Señor Ban Ki-moon

Secretario General de las Naciones Unidas

Señor Mogens Lykketoft

Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas.

Señor Anthony Lake​​​​​​​

Director Ejecutivo de UNICEF

Señora Susan Bissell​​​​​​​

Directora Ejecutiva de la Alianza Global para Erradicar la Violencia contra Niñas y Niños

Saludo a las y los representantes de los demás países guía.

Así como a representantes de otros países miembros, del sector privado, de organizaciones civiles y a Embajadores de Buena Voluntad.

Señoras y señores:

A nombre del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, reconozco al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, por el lanzamiento de la Alianza Global para poner fin a la violencia contra la niñez.

Como país guía, es un honor, pero sobre todo, una gran responsabilidad, formar parte de esta iniciativa.

Al hacerlo, México refrenda el alto compromiso con alcanzar los objetivos de la agenda de desarrollo sostenible 2030, aprobados el año pasado aquí en Naciones Unidas.

Desde erradicar la pobreza y terminar con el hambre, hasta alcanzar la igualdad de género.

Desde combatir el cambio climático, hastalograr la cobertura sanitaria universal.

Se trata de una agenda que impulsamos con la convicción de que avanzar en ella, es avanzaren lograr un mundo más próspero, justo e igualitario.

Ello pasa, desde luego, por lo que hacemos en favor de quienes son futuro y presente de nuestras sociedades: las niñas, los niños y los adolescentes. 

México está trabajando para garantizar que sus derechos sean respetados siempre.

Muestra contundente de ello es la reciente entrada en vigor de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que marca un cambio de paradigma hacia un enfoque garantista en materia de derechos de la infancia.

La Ley, además de contener 18 derechos sustantivos y abordar los grupos en situación de mayor vulnerabilidad, establece el Sistema Nacional de Protección a la Infancia y la Procuraduría Federal de Protección. 

Destaco que ambas instituciones se están también replicando en todo el país. 

Por otro lado, hemos construido la Estrategia 25 al 25, que está alineada con la Ley y con la nueva agenda de desarrollo 2030.

Esta Estrategia articula 25 objetivos en pro del interés superior de la niñez, al año 2025, a fin de cerrar brechas de desigualdad, prevenir la violencia y combatir la discriminación.

En ese tenor, y como lo debe hacer todo Estado, refrendamos la obligación de asegurar las condiciones para que gocen una vida sin violencia.

En virtud de ello, saludamos con gran entusiasmo el llamado de UNICEF a conformar esta Alianza.

Y expresamos nuestro compromiso de trabajar, fuera y dentro de México, para impulsar esta iniciativa global.

Porque garantizar el derecho de la niñez a una vida libre de violencia es un objetivo que debe convocarnos a la unidad, más allá de fronteras y nacionalidades.

Que exige determinación y compromiso por parte de los Estados, y de la comunidad internacional en su conjunto

Se trata de poner en marcha políticas públicas eficaces, para que las niñas y niños puedan pasar de un entorno de adversidad, a un entorno de oportunidades.

Y en esta tarea no podemos escatimar recursos: pues el futuro de millones de niñas y niños alrededor del mundo, depende de que trabajemos juntos, por encima de cualquier otra consideración.

Como país guía, asumimos esta responsabilidad.

Y para ello, hemos desarrollado una hoja de ruta para los próximos años a partir de cuatro principios fundamentales:

Primero. Las respuestas de fondo sólo pueden lograrse con la inclusión y la participación activa de la ciudadanía.

En este marco, México habrá de seguir articulando y fomentando, a través del Sistema Nacional, la suma de capacidades de gobierno y sociedad, en torno a objetivos compartidos.

Segundo. Las instituciones deben contar con las herramientas para dar una respuesta oportuna que atienda, proteja y restituya los derechos de niñas y niños víctimas de violencia.

Así, para garantizar una acción eficaz ante estas situaciones, México se compromete a seguir fortaleciendo las capacidades de las Procuradurías de protección a la infancia en todo el país y promoverlas a nivel internacional.

Tercero. Diseñar acciones eficaces en contra de la violencia, requiere datos claros y oportunos. Requiere poder medir para saber lo que está funcionando, y lo que se tiene que mejorar.

Es por ello que México ya está trabajando en la creación de un Sistema Nacional de Información, así como de sistemas estatales, que permitan monitorear el progreso alcanzado y, por supuesto, ver los retos pendientes.

Y cuarto. No basta con erradicar los efectos de la violencia: también es imprescindible atender las causas que la generan.

Es por ello que debemos apostar, como nunca antes, a prevención.

Trabajando para dotar a la niñez de entornos más seguros, particularmente en comunidades de alta marginación, a través del deporte, la cultura, las oportunidades y la recreación.

Porque recuperar espacios públicos es sentar bases para una convivencia sana y un tejido social fuerte.

A partir de estos cuatro principios y de las acciones que de ellos se deriven, México reitera su plena disposición de seguir trabajando en favor de la infancia.

Ello se suma, además, al compromisointernacional que asumimos como país guía de esta Alianza.

Así lo hacemos ya en las distintas iniciativas y proyectos de los que somos parte.

Y así lo seguiremos haciendo, desde luego, a partir del intercambio de experiencias, de buenas prácticas, y de la suma de esfuerzos.

Cuando se trata de proteger los derechos de la niñez, todo país tiene una obligación ética y moral, más allá de las convenciones que haya firmado. 

El compromiso debe ser de todos, porque la responsabilidad también es de todos.

En ese sentido, esta Alianza es una oportunidad única para sumar capacidades y actuar con determinación.

Porque los cambios no suceden con discursos, sino a partir de acciones; y sobre todo, cuando esas acciones se traducen en resultados.

Trabajemos así, en unidad, porque nuestra niñez y juventud no solo lo demandan. Lo merecen.

Dejemos ya de escuchar reclamos; dejemos ya de decir discursos, vayamos a las acciones y encontremos entonces así la felicidad.

Muchas gracias.