Ciudadano contador público, Jorge Herrera Caldera, Gobernador del Estado de Durango.
Diputado Carlos Emilio Contreras Galindo, Presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado.
Doctor Apolonio Betancourt Ruiz, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado.
Distinguidas Diputadas, Señores Diputados, Integrantes de la Sexagésima Sexta Legislatura del Congreso Estatal.
Señores Presidentes y Señoras Presidentas Municipales presentes.
Apreciables autoridades federales, estatales y municipales.
Representantes de diversas organizaciones aquí presentes.
Representantes de los medios de comunicación.
Señoras y señores.
Compañeros de armas.
Muy buenos días a todos.
En nombre de las mujeres y hombres de la fuerza terrestre de la nación, les manifiesto que es un gran honor, un verdadero honor, dirigirme a esta soberanía, para agradecer el gesto de convocar esta sesión solemne, en reconocimiento de nuestros primeros cien años de lealtad y servicio a la patria, a las instituciones y a todos los mexicanos.
Este gesto nos honra, se suma a otros que hemos recibido en toda la geografía del país en este año de festejo centenario; reflejo de la aceptación y confianza que tiene el pueblo por sus fuerzas armadas.
También nos enorgullece, porque es coincidente con el festejo del 450 aniversario de la fundación de esta ciudad capital, “Victoria de Durango”
El estado de Durango, es baluarte de la conformación histórico-geográfica del país; su agreste orografía, ─con la imponente sierra madre occidental─ templó el carácter de las tribus étnicas, que florecieron en este magnífico territorio.
Este temple hace simbiosis con la determinación de pobladores novohispanos, que se traduce en arrojo y fortaleza; herencia que contribuyó notablemente para alcanzar las aspiraciones de la independencia, de la reforma y de la revolución.
Desde siempre, su fisonomía colectiva la traza el trabajo, los valores y los anhelos de cada mujer y hombre que han nacido en este rincón del país.
Su niñez, la juventud, las mujeres y hombres duranguenses, son de espíritu inquebrantable y representación importante en el impulso para el desarrollo colectivo.
Desde entonces, la gente del campo; profesionistas; obreros; mineros; artesanos; empresarios y quienes componen la sociedad duranguense toda, en conjunto contribuyen con su esfuerzo diario y productivo al progreso y bienestar de México.
Al tratar de sintetizar la magnitud, proyección y grandeza del estado, es menester hacer espacio para honrar a personajes e instituciones que han trascendido en la historia del país, logrando un lugar de distinción en el muro de honor de esta soberanía.
Guadalupe victoria, primer presidente de México; Francisco Villa, “El Centauro del Norte”; Fernando Gómez Palacio, José María Patoni, Silvestre Revueltas, Alberto Terrones Benítez, por citar sólo algunos; quienes con sus actos, patentizaron acendrado patriotismo, profundidad de pensamiento y entrega a la nación.
Hoy, con el mismo espíritu y valores de estos ilustres duranguenses, oriundos de esta entidad nutren las filas de las unidades, dependencias e instalaciones militares, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
A cien años de vida Institucional de la Fuerza Armada de tierra, me congratula en esta tribuna ser portavoz de las mujeres y hombres que vestimos el uniforme de la República, para hacer tangible la visión que en 1913 vislumbrara don Venustiano Carranza.
Prócer que determinó la necesidad de contar con un ejército emanado del pueblo, que sirviera patrióticamente al servicio y al estado mexicano, para defender la legalidad y el sostenimiento del orden constitucional.
Axioma que estableció la génesis de nuestro actual Ejército, EL EJÉRCITO MEXICANO, ¡SU EJÉRCITO!, ¡EL EJÉRCITO DE TODOS!.
Un ente con características bien definidas: lealtad irrestricta y disciplina inquebrantables; sólidos valores que cimentaron la base de la ideología militar de México que es la institucionalidad.
Por ello, con justeza los mexicanos hoy podemos afirmar, que el país no sería el mismo sin su ejército; recíprocamente, el instituto armado, tampoco sería el mismo, sin el estrecho vínculo que sostiene con la sociedad.
El acto que hoy nos convoca, es ejemplo fehaciente que da evidencia a este hecho.
