En las ajetreadas urbes de nuestro país, es común encontrarnos con personas en situación de calle, que por las condiciones de vida que desafortunadamente llevan, se aproximan solicitando apoyo económico; pocas veces, nos detenemos a pensar en la historia de estas, y menos aún en las necesidades reales que puedan tener. Si nos detenemos a observar, puede que nos demos cuenta que reciben dinero de una gran cantidad de personas, sin embargo, que tan seguros estamos del fin que tiene esta actividad.

Existen delincuentes que se encargan de reclutar sobre todo niñas, niños, mujeres, indígenas, personas con discapacidad y adultos o adultas mayores, para obtener dinero por medio de la limosna.

Y ¿Cómo podemos contribuir a este problema que nos incumbe a todos?

Es importante observar a nuestro alrededor y tomar consciencia de que vivimos en una sociedad, donde el problema de una persona nos afecta a todas y todos, una vez reconocido esto, se deben generar acciones efectivas que apoyen a su solución, en el caso de la mendicidad, acercándonos a las personas que identificamos con este problema, brindándoles información sobre las instancias encargadas en apoyar este tipo de situaciones, como son las autoridades de procuración de justicia y asistencia social, generando siempre un discurso de confianza que logre en la persona un sentimiento de comprensión y acompañamiento que rompa con el miedo a las personas que se aprovechan de su situación.

Como ciudadanos tenemos la decisión y el poder de la denuncia, si conocemos algún caso de personas que se encuentran bajo el yugo de este delito, acércate y denuncia el hecho ante las autoridades correspondientes.

La Procuraduría General de la República, cuenta con la  Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), quienes se encargan de atender las denuncias de estos delitos, acércate y apoya a poner fin a la transgresión de los derechos humanos.

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