Lomas de Sotelo, D.F., a 9 febrero 2013. Ceremonia del Centenario de la Marcha de la Lealtad. Con motivo de la conmemoración de los Cien años de “La Marcha de la Lealtad”, el día de hoy se realizó en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, la ceremonia conmemorativa a tan relevante pasaje histórico de nuestro País, la cual fue presidida por el C. Lic. ENRIQUE PEÑA NIETO, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

Durante el evento el C. General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, pronunció el discurso oficial, señalando lo siguiente:

-   El 9 de febrero de 1913, resueltos a custodiar al presidente Madero, –aun a costa de su propia vida– tres compañías de alumnos, lo escoltaron con valor y gallardía, desde este simbólico alcázar –casa presidencial y sede de su alma máter en esos días– al Palacio Nacional.

-   La paz y la democracia, como valores nacionales, fueron celosamente resguardados en esta etapa de inminente peligro para el país.

-   Acontecimiento inolvidable —por cuya lección y aliento—, la historia registra su nombre con justeza como: “La Marcha de la Lealtad”.

-   Para los hijos del Colegio Militar, fue la confirmación de una herencia y filosofía acendrada en el honor, el valor, la lealtad, la abnegación y el sacrificio, inculcados desde su fundación en 1823; para el poder ejecutivo, fueron la legitimidad y la convicción patriótica, los alicientes que le motivaron a encarar la traición y la mezquindad.

-  Es así que, desde el pasado y hasta el presente, el militar mexicano entiende la lealtad institucional, como el valor que se profesa a las instancias legales que representan a la república, mismo que se manifiesta en confianza, fidelidad y absoluta adhesión a la ley. La lealtad institucional, es arquetipo vigente y vital en el Instituto Armado; rumbo y empuje que da sentido a nuestra conducta, factor esencial y garantía de certidumbre para el desarrollo de México.

-  Hoy, el país dispone de fuerzas armadas sin perturbaciones; eficaz baluarte del Estado, en aras de un México mejor.

-  Las mujeres y hombres del Instituto Armado, estamos conscientes de que mover a México implica retos que conllevan disenso y consenso, propios de la pluralidad ideológica, de los dilemas de la administración pública, de la representación legislativa, de las disyuntivas en las relaciones internacionales y de los enfoques analíticos que sustentan su explicación integral.

-  En México, tenemos la certeza, que los actores involucrados en esos ámbitos ─como en el pasado─ sabrán resolverlos con autodeterminación y lealtad, a partir del interés compartido.

-   La lealtad, es de todos y para todos. Civiles y militares debemos capitalizar y potenciar sus enormes frutos.

-   En el último siglo, los soldados fortalecimos nuestra conciencia y sensibilidad respecto al sentir y pensar de la población de la cual provenimos; ese ideal, nos mantiene cercanos a ella en todos los rincones del territorio nacional.

-   Por todo ello, ser soldado de tierra, aire y mar, es sinónimo de lealtad inmarcesible; tenemos en esa condición, el mayor timbre de orgullo y motivación.

-  En el ejercicio cotidiano de esa virtud, encontramos sobradas razones para un reiterado compromiso con la voluntad nacional; aspiración colectiva que condensa la resolución de generaciones unificadas por un mismo espíritu, en aras de un mejor futuro para todos.

-   Hallemos en esa voluntad, la fuerza motriz más poderosa de la nación.

-   Radiquemos en ella los medios y argumentos para ser un pueblo más consciente y pujante.

-   Este centenario de lealtad, ha contribuido a la maduración del país y sus instituciones.

-   En el México del siglo XXI, la lealtad a las instituciones democráticas es indiscutible e irreversible.

-   La lealtad no se entiende sin honor y compromiso. Honor y compromiso, con nuestra mexicanidad y sus valores; con las leyes que nos rigen; con los símbolos patrios y su significado; con el desarrollo nacional y con el bienestar de cada compatriota.

-   De esta manera, en voz del propio C. General Secretario de la Defensa Nacional, los integrantes de las Fuerzas Armadas ratifican su irrestricta lealtad al pueblo de México y a sus instituciones.