manera, sé que no basta con lograr buenas normas, que es necesaria su aplicación, que su aplicación sea plena y sin menoscabo de nadie.

Por eso celebro que en esta reunión participen los Tribunales Superiores de Justicia, porque México necesita del compromiso de la sociedad, de los Tres Poderes y órdenes de gobierno.

Porque cada paso en favor de las mujeres y su empoderamiento, es un paso en favor de todas y todos nosotros.

Lograr que la igualdad de género se reconozca a plenitud y que pase del papel a la práctica, es una tarea que no se logra de la noche a la mañana.

Se trata de una transformación de fondo, que exige un trabajo permanente, como lo hemos venido haciendo, tal como el que se impulsa desde este espacio.

Por ello, no podemos detenernos. No hay tiempo que perder y hay que acelerar la marcha.

La mitad del país son mujeres, y para que México avance tiene que hacerlo completo. Si faltan ellas el desarrollo se detiene.

Esa es la convicción que tenemos en el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, y con esta convicción les invito a que sigamos trabajando en unidad, legisladoras y legisladores, magistradas y magistrados, gobiernos locales, organismos autónomos y siempre, junto con la ciudadanía.

Transformemos discriminación en inclusión; violencia en armonía; impunidad en justicia; desigualdad en igualdad y oportunidades.

Sigamos haciendo de los derechos humanos nuestra guía y prioridad, y de los derechos de las mujeres, hagamos que con nuestras acciones ya sea una realidad.