Buenas tardes a todas y a todos.

Bienvenidos a la Secretaría de Gobernación, para quienes no colaboran en esta área.

Doy la bienvenida, particularmente a Erik Vittrup, representante de ONU Hábitat en México.

A Sean Jones, Director de la Misión de USAID en México.

Hace un momento cuando iniciábamos el evento, platicábamos de los protocolos que seguimos en México, en la que se presenta el presídium, y a todos los que formamos parte de un evento, y me decían que tanto en Estados Unidos como en Dinamarca, no es tanto el protocolo.

Y me esperé para decirles aquí que se hace de esta manera en México y porque creemos importante, además de mencionar a los que están presidiendo un evento, también nos da oportunidad para agradecerles todo el apoyo y todo el respaldo.

Gracias por este convenio y gracias por lo que vamos a hacer el próximo año, de recursos que seguramente llegarán a México en favor de las mujeres, de la protección y para erradicar la violencia contra las mujeres.

A ambos, muchas gracias por estar el día de hoy aquí.

Gracias a todos, los saludo con afecto y con reconocimiento a quienes son funcionarios públicos, a quienes vienen de diferentes organismos de la sociedad civil, integrantes de organismos internacionales también.

A fiscales y procuradores de justicia.

A investigadoras, investigadores.

De verdad, muy importante la presencia de todos.

Al presidente del Tribunal, también a la magistrada, gracias por su presencia.

Ricardo, pasado mañana tendremos un evento muy importante con el señor Presidente de la República, como saben todos, después de que, durante un largo proceso, se diera lo de la Ley de Niñas, Niños y Adolescente, pasado mañana habremos de consolidar este esfuerzo de la sociedad, de todas y todos en México.

Lorena, con el gusto siempre de saludarle.

A todos, muy buenas tardes.

Agradezco la presencia de representes de USAID, quienes son nuestros grandes aliados en este y muchos otros proyectos a favor de una justicia más accesible para todas y para todos.

Y agradezco, desde luego, la disposición de ONU Hábitat para seguir estrechando nuestros lazos de cooperación.

De manera muy especial, saludo a cada una de las directoras de Centros de Justicia que están presentes el día de hoy, que pudieron llegar. Sé que desviaron algunos aviones, tal vez estén en Acapulco viéndonos desde allá, pero de las que pudieron llegar, bienvenidas aquí a la Secretaría de Gobernación.

Y lo digo, sobre todo porque siempre reitero el reconocimiento por su dedicación, por su compromiso y entrega, que es lo que está marcando día a día la diferencia para decenas de miles de mujeres alrededor del país. Por eso, a todas y a cada una de ustedes, mi mayor reconocimiento.

El miedo, la discriminación y la desigualdad son barreras que limitan el desarrollo de cualquier persona, pero que particularmente afectan a millones de mujeres, como se ha dicho aquí, alrededor del mundo, porque restringen su crecimiento, su capacidad de decidir o incluso de vivir en tranquilidad.

Y es que la violencia de género no solo vulnera los derechos de las mujeres, sino que deteriora el tejido social y la armonía de comunidades enteras.

Por eso, en el Gobierno de la República estamos trabajando para erradicarla, a partir de cambios estructurales en todo lugar y en todas sus formas.

Pero sabemos que esto toma tiempo; que la igualdad y el respeto a los derechos de las mujeres no se decretan, sino se construyen entre todas y entre todos.

Y si bien hay avances, lo comentaba con Lorena, con Alejandra hace un momento, tenemos estadísticas que nos marcan avances importantes, no nos conforman y, por supuesto, no es como quisiéramos que pudieran estar en este momento los avances.

Por eso hay que seguir trabajando, y porque hay muchas mujeres que no tienen el lujo de esperar a que estos cambios ocurran.

En este sentido, el Presidente de la República ha dado muestra de manera transversal y en cada decisión, de su profundo compromiso con las mujeres.

Por eso trabajamos, entre otras, en una política que ofreciera a quienes así lo requieren, un apoyo integral y oportuno, fundamentalmente.

De eso se trata el trabajo que se realiza en cada uno de los  Centros de Justicia alrededor del país.

Centros que operan a partir de la suma de capacidades entre el Gobierno de la República y cada una de las entidades donde se encuentran.

Y que, además, funcionan bien gracias a que en este proceso nos hemos visto acompañados de la asesoría y vasta experiencia de organismos internacionales como ONU-Hábitat.

Por eso celebro que el día de hoy avancemos todavía, aún más, en ese sentido.

Porque, sin duda, este convenio viene a fortalecer estos espacios, que fueron diseñados de manera integral para que cada mujer pueda acceder a los distintos servicios que necesita, fundamentalmente lo importante, es que en un solo lugar.

