Estimado Ingeniero Egidio Torre Cantú, Gobernador del Estado de Tamaulipas.
 
Diputado Oscar de Jesús Almaraz Smer, Presidente de la Mesa Directiva del Honorable Congreso del Estado.
 
Magistrado Armando Villanueva Mendoza, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado.
 
Distinguidas diputadas, señores diputados, señoras y señores presidentes municipales, invitados que nos acompaña, estimados compañeros de armas de la Armada, del Ejército y de la Fuerza Aérea.
 
Muy buenas tardes a todos.
 
Agradezco cumplidamente al Honorable Congreso de Tamaulipas el gesto de inscribir en sesión solemne la frase “1913-2013 Centenario del Ejército Mexicano. Honor y lealtad por México” en el muro de honor de este magnífico recinto parlamentario.
 
Las mujeres y hombres que integramos el ejército nos sentimos muy honrados y distinguidos con este significativo acto que hoy y aquí tiene valor inconmensurable, reconocemos en esta soberanía a dignos referentes del pueblo tamaulipeco.
 
Este ejército mexicano, su ejército, el ejército de todos es parte neurálgica en la historia del país, todos desde su génesis en 1913 e inicio de consolidación en 1914, ha sido es y será pilar fundamental para que México siga fortaleciendo su respetada pacífica y civilizada condición de pueblo de instituciones y de leyes.
 
En estos primeros cien años de institucionalidad, los soldados de tierra, mar y aire, hemos estado comprometidos con la misión de garantizar la integridad, independencia y soberanía de la nación y hemos honrado con lealtad y honor a quienes concibieron la idea de que México merecía un ente militar de origen popular y de cuño constitucional, que sintiera con pasión el rumbo del proyecto nacional que establece la carta magna.
 
Para ello, contamos en nuestras filas con mexicanos de manifiesta vocación de servicio y fe inquebrantable, con valores que forman y orientan, que nos vinculan con la sociedad toda, y nos brindan sentido de pertenencia y orgullo de servir a nuestro pueblo.
 
Se puede aseverar que el país no sería el mismo sin sus fuerzas armadas, recíprocamente se puede sostener que el Instituto Armado; Ejército, Armada y Fuerza Aérea tampoco sería igual sin la estrecha vinculación con la ciudadanía y sus representantes.
 
Este lazo indisoluble concede la razón a nuestros predecesores que plasmaron en la constitución la subsistencia de una fuerza armada permanente capaz de respaldar el esfuerzo diario de los mexicanos.
 
La distinción que hoy nos confiere el estado de Tamaulipas en la sede que alberga la esencia de su soberanía será compartida con los Generales, Jefes, Clases, Oficiales, Soldados que con fortaleza y compromiso en todo el territorio nacional coadyuvan para preservar la ciudad y su patrimonio.
 
Actos como este representan valiosa ocasión que nos otorga entereza moral y anímica para poder seguir cumpliendo nuestras labores sustantivas, se aquilata mucho más este gesto, pues proviene del pueblo tamaulipeco que sabe salir avante con el orgullo de su identidad que centra su mirad en sus fortalezas como sociedad de avanzada y que diariamente intercambia y convive intensamente con otras culturas a través de sus fronteras litorales.
 
Aquí en esta entidad, el sentir del ejército constitucionalista tuvo eco y empezó su acción revolucionaria, recordemos que en Matamoros; los generales Lucio Blanco y Francisco J. Mujica realizaron el primer reparto agrario, hecho destacado que hizo de Tamaulipas lugar insigne para el agrarismo mexicano.
 
Por su singular ubicación estratégica, esta prodigiosa tierra desde siempre ha sido hogar de militares y espacio de convivencia para sus familias, si a ello se añade la siempre hospitalaria personalidad de su gente, entendemos la razón por la cual servir a su sociedad genera grata aceptación a la labor castrense.
 
