En nombre del Gobierno de México, agradezco la invitación para participar en esta reunión de alto nivel.

Como país, consideramos imprescindible hacer un ejercicio para reconocer que los avances en el problema mundial de las drogas aún son insuficientes.

Esta realidad nos exige apertura al debate, intercambiar nuevas ideas y construir mejores soluciones.

Debemos valorar las limitaciones de la actual política de drogas, y analizar de manera conjunta qué ajustes necesita.

Debemos reconoce que el fenómeno tiene múltiples causas que conllevan altos costos sociales, económicos, ambientales y de salud, y debemos asumir que se trata de un fenómeno global que cada Estado, que cada Estado afectado vive de manera diferente.

Solamente desde la corresponsabilidad, con políticas que sean complementarias entre países, se podrán afrontar cabalmente los retos que este fenómeno representa.

En este sentido, y como resultado de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, dedicada al tema de drogas, realizada a fines de los 90, comenzamos a impulsar un importante cambio de paradigma.

Un cambio que reconoció que la demanda requería la misma atención que la producción y el tráfico en la estrategia mundial sobre drogas, desde un enfoque de salud pública.

Ahora, es fundamental hacer un esfuerzo adicional para que nuestras acciones también giren en torno al bienestar del individuo.

Para México, la UNGASS 2016, significa una gran oportunidad para avanzar en este objetivo, y alcanzar un mayor consenso desde una perspectiva más amplia e integral.

Una perspectiva que considere los nuevos desafíos, lo aprendido, lo que no ha funcionado y lo que sí ha dado resultados.

Esta Sesión es una oportunidad invaluable para tomar mejores decisiones de manera concertada entre país, con la sociedad civil, la academia y las agencias especializadas de la ONU.

En México consideramos que la coordinación a partir de una visión compartida, es el mejor camino para fortalecer la estrategia.

Por ello, hemos puesto el énfasis en el desarrollo de políticas sociales que impulsen el bienestar de las personas, favoreciendo su pleno desarrollo e inclusión, en un marco absoluto a los derechos humanos.

En este sentido, México reconoce la importancia de analizar cabalmente mandatos existentes como el de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Ello con el fin de tomar acciones respecto a la reducción de la demanda y lograr una mejor coordinación en la disponibilidad, accesibilidad y control de nuevas sustancias.

En México tenemos experiencias como otras naciones, sobre los impactos del fenómeno de las drogas y los daños sociales que causa, tales como la violencia, exclusión, descomposición del tejido social y victimización.

De ahí que nuestro interés por asegurar que las políticas contribuyan efectivamente a abordar todos los aspectos relacionados con este fenómeno.

Estamos abiertos a la discusión de mejores opciones para su atención.

En este marco, el Gobierno de México, mediante el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, ha emprendido una serie de acciones para hacer frente al daño social originado por la producción, tráfico y consumo de drogas ilícitas.

Al tiempo que actuamos decididamente contra los delincuentes, evitamos criminalizar a los más vulnerables y estigmatizar y marginar a los consumidores.

Fomentamos, sí, la corresponsabilidad de la sociedad en la prevención social, porque estamos convencidos que ésta es una tarea de todos.

Con esta convicción, estamos yendo a las causas estructurales de la violencia y el crimen, con acciones focalizadas en demarcaciones prioritarias donde existen factores de riesgo.

Para México, la solución de fondo para el problema de las drogas está en la prevención.

Con prevención, estamos reconstruyendo y fortaleciendo el tejido social, la cohesión comunitaria y el sentido de pertenencia.

También trabajamos y consideramos necesario desarrollar indicadores que permitan mejorar las políticas de drogas.

Tengo la certeza de que al igual que México, muchos de los países aquí presentes, apuestan también por estrategias que aborden de manera integral este problema.

En este marco, México reafirma su compromiso con el principio de corresponsabilidad internacional.

Reconocemos las implicaciones globales de nuestras decisiones locales, y la necesidad de actuar mediante instituciones y estrategias multilaterales.

Otra realidad del mundo es posible si unimos experiencias, buenas prácticas, y entre todos construimos soluciones compartidas.

Señor presidente:

México apoya la consolidación de mecanismos de cooperación que privilegien el fortalecimiento institucional a nivel internacional, para responder eficazmente a un problema que es global.

Un andamiaje favorable al desarrollo e incorporación de políticas de drogas más justas y humanas, que partan de los principios básicos de paz y seguridad, promoción del desarrollo y defensa de los derechos humanos, pilares de las Naciones Unidas.

Debemos replantear el alcance de los regímenes legales, proponiendo soluciones que sin dejar de ser disuasivas, incorporen un enfoque centrado en el bienestar individual y de la sociedad, siempre alineados con las tres convenciones en materia de drogas y otros instrumentos internacionales relevantes, incluidos los de derechos humanos.

En ese sentido, lamentamos profundamente que no exista un consenso sobre la necesidad de evitar seguir promoviendo medidas crueles e inhumanas.

Aplicarlas, no solo es contrario a las convenciones, sino que además no logra prevenir la comisión de delitos, ni afianza la seguridad colectiva, ni restaura de ninguna manera la armonía social.

Ante esta situación, me permito exhortarles a considerar todas las herramientas de justicia penal que permitan la optimización del uso de los recursos con un enfoque integral, como alternativas al encarcelamiento y a la proporcionalidad de las penas.

México desea que la próxima UNGASS sea el espacio adecuado para reflejar la voluntad colectiva de la comunidad internacional por cambiar el rumbo de la respuesta actual.

Porque estamos convencidos de que si cada país pone su parte, si ponemos el bienestar de las personas en el centro de cada una de nuestras acciones y, sobre todo, si trabajamos en una unidad y con altura de miras, estaremos dando pasos seguros hacia una solución global a un problema global.

Estaremos aquí y ahora, desde el presente, garantizando un mejor futuro para nuestras naciones.

Muchas gracias a todos por su atención.

Nueva York, EU.