Las campañas estatales de partidos, candidatas y candidatos tienden a incorporar la imagen o presencia de la niñez y la adolescencia, pero con un enfoque adultocéntrico donde son personas secundarias porque no votan, por lo que se les proyecta y utiliza como “futuro de la Nación”. En ese sentido, el enfoque adecuado es el del respeto actual a sus derechos de las niñas, niños y adolescentes: actrices y actores sociales en paridad con los demás en el presente de todas y todos en nuestra sociedad. De tal forma, pueden hacer aportes, involucrarse y opinar en los asuntos que les afectan o conciernen.

Tanto partidos, candidatas y candidatos y, claro, comunicadores de medios, deben evitar que la niñez y la adolescencia aparezcan con base a estereotipos y no realidades. Una aproximación equivocada es que su imagen o presencia en campañas comunique o transmita que son “menores”, “personitas con derechitos” determinados por personas adultas, como si fueran apéndices de adultos, propiedad adulta y no sujetos de derechos de acuerdo a los ordenamientos jurídicos nacionales vigentes e internacionales reconocidos por México (Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; Convención de los Derechos del Niño de la ONU).

Por lo anterior, se presentan algunas recomendaciones para la aparición en imagen o presencial de niñas, niños y adolescentes en campañas partidistas y su cobertura por medios de comunicación, que respete sus derechos de forma efectiva y real.

  1. Que su opinión sea tomada en cuenta, conforme a su edad y desarrollo. Opinión que puedan emitir en libertad y sin manipulación.
  2. Promover la inclusión de derechos y problemáticas de niñas, niños y adolescentes en la agenda pública partidista y mediática; tomar en cuenta que los mejores expertos en su situación dentro de sus comunidades son ellas y ellos mismos.
  3. Que se impulse la multiculturalidad, las distintas regiones del país, tanto en problemáticas u opiniones comunes de niñas, niños y adolescentes como sus diferencias regionales o problemáticas particulares.
  4. Tener perspectiva de género en las opiniones o problemáticas que, por sus características, la requieran. Mostrar la diversidad cultural y étnica para garantizar la inclusión y  la no discriminación.
  5. Obtener el permiso de niñas, niños y adolescentes y de sus familiares en caso de entrevistas, uso de imagen (foto, video, internet, redes sociales) o participación directa en eventos. Este permiso requiere una explicación previa, con lenguaje claro y sencillo, del uso o propósito del mensaje en el que participará.
  6. La divulgación de datos, informaciones o imágenes que permitan su identificación directa o indirecta, sin su autorización y la de una o un adulto, es una violación a los derechos de niñas, niños y adolescentes.
  7. Evitar mensajes, imágenes o informaciones, partidistas o mediáticas, que lesionen el “interés superior de la niñez”, incluso con autorización previa.
  8. Evitar generalizaciones acríticas o estigmatizantes como “delincuencia adolescente”, “adolescencia drogadicta” u otras semejantes. Cotejar la información con estadísticas rigurosas y fuentes de información reconocidas.

Con estas recomendaciones, partidos políticos, candidatas y candidatos, así como medios de comunicación que cubren estos acontecimientos, pueden desarrollar sus actividades con un mínimo de garantía de los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes, a los que dicen respetar y considerar como un segmento muy importante de la población del país, de sus estados y municipios.