Con enorme aprecio saludo y expreso nuestro respeto y solidaridad a la familia Riviello Vidrio, en estos momentos de duelo.

Destaco como siempre la fraternal presencia del Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina; así como la del General Enrique Cervantes Aguirre, Ex Secretario de la Defensa Nacional.

Respetables integrantes de la plana mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Apreciables compañeros de armas.

Distinguidas damas y caballeros que nos acompañan.

Representantes de los medios de comunicación.

Gracias a todos por acompañarnos.

Con enorme pesar nos encontramos reunidos aquí en nuestro Heroico Colegio Militar, donde nació y se formó como soldado, para darle el último adiós al señor General Antonio Riviello Bazán, gran soldado, jefe, maestro, compañero, amigo y excelente militar.

Con profundo sentimiento las mujeres y hombres que integramos el ejército y la fuerza aérea, expresamos nuestras condolencias a la señora Vicky, a sus hijos y demás seres queridos.

El dolor que les causa este infortunio, es una pena que nos aflige a todos.

Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo a lo largo de su destacada carrera militar, fuimos testigos de su intachable trayectoria profesional. 
Soldado íntegro, exigente y justo… ejemplo de dignidad y franqueza en su trato, que supo ganarse el aprecio, reconocimiento y respeto de sus superiores, compañeros y subordinados; hombre incansable, siempre digno ejemplo a seguir. 

Su entrega, dedicación, constancia y compromiso institucional, fueron algunas de las virtudes que lo distinguieron, permitiéndole alcanzar como ya se dijo todas las jerarquías del escalafón militar, en las que desempeñó diversos cargos de mucha importancia hasta ocupar la elevada encomienda de secretario de la defensa nacional.

Su visión estratégica como alto mando, le permitió impulsar de manera decidida la modernización del ejército y de la fuerza aérea a finales de la década de los ochentas y principios de los noventas, al realizar importantes acciones como:

La construcción de las actuales instalaciones de la comandancia de la fuerza aérea, cuarteles generales, bases aéreas, batallones, regimientos y enfermerías; así como, el hospital militar regional de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

La culminación del proyecto del centro militar automatizado de evaluación en la escuela superior de guerra. 

La creación del centro de entrenamiento táctico computarizado en la misma escuela superior de guerra; el centro de idiomas del ejército y fuerza aérea; y la dirección general de comunicación social. 

Continuó con la reorganización de la división territorial militar, creando las 37 y 38 zonas militares y las regiones aéreas.

La organización de unidades del arma blindada, adaptándolas a nuestra doctrina militar.

La formación de las primeras unidades de fuerzas especiales en México.

Fortaleció de manera relevante el sistema de adiestramiento militar.

Logró la obtención de predios para la construcción de unidades militares y la edificación de más de 100 unidades habitacionales.
La puesta en marcha del seguro colectivo de retiro y de un seguro de vida militar de alto riesgo, entre otros beneficios para el personal militar en activo y en situación de retiro.

Su constante preocupación por las tropas, lo llevó a renovar uniformes, equipo de campaña y dotó a las unidades operativas de vehículos todo terreno de última generación, adquiriendo además aviones, helicópteros y radares para la operación de la fuerza aérea.

Siempre hizo patente y con hechos lo demostró; su compromiso por erradicar prácticas inmorales y deshonestas, motivando a sus compañeros y subordinados a actuar con rectitud y honestidad en el desempeño de sus funciones. 

Ante los eventos suscitados en el estado de Chiapas el primero de enero de 1994, tomó decisiones rápidas y acertadas y puso de manifiesto su notable liderazgo en esos momentos coyunturales para la vida nacional, en los que era prioritario preservar el orden interno y el estado de derecho.

Todo esto, es solo una pequeña parte de lo mucho que nos deja como legado a sus hermanos menores.

No existe momento más triste para un soldado que decir adiós a un compañero... Decir adiós a quien nos guio con su ejemplo... Decir adiós a quien siempre sirvió con honor y lealtad a la nación y a las fuerzas armadas.

Elevamos votos porque el señor General Antonio Riviello Bazán, encuentre reposo junto a nuestros compañeros de armas que se nos han adelantado y que entregaron su vida a México. 

A su familia, le deseamos que su recuerdo sea el aliciente que les de fortaleza para superar esta pérdida… como esposo, padre, hijo, hermano y como militar, alcanzó su propósito de vida, por lo que hoy al despedirlo podemos decirle… ¡Misión cumplida mi General! 

¡Descanse en paz nuestro distinguido maestro y guía... El General Antonio Riviello Bazán!