Así, cuando existe un riesgo físico, cuando se les ofrece una asistencia de manera inmediata, se les ofrece una habitación de manera temporal y se trabaja junto con ellas, para ubicar en su círculo cercano alguna alternativa de alojamiento.

A la par, se pone a su disposición orientación jurídica gratuita y acompañamiento psicológico profesional.

Y algo muy importante es lo que se ha venido desarrollando en distintos Centros de Justicia como el de Coahuila, Puebla, Chihuahua o Durango. Ahí, se está trabajando en modelos para empoderar a las mujeres económicamente.

Porque no contar con recursos suficientes, jamás debe ser justificación para soportar agresión alguna, y porque la violencia económica puede llegar a ser menos evidente, pero igualmente agresiva.

Además, se han iniciado ejercicios para vincularlas a empresas que puedan ofrecerles un empleo, de acuerdo a la capacitación que reciben.

Es decir, en estos centros se brinda apoyo para reconocer la dimensión de su propia fuerza y su capacidad de construir un mejor futuro. El resto lo hacen ellas solas.

A todas las directoras les exhorto a que conozcan y apliquen modelos de empoderamiento como estos.

A que se informen también sobre los acuerdos que tenemos con la Secretaría de Economía y del Trabajo para impulsar este tipo de esquemas.

Porque algo que ha sido clave en esas experiencias es precisamente la vinculación entre los diferentes centros.

Cuando iniciamos esta administración, no había ni siquiera un registro de cuántos existían y en muchos casos, de cómo operaban.

Ahora, hemos conformado una verdadera red nacional que les ha permitido conocerse, compartir experiencias y así aprender unas de otras.

Ya son 26 los centros que están operando en 19 entidades del país. Apenas la semana pasada se inauguró uno en Morelos y otro más en Coahuila, y dos más abrirán sus puertas en Aguascalientes y Guanajuato el primer trimestre del 2016.

Así, vamos avanzando en cumplir con el compromiso del Presidente Enrique Peña Nieto, que es tener cobertura en las 32 entidades del país.

Para que sin importar dónde se encuentren, toda mujer sepa que cuenta con el respaldo en lo local y, por supuesto, del Gobierno de la República.

Y muy importante, la calidad de la atención que reciben debe ser la misma en todos lados, en todos lugares.

Por eso, he instruido a la Comisionada Nacional a desarrollar un modelo único, a fin de que exista un mínimo de estándares y servicios en todo el territorio nacional.

Justamente en ese sentido, cobran relevancia los lineamientos que presentamos y que irán de la mano con el convenio que acabamos de firmar. Nuevamente muchas gracias.

De que sean seguros, accesibles, cómodos e incluyentes; que propicien una atención integral, pero sobre todo, cálida y cercana.

Es decir, estamos dando un paso más a favor de la calidad y la igualdad, en congruencia con los principios que ONU Hábitat establece.

Y esto va muy de la mano de otro proyecto que igualmente en coordinación con Naciones Unidas y con SEDATU, pusimos en marcha en materia de Ciudades Seguras hace unos días.

Porque las calles, parques y otros espacios públicos deben vivirse con la misma tranquilidad, sin importar el género que los utiliza.

De modo que seguiremos yendo a las colonias y barrios donde pobreza y marginación agudizan la violencia de género, y trabajando junto con la sociedad civil para ponerle fin a sus causas desde la raíz.

Porque, insisto, muchas mexicanas no pueden esperar y porque resguardar sus derechos humanos, desde la dignidad hasta la vida misma, no requiere palabras, sino requiere hechos.

Hoy, hablamos fuerte y claro con nuestras acciones.

Cuando niñas y mujeres pueden vivir en armonía, es decir, sin tener que enfrentarse a condiciones de violencia o discriminación, es cuando mejor pueden desarrollarse y aportar su talento a las comunidades.

Trabajar para que esto suceda, es un compromiso indeclinable del Presidente Enrique Peña Nieto.

Es una tarea que llama al trabajo conjunto, como hoy lo demostramos, que, sin duda, se nutre de la cooperación internacional.

Pero, sobre todo, es una labor que depende de cada mexicana y de cada mexicano. Pero, sobre todo, y como lo he dicho en numerosas ocasiones y vale la pena reiterarlo: erradicar la violencia empieza en cada hogar y en cada lugar de trabajo.

Porque al cambiar cada quién, cada persona, no solo cerramos brechas y derrumbamos inercias, sino que a la vez empoderamos a la sociedad entera.

Y ése es el mejor camino para construir juntos, mujeres y hombres, el México de igualdad que todas y todos queremos.

Tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir adelante, tenemos que hacerlo en todos los rincones y en cada parte del país, no hay tiempo que esperar, las mujeres, en algún lugar, en algún momento están esperando las acciones de todas y todos nosotros. No les podemos fallar.

Discurso