El objetivo primordial del actuar castrense es claro, defender la integridad, independencia y soberanía de la nación y garantizar la seguridad interior, procurando en todo momento el bienestar de la sociedad.
Hoy como en el pasado, imbuidos de este espíritu de servicio, con lealtad, honor y compromiso, participamos coordinadamente con la comunidad y los tres ámbitos de gobierno, afrontando cualquier flagelo que impacte la estructura social e impida el cumplimiento de las actividades esenciales de la colectividad.
Un México en paz es tarea trascendental para las fuerzas armadas, empeñamos todos los recursos que la nación nos otorga para salvaguardar la integridad, las libertades y los bienes de nuestros compatriotas, actuando con apego a la ley e irrestricto respeto de sus derechos humanos.
En este esfuerzo, México cuenta con la preparación, capacidad, adiestramiento y profesionalismo de sus fuerzas armadas.
Actuamos en todo momento con firmeza pero con prudencia; con disciplina y responsabilidad; siempre dentro del marco de la ley.
El pueblo de México deposita en nosotros su confianza; concesión que aquilatamos porque constituye el bien más preciado que una colectividad o institución puede poseer.
Tengan la certeza que el país cuenta con soldados prestos para apoyar y proteger, dar aliento y esperanza cuando más se requiera.
¡nunca, nunca, escatimaremos esfuerzos para superar dificultades!.
En cumplimiento de las instrucciones de nuestro Comandante Supremo, El Ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, la institución militar de la nación se mantiene alerta y en permanente disposición para afrontar la sensible problemática de inseguridad que padecen los mexicanos.
Juntos: sociedad, autoridades y fuerzas armadas, todos cerramos filas para reducir los nocivos efectos y daños que provocan aquellos que buscan lucrar con el miedo.
Esa es la fórmula para obtener resultados por demás satisfactorios, por eso los soldados de tierra, mar y aire, estamos aquí, con ustedes, seguiremos aquí el tiempo que sea necesario. El tiempo que la sociedad duranguense nos lo indique.
Distinguida concurrencia:
Este marco enriquecedor de cultura, historia y biodiversidad de la entidad, aunado a la calidez de su gente, me propicia agradecer al gobierno del estado, a la sexagésima sexta legislatura de este honorable congreso y a la ciudadanía duranguense, la gentileza de inscribir en el muro de honor de este recinto la leyenda:
“CENTENARIO DEL EJÉRCITO MEXICANO, 1913-2013”.
Frase que exalta 100 años de identidad y cohesión entre las fuerzas armadas y la sociedad de Durango.
Su noble gesto nos nutre y fortalece moral y espiritualmente.
100 años de servicio a la patria, en los que con pasión, honor, dignidad y espíritu de sacrificio, las mujeres y hombres de uniforme, han validado el juramento de lealtad que hicieron a la patria.
Algunos, han caído en el cumplimiento del deber, otros, han sufrido lesiones graves que ponen en riesgo su vida; ellos son los principales merecedores de este simbólico reconocimiento, porque dan testimonio de compromiso, entrega y esmero.
La deferencia que hoy nos participa esta soberanía, la haré extensiva a compañeros de armas que incansablemente cumplen con valor, integridad y patriotismo, las misiones que se nos asignan.
La confianza como se mencionó y que se nos deposita aquí, nos impulsa para dar más de nosotros, para poner mayor ahínco y profesionalismo en todas las actividades que realizamos por las mejores causas de Durango, por las mejores causas de México.
México impulsa como ya se mencionó también, reformas transformadoras para hacer frente a los retos de hoy y del futuro.
Hagamos de esa transformación, arma poderosa para derribar obstáculos, cerrar brechas y encarar nuestros mayores desafíos.
Sigamos adelante, asumiendo nuestra responsabilidad, construyendo nuevos caminos y generando oportunidades para todos.
Demos el siguiente paso hoy y alcancemos el mañana juntos; ¡llevemos a México a su máximo potencial!.
Con la energía y pundonor de un pueblo esforzado que siempre ha salido adelante, todos, insisto, sociedad, gobierno y fuerzas armadas lograremos la seguridad, prosperidad y progreso que tanto anhelamos.
¡México y Durango bien lo merecen!.
 
Gracias por estas altas deferencias.