Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes. Iniciaré diciéndoles que al final hacemos un cachito para cada quien.

Me da mucho gusto saludarles. Saludar a Alejandro Martí, gracias nuevamente por la invitación.

A los señores gobernadores de Michoacán y Guerrero, les felicito, permítanmelo hacerlo con mucho respeto, por estar aquí junto a la sociedad, haciendo política en favor de la sociedad.

Saludo al señor consejero de la Judicatura Federal.

Me da mucho gusto saludar a la señora Wallace.

El reconocimiento siempre de hoy en un buen momento desde el Gobierno, a María de los Ángeles Fromow por su trabajo destacado.

Y desde el Gobierno también hacia la sociedad civil, y al hacerlo a ellos estoy seguro que lo hago a todas y a todos ustedes y a muchos más que han trabajado en este proceso, a Carlos, a Orlando, muchas felicidades.

Al señor representante de la Lotería Nacional; a los funcionarios federales; a la sociedad civil; a estudiantes de Derecho; a órganos de justicia, jueces, ministerios públicos, mediadores.

Me da mucho gusto saludar a miembros de comunidades indígenas que participaron en el proceso del nuevo sistema, muchas gracias.

A USAID, a policías, a medios de comunicación.

A todas y a todos ustedes muy buenas tardes.

Agradezco la invitación para acompañarles en este Foro de Seguridad y Justicia, que desde sus inicios se ha constituido como un espacio clave de diálogo y reflexión para la implementación del nuevo sistema de justicia.

Mi reconocimiento por el compromiso que siempre han demostrado, y por los resultados alcanzados en este muy largo camino que todas y todos ustedes han recorrido.

Los grandes proyectos, los que realmente sirven a México, son aquellos que se construyen trabajando juntos, sociedad y gobierno.

Son aquellos que surgen cuando nos escuchamos.

Cuando pensamos más allá de lo inmediato.

Cuando a través del diálogo, encontramos coincidencias y objetivos comunes.

Señalando, pero sobre todo, proponiendo.

Exigiendo, pero sobre todo, actuando.

Porque ahí, en la altura de miras y la suma de esfuerzos, está la diferencia entre resolver coyunturas y construir verdaderamente un proyecto de Nación.

Así lo han demostrado ustedes, quienes dieron origen a esta gran transformación de la justicia. Lo dijo bien Orlando.

Se trata de un logro que no es del gobierno, sino de la sociedad entera.

De todas y todos los mexicanos que han participado en este proceso.

De quienes desde diferentes trincheras, se han comprometido con la Reforma, y trabajan día con día para hacerla realidad en la vida de las y los mexicanos.

De quienes anhelamos una justicia más eficaz, humana y transparente; y sabemos que la mejor manera de lograrlo es apostando por esta gran transformación.

Así lo entendemos en el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

Desde un inicio, comprendimos el valor de lo que cada una y cada uno de ustedes, habían trabajado por tantos años.

Encontramos atrasos importantes, falta de voluntad o, incluso, de compromiso con la Reforma de quienes eran los responsables de su implementación.

Y por ello, como no se había hecho antes, le dimos prioridad de Estado a la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal.

Lo hemos hecho sumando esfuerzos entre Poderes, órdenes de gobierno y dependencias.

Convocando a la sociedad civil, universidades, barras de abogados, empresarios y especialistas.

Impulsando acciones a nivel local y acompañando los cambios necesarios a nivel federal.

Ha sido un proceso de gran magnitud.

Un proceso, ustedes lo saben bien y aquí se ha comentado, que ha implicado adecuar leyes, construir infraestructura, dotar de tecnología, capacitar funcionarios, desarrollar protocolos, y reestructurar instituciones.

Todo al mismo tiempo y de forma ordenada.

Siempre uniendo voluntades a partir de un objetivo común: sentar las bases para una justicia pronta, expedita e imparcial.

Modernizando el sistema penal, para que sin importar condición económica o social, a todos y por igual, se ofrezca un trato justo.

Estamos hablando de un esfuerzo que, como apuntaban el día de ayer aquí Alejandro Martí y Miguel Carbonell, ya comienza a rendir frutos en beneficio de la población.

Con juicios más cortos, opciones de conciliación, alternativas de prisión preventiva, o  investigaciones más efectivas, por mencionar solo algunos ejemplos.

Frutos que seguirán creciendo, conforme se consolide el sistema en cada entidad.

Porque no debemos perder de vista que se trata de un proceso permanente.

El Gobierno de la República es el primero en tener presente, que si bien es mucho lo que hemos logrado en estos tres años y medio, también es mucho lo que nos queda por hacer.

Ustedes han puesto todo su corazón y su empeño en esta reforma. Y es fundamental que todos así lo hagamos.

Es necesario que el Congreso emita la Ley Nacional de Ejecución Penal, la de Justicia para Adolescentes, y como bien se apuntaba ayer, que se analice lo propio en materia de Delincuencia Organizada y Amparo.

Alejandro, tienes razón, el Estado debe estar ahí, siempre, para ofrecer a las víctimas la atención que merecen.

Nunca más una persona que por falta de justicia, se re-victimice.

A la par de lo normativo, también tenemos que seguir mejorando en lo operativo, para pasar de la implementación a la consolidación, de la entrada en vigor al constante perfeccionamiento.