El ejército se ha nutrido desde siempre de notables tamaulipecos, personajes ilustres oriundos del estado han dado prestigio a México, encontrando en sus actos y en sus hechos muestras de vocación de servicio y patriotismo, destaco algunos:
 
Durante la lucha por la independencia, el militar y político José Bernard Gutiérrez de Lara quién proporcionó hombres y armas a Hidalgo y fue Gobernador y comandante general de las provincias internas de oriente.
 
Durante la época de las intervenciones extranjeras y guerra de reforma, el militar y político Pedro Hinojosa que combatió la invasión norteamericana y defendió Puebla, también fue gobernador, senador y ministro de guerra y marina en dos ocasiones.
 
Al General Pedro José Méndez, benemérito del estado de Tamaulipas quien durante su trayectoria se distinguió por su audacia y su valor heroico.
 
La Revolución nos otorga la oportunidad de exaltar la lealtad institucional del General Lauro Villar Ochoa, defensor del Palacio Nacional durante la decena trágica, insignia paradigma de honor de nuestro tiempo.
 
A ellos, se pueden agregar muchos otros.
 
El ejemplo de sus acciones son muestra de valor y determinación de esta sociedad que en cada etapa histórica ha sabido salir adelante y que hoy no escatiman esfuerzos para superar sus dificultades.
 
Los flagelos que hoy afectan a la sociedad de Tamaulipas y los actos criminales que la ofenden son plagas que debemos desterrar de una vez por todas.
 
Los tamaulipecos deben estar seguros que no están solos, que sus autoridades y fuerzas armadas cierran filas para afrontar la sensible problemática que padecen.
 
Para erradicar en su conjunto a este cáncer social se requiere del esfuerzo, el valor y la determinación de todos.
 
Solo con la decidida participación y valor civil que se traducen en denuncias ciudadanas, cero tolerancia a la corrupción y la exigencia de las responsabilidades podremos transitar hacia el México que merecen heredar nuestros hijos.
 
Resulta inaceptable que una minoría de delincuentes pretenda acotar las libertades de los habitantes.
 
En defensa de la sociedad tamaulipeca, los soldados y marinos no han escatimado esfuerzos, llegando incluso al máximo sacrificio o a sufrir severas lesiones, todos ellos son los primeros destinatarios de este reconocimiento que hoy recibimos.
 
Son ellos, porque cayeron defendiendo la prevalencia de la ley, luchando contra el delito y la violencia, convencidos que nada ni nadie pueda tentar contra la existencia del estado, ni  afectar la tranquilidad y el desarrollo de la población.
 
Distinguidas damas y caballeros legisladores, invitados especiales.
 
Los soldados de tierra, mar y aire continuaremos con pasión, sin doblez alguno, coadyuvando al esfuerzo que realizan los gobiernos de la República y del estado como un todo, para acotar las amenazas que interfieren contra la convivencia armónica de la sociedad tamaulipeca.
 
Las fuerzas armadas seguirán siendo factor de estabilidad nacional, ello nos motiva e impulsa, así lo demandan las instrucciones del ciudadano enrique Peña nieto, Presidente de la República, nuestro Comandante supremo.
 
Aportamos nuestra capacidad institucional para lograr un México en Paz en coordinación con las demás instancias y niveles de gobierno.
 
Las tropas desplegadas en todo el territorio nacional y en particular en Tamaulipas, continuarán el tiempo que sea necesario, realizando acciones en beneficio de la sociedad, de las personas y de las familias, con el compromiso ineludible de actuar con estricto apego a la ley y debido respeto a los derechos humanos.
 
Antes de concluir, quiero reiterarles que es un honor, un gran honor, un verdadero honor encontrarme con ustedes, representando a los miles de mujeres y hombres que entregan su vida al servicio del pueblo y gobierno de México.
 
Esta inédita deferencia que se suma a otros reconocimientos otorgados en el país, nos estimula, alienta y sobre todo nos compromete.
 
Tamaulipas y el país entero, saben y deben saber que dentro de cada militar, existe un mexicano con elevados sentimientos y valores nacionales, apasionados por servir a su patria, orgullosos y dispuestos a darlo todo por defender a los ciudadanos contra las amenazas que atenten la convivencia social y el desarrollo nacional.
 
Muchas gracias a todos.