Compañeros de armas.
 
Damas y caballeros.
 
Muy buenas tardes.
 
Es un verdadero privilegio encontrarme entre destacadas personalidades cuya voluntad se empeña en el estudio, investigación y debate en diversas disciplinas del derecho, para generar propuestas en beneficio a la colectividad.
 
En el ideario de esta asociación, encontramos voluntad republicana, para promover la solución de problemas nacionales, vinculados a fenómenos jurídicos en los ámbitos ejecutivo, legislativo y judicial; y también el fomento de actividades académicas, sociales y culturales, sobre temas que constituyen retos actuales, como: seguridad, democracia y derechos humanos.  
 
Desde los albores de nuestra independencia, fue necesario establecer graníticos cimientos para construir el país y crear firmes pilares, que dieran sustento y viabilidad al estado mexicano.
 
Sin duda, el sistema jurídico fue, es y será, el sólido fundamento para lograrlo… para establecer el orden social… para hacer valer los principios constitucionales de libertad, igualdad y justicia… para dar legalidad y legitimidad a los gobiernos… en suma, para sustentar el respeto a la ley.
 
Fortalecer el estado de derecho, ha sido parte integral de las aspiraciones y anhelos más importantes de la sociedad; así es, porque tenemos la firme convicción de que:
 
¡Sólo acatando las normas jurídicas se está en condiciones de generar seguridad y progreso!;
 
¡Sólo preservando el principio de legalidad, es como se garantizan los derechos fundamentales de las personas!;
 
¡Y porque, sólo ajustando la conducta al marco normativo, se puede coexistir confiadamente al amparo de la ley!
 
Las mujeres y hombres que integramos las Fuerzas Armadas, ¡tenemos muy claros estos preceptos!; porque para nosotros, ¡es el estricto cumplimiento de la ley lo que dicta la conducta de cada militar! ¡su observancia, en todas las latitudes, encauza las acciones de los institutos armados!
 
¡Así ha sido desde nuestra génesis en el año de 1913, cuando fuimos requeridos para restablecer el orden constitucional quebrantado por la ilegalidad!
 
Nuestro origen eminentemente popular, nos motiva e impulsa a servir a la sociedad, siempre con prestancia, con determinación y valentía.
 
Los soldados de tierra, mar y aire, han estado y estarán siempre al servicio de la patria y sus mejores causas; estamos prestos para garantizar a la sociedad su seguridad, su tranquilidad y el resguardo de su patrimonio.
 
Por todo ello, el premio “Defensa de las Instituciones de la República”, que me concede: foro jurídico y el reconocimiento de la asociación de doctores en derecho, hace evidente el esfuerzo que día con día empeñan Ejército, Armada y Fuerza Aérea, a lo largo y ancho del territorio nacional.
 
¡Sin lugar a duda!, representa también, justo reconocimiento a todos aquellos compañeros de armas que en cumplimiento de su deber, han ofrecido el máximo sacrificio, en aras de un mejor México.
 
Distinguida concurrencia:
 
Agradezco las gentiles deferencias que se nos otorgan.
 
Este galardón y reconocimiento, los recibo con el honor y el orgullo de representar al instituto armado, con la satisfacción de cumplir con el deber impuesto por nuestra carta magna, para el logro del interés nacional.
 
Deber que nos impulsa para coadyuvar en la consolidación del proyecto que lidera el Ciudadano Presidente de la República, ENRIQUE PEÑA NIETO, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, para lograr un México en paz, próspero y seguro; aún tenemos mucho por hacer y mucho que aportar.
 
Nos motiva que el estado cuente con instituciones que se fortalecen; que vamos por buen camino; que avanzamos en la dirección correcta y con rumbo fijo.
 
Para apuntalar a México como un país donde la ley se cumple y prevalece el estado de derecho, se requiere del trabajo conjunto de todos los sectores de la sociedad, de los gobiernos y de las fuerzas armadas.
 
La nación enfrenta retos de diversa magnitud y naturaleza en los ámbitos interno y externo; por ello, es preciso impulsar la convicción social de respeto a la ley… nada ni nadie puede estar por encima de su cumplimiento y observancia… este es el precepto del que deriva la seguridad del país.
 
Por nuestra parte, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, cerramos filas preparándonos día a día, para estar a la altura de las actuales exigencias, poniendo toda nuestra capacidad y profesionalismo en el cumplimiento de nuestras imperativas tareas, empleando todos los recursos humanos, materiales, logísticos, tecnológicos y legales que la nación pone bajo nuestro resguardo.
 
Tenemos férrea convicción, sólidos valores, voluntad inquebrantable, pero sobre todo, somos un ejército y fuerza aérea con disciplina; base fundamental en la que descansa la eficiencia del instituto armado, el diario accionar castrense, la conducta y empeño de cada soldado… para defender los intereses de la patria y preservar su vida institucional.
 
Firme, pero al mismo tiempo razonada, la disciplina es la norma a la que los militares debemos ajustar nuestra conducta; tiene como bases la obediencia, un alto concepto del honor, de la justicia y de la moral, y por objeto, el fiel y exacto cumplimiento de los deberes que prescriben las leyes y reglamentos militares.
 
El principio vital de la disciplina es el deber de obediencia; tiene que ser así, porque el servicio de las armas nos exige que llevemos el cumplimiento del deber hasta el sacrificio y que antepongamos al interés personal, el respeto a la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la soberanía de la nación, la lealtad a las instituciones y el honor del Ejército y Fuerza Aérea.
 
Es por ello, que la disciplina es el principal bien a proteger por el sistema jurídico militar y para robustecer este baluarte, las fuerzas armadas requieren de instrumentos legales apropiados, modernos y funcionales, que garanticen su desempeño y den respuesta certera a las exigencias de nuestra sociedad, y así, afrontar la realidad actual y futura del país.
 
Con nuestro correcto proceder y genuina convicción de servicio, aspiramos a seguir contando con la confianza que depositan en nosotros la sociedad y sus instituciones.
 
Soldados, marinos y pilotos de hoy, tenemos clara la elevada encomienda de continuar siendo pilar firme de la estabilidad, democracia y unidad nacional.
 
El reto es grande; pero la devoción y pasión por México, son mayúsculas; con lealtad, con honor y con compromiso, contribuimos para el fortalecimiento de las instituciones… para consolidar el proceso que permitirá liberar el verdadero potencial del país.
 
¡México es el objetivo superior que nos une… que nos cohesiona… que nos impulsa…y alienta!
 
¡México es nuestra mayor causa!
 
Con ese sentir y con orgullo, recibo esta distinción en nombre de todas las mujeres y hombres que prestan su servicio en las fuerzas armadas, trabajando 24 horas, todos los días del año, a lo largo y ancho de nuestro extenso territorio…
 
¡Todos ellos creen en un México mejor y más grande, próspero y en paz!
 
Muchas gracias.