Y para ello, me referiré a los temas que deben ser prioridad y que requerirán mantener una coordinación efectiva para lograrse.

Primero. Fortalecer las áreas de justicia alternativa de las procuradurías, fiscalías y tribunales locales y federales.

Porque para transitar de una perspectiva de castigo a una de conciliación, cada órgano debe hacer su labor, y hacerla bien.

Segundo. Crear donde hace falta y fortalecer donde ya existen, las Comisiones Estatales de Atención a Víctimas. Por cierto, saludo al representante de Atención a Víctimas a nivel federal.

Con personal capacitado, estas comisiones a nivel estatal para atención oportuna y mecanismos que permitan a las personas, acceder a los fondos que para ellos fueron creados.

Porque todos lo sabemos, porque en estos lugares si no lo hacemos bien, también aquí encontramos y existe re-victimización.

Tercero. Dotar de todos los recursos humanos, materiales y financieros que requieren las Unidades de Medidas Cautelares, que son clave para evitar el abuso de la prisión preventiva.

Cuarto. Fortalecer las áreas de servicios periciales de todas aquellas involucradas con la investigación científica, para que cada vez más las sentencias se basen en pruebas, y no en confesiones.

Quinto. Hay que mantener y ampliar la capacitación permanente de todos los operadores del Sistema de Justicia Penal, sobre todo, como lo dijo el Gobernador de Guerrero, en los cuerpos policiacos.

En esto, insisto, todos los gobiernos locales deben asumir plenamente su responsabilidad de depurar, dignificar y profesionalizar a sus cuerpos de seguridad.

Aprovecho para enviar un exhorto al Congreso de la Unión para que se pueda aprobar, en los términos que consideren, y como además ya está considerado para el próximo periodo extraordinario, la reforma en materia de mando policial.

Y lo refiero no solo por la necesidad de formar corporaciones policiales profesionales para abordar el nuevo sistema de justicia, sino porque al hacerlo evitaremos también que la falta o la debilidad institucional en muchos municipios se siga reflejando en cooptación, infiltración o falta de respuesta ante la exigencia de seguridad de las y los mexicanos.

Y sexto, muy importante, realizar un seguimiento permanente a la operación del sistema, usando indicadores, identificando áreas de oportunidad y aplicando mejores prácticas.

Como lo instruyó ayer el Presidente de la República, desde la Secretaría de Gobernación estamos ya trabajando en ello.

Se trata de medir el desempeño de autoridades e instituciones dentro del nuevo sistema.

Se trata de conocer, con toda precisión, en dónde estamos, cómo estamos avanzando, qué logros hemos alcanzado y qué falta por hacer.

Con indicadores de operación para conocer la carga de trabajo y la productividad de ministerios públicos, defensores, jueces y facilitadores de mecanismos alternativos.

Para evaluar la duración promedio de las audiencias y de los juicios orales, a nivel nacional, por estado y en el sistema federal para remediar donde sea necesario.

Así como para medir, a partir de resultados, la eficacia con la que procuradurías y fiscalías resuelven las carpetas de investigación y esclarecen los hechos delictivos.

Todo lo anterior, nos brindará una base sólida para atender las deficiencias, corregirlas y avanzar en el perfeccionamiento del nuevo modelo en todo lugar y en todo el país.

En suma, que la justicia sea igual para todos, para todas las mexicanas, sin importar en qué calle, en qué comunidad o en qué municipio vivan.

La reforma al sistema penal es resultado de una sociedad que actúa y propone y de un gobierno que escucha y se compromete.

Es muestra de lo mucho que se puede lograr cuando dejamos las diferencias a un lado y actuamos pensando en México.

Se trata de una causa ciudadana transformada en compromiso de Estado.

No sólo porque surge de una sentida demanda social, sino también porque durante su diseño e implementación hemos trabajado de la mano.

Ese es el espíritu de corresponsabilidad que nos ha guiado durante este proceso y esa es la vía que ha permitido llevar adelante esta gran transformación.

Pero hay que decirlo, los retos por venir nos exigen también un quehacer permanente.

Nos exigen seguir sumando voluntades en favor de la justicia que queremos y que merecemos.

Somos conscientes del desafío que viene y de las áreas que se deben reforzar. Sabemos que el nuevo sistema requiere de un gran compromiso para consolidarse y funcionar de manera óptima. 

Pero confiamos, debemos confiar todas y todos, en que, una vez más, la aspiración que compartimos como mexicanos de contar con una mejor justicia, nos unirá para seguir fortaleciendo el Estado de Derecho en cada rincón del territorio nacional, para lograr nuestro objetivo: acabar con la impunidad y lograr justicia plena para todas y para todos los mexicanos.

Muchas gracias por su atención.

Si me permiten, nuevamente agradeciendo su paciencia, sé que han sido horas muy importantes para México de servicio de todas y todos para los mexicanos, saludar a los que nos ven por Periscope y a los medios de comunicación.

Hoy 8 de junio de 2016, declaro formalmente clausurados los trabajos del Octavo Foro de Seguridad y Justicia, con la certeza de que sus conclusiones y propuestas serán de gran valor en la etapa de consolidación que estamos iniciando en pro de una justicia cada vez más efectiva, oportuna y transparente.

Discurso