Licenciado JORGE RICARDO GARCÍA VILLALOBOS HADDAD, presidente del Consejo Nacional de la Abogacía “IGNACIO LUIS VALLARTA”.

Apreciables integrantes del consejo.

Compañeras y compañeros de armas.

Señores representantes de los medios de comunicación.

Señoras y señores.

Invitados especiales.

Muy buenas tardes.

Es motivo de enorme satisfacción y privilegio, reunirme con ustedes, distinguidos integrantes de este consejo nacional; organización que agrupa a 40 colegios, barras y asociaciones de la república, y que a casi 15 años de su existencia formal, ha obtenido elevado prestigio, en la búsqueda de la dignificación de la abogacía y la consolidación del estado de derecho en el país.

El México de hoy, no podría comprenderse sin los sólidos fundamentos que ha provisto el sistema jurídico para construir un país de leyes… normas que actualmente impulsan a nuestra democracia para enfatizar el respeto a los derechos de las personas… preceptos legales que permanentemente fortalecen el estado de derecho.

Estos fundamentos mantienen a juristas y a militares en caminos convergentes; es precisamente el acatamiento y el estricto cumplimiento de la ley, lo que nos identifica… lo que encauza nuestro pensamiento… y lo que guía nuestras acciones diarias.

Por ello, a los integrantes del instituto armado, nos llena de orgullo saber que la patria cuenta con mexicanos honorables como los presentes, que fomentan la responsabilidad ética; la lucha por la justicia; la coordinación de esfuerzos para generar vínculos entre gobierno y sociedad; y que promueven también, el mejoramiento académico y la reorientación de la enseñanza de su profesión, entre otros.

Hoy, al recibir la presea “General de División JOAQUÍN AMARO DOMÍNGUEZ” al mérito militar, que otorga por primera vez este Consejo Nacional de la Abogacía, se distingue la labor sin descanso de miles de soldados, marinos y pilotos.

La recibo con gratitud, entendiendo que es muestra de reconocimiento a la lealtad, al honor y al compromiso que los integrantes del ejército, de la armada y de la fuerza aérea tienen con los mexicanos… ¡ellos son los primeros merecedores de este galardón!
Justo homenaje también, para todos los compañeros y compañeras de armas, valientes militares, que han perdido la vida o sufrido lesiones graves en el cumplimiento de su deber, y en la búsqueda del bienestar colectivo.

Mayor relevancia adquiere esta distinción para nosotros, al llevar el nombre del General JOAQUÍN AMARO, ilustre militar que en la primera mitad del siglo pasado, tuvo la visión de modernizar a las fuerzas armadas, recién emanadas del movimiento social revolucionario, reorganizándolas; instaurando orden y disciplina; renovando leyes y reglamentos; cambiando los sistemas de enseñanza académica para jefes, oficiales y tropa; con el objetivo de consolidar un cuerpo de militares profesionales con sentido de dignidad y de responsabilidad pública.

JOAQUÍN AMARO, fue el ¡gran transformador que dio impulso al proceso de institucionalización del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos!

Así, esta presea es de enorme importancia, al llevar el nombre de uno de los más insignes militares de México… al provenir de una asociación tan distinguida como esta… y al reflejar los sólidos vínculos que mantienen pueblo, gobiernos, instituciones y sus soldados.

Señoras y señores:

En México, la voluntad republicana de la sociedad, es la que nos permite forjar un país de respeto a la libertad, a la igualdad y a la justicia social, y que busca en un entorno democrático la convivencia colectiva con certidumbre y con seguridad.

¡México, nuestro México, es una gran nación!

Ha labrado su destino con el empeño de grandes connacionales, que han deseado y luchado por una mejor patria.

En nuestro presente, con el decidido liderazgo del presidente de la república, el ciudadano ENRIQUE PEÑA NIETO, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, vivimos ─todos─ trascendentales momentos de cambio.

En esta necesaria transformación, la construcción y el fortalecimiento jurídico nacional, adquieren especial relevancia; es de suma importancia que ustedes continúen coadyuvando con esta loable labor.

Por nuestra parte, los integrantes del instituto armado, también tenemos claro nuestro deber con el país, para seguir contribuyendo con los entes de gobierno para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los mexicanos.

¡El esfuerzo es de todos!

Con certeza expreso:

México cuenta con mujeres y hombres de armas entregados a sus mejores causas, con significativa vocación de servicio… mujeres y hombres leales ─¡siempre leales!─ que no han dudado, ni dudarán en cumplir con su deber, en defensa de la nación, mujeres y hombres que portan con orgullo el uniforme de la patria.

Soldados, que día a día, a lo largo y ancho del territorio nacional, en cualquier circunstancia, cumplen misiones de seguridad interior y se preparan para la defensa exterior de la federación, acudiendo siempre al llamado de la sociedad en caso de desastres o necesidades públicas.

En estas sustantivas tareas, nuestro deber demanda actuar con firmeza, pero también con prudencia… con arrojo, pero también con inteligencia… siempre con voluntad inquebrantable… siempre férreos en la disciplina.

Tiene que ser así, porque la disciplina es la base esencial en la que descansa la eficiencia de las tropas… virtud que nos permite actuar con profesionalismo y con institucionalidad… norma fundamental a la que los militares ajustamos nuestra conducta.

Deber y disciplina, se imbuyen rigurosamente en cada soldado desde su ingreso a la carrera de las armas; en toda escuela militar; en los campos de adiestramiento; y en el actuar cotidiano, dotándolos con valores y principios que guían su actuar y pensamiento… ¡su obediencia institucional!

Estos preceptos, propician un ente castrense ordenado, organizado, comprometido, granítico, subordinado al poder civil, pero sobre todo dispuesto a anteponer al interés personal, el respeto a la carta magna, a la soberanía de la nación, a la lealtad a las instituciones y al honor del ejército, armada y fuerza aérea, pilares principales en los que descansa nuestro actual sistema jurídico militar.

Hoy, en la operación diaria, las fuerzas armadas requieren de instrumentos legales apropiados, modernos y funcionales, que garanticen su desempeño y den respuesta certera a las exigencias de nuestra sociedad, que le permitan afrontar la realidad actual y futura del país.

Distinguido auditorio:

Los retos que encara nuestra patria, exigen la presencia de sus soldados en diversas áreas del territorio, siempre coadyuvando con las autoridades de los tres niveles de gobierno.

¡Seguiremos realizando esta tarea, mientras se requiera… mientras la sociedad lo demande!

¡Demanda que se refleja en la confianza que cada familia nos deposita; confianza que es el motor que nos mantiene en marcha!

Aspiramos a seguir manteniéndola en nuestro actuar íntegro, siempre con apego a la ley y con irrestricto respeto a los derechos fundamentales de las personas.

Reitero:

Hoy más que nunca la patria requiere de la voluntad de todos… mantengámonos firmes, sin bajar la guardia.

Los grandes retos que afrontamos, son responsabilidad de todos… ¡y solo juntos podremos vencerlos!

En un país democrático como el nuestro lo que debe imperar es la ley; su acatamiento, es detonante del progreso, del bienestar y de la seguridad.

¡Nada ni nadie puede estar por encima de ella!

¡Hagamos que su observancia y su estricto cumplimiento sean las fortalezas del estado mexicano!;

¡Que sean elemento de cohesión para superar cualquier obstáculo… para garantizar la convivencia… para proyectar nuestro desarrollo!

¡La sociedad lo merece… México bien lo vale!

Muchas gracias.