Cuando una persona está enamorada resalta los aspectos positivos de la relación, justificando en todo momento las conductas negativas que su pareja puede tener; un ejemplo de ello son las muestras de celos que incluso llegan a parecernos encantadoras y con tintes de protección, sin embargo, sin darnos cuenta, este tipo de expresiones violentas crecen, comenzamos a alejarnos de aquellas personas importantes que nos quieren y procuran, cambiamos hábitos y adoptamos nuevos para no generar roses con nuestra pareja.

Esto es peligroso en muchos aspectos, ya que ponen en riesgo la integridad física, psicológica, sexual, económica y patrimonial de la persona que se encuentra en esta situación; asimismo, este tipo de relaciones pueden ser un medio para que los tratantes enganchen a sus víctimas, realizando acciones para cubrir las necesidades afectivas de éstas últimas, ocultando diversas formas de explotación.

  • Si me amas como yo te amo, me ayudaras sin importar lo que debas hacer
  • Soy la única persona que realmente te ama en este mundo, no quisiera dejarte, pero si no me ayudas con este trabajo, tendré que irme lejos.

Generalmente este tipo de métodos de captación se enfocan en atraer a menores de edad que se encuentra entre la niñez y la adolescencia, etapa frágil en la cual se descubren en la afirmación de su personalidad, gustos y creencias, buscando una mayor independencia en la toma de sus decisiones, lo cual puede generar conflictos y distanciamientos familiares, al no sentirse comprendidos o tomados en cuenta.

Los delincuentes (que generalmente son personas mayores de edad), se aprovechan de la vulnerabilidad de los menores, ofreciéndoles palabras de aliento que reafirman su autoestima y confianza, haciéndoles sentir protegidos, amados y tomados en cuenta; les ofrecen una vida llena de aventura y amor, abordando a la posible víctima con regalos, salidas y alejando poco a poco de su familia y amigos, hasta el punto en el que escapa creyendo vivir una verdadera historia de amor. 

Por ello, es necesario generar vínculos fortalecidos con base en la confianza dentro de la familia para abrir vías de comunicación que nos permitan evitar este tipo de delitos. La trata de personas traspasa los niveles sociales, económicos y culturales, ya que los delincuentes utilizan las carencias afectivas y aspiraciones de las personas para seducirlas y engañarlas sin que esto sea perceptible ante los ojos de la víctima.

Prevengamos este delito, con confianza, respeto y comunicación.