Discurso No. 083

Palabras del titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Jorge Carlos Ramírez Marín, en la entrega de los Premios Cemex.

México, D.F., 05 de noviembre de 2014.

Buenas noches.

Esta sin duda ha sido una noche larga pero excepcional, un desfile, un paseo por el talento, por la juventud, por la experiencia. Una demostración muy clara desde México, de lo que México representa para el Mundo y lo que el Mundo representa para México.

Croacia, República Checa, Costa Rica, República Dominicana, Panamá, Brasil. Esta sin duda es una convocatoria mundial orgullosamente mexicana, esta es merecidamente una noche en la que Cemex demuestra no solamente todo el entusiasmo que ha puesto por ser una empresa mundial, sino sobre todo la consolidación de su éxito.

Le deseamos a nombre del Gobierno de la República una gran felicitación a todos, esta noche habla de México, un país de libertades, un país de fuerza, de entrega, con dificultades que -precisamente por lo excepcionales- muestran toda la gran riqueza del país en su conjunto. México es mucho, pero mucho más que las dificultades, esta noche lo ha demostrado.

Estimados amigos, estar aquí es un extraordinario honor, viendo consolidar la obra de un hombre extraordinario, Lorenzo Zambrano, representada en hombres tan extraordinarios como el ingeniero David Sarur. Estos hombres hablan por México, hablan siempre por su país, de lo que su país realmente es y lo que será en el futuro.

Porque hoy hemos visto obras terminadas, obras del presente, pero el principal mensaje de esta noche es todo lo que todavía nos falta por alcanzar.

Sin duda para México, Cemex seguirá siendo ese baluarte para el futuro, la gran empresa mexicana que supo conquistar el mundo y se hace presente siempre en su país.

En la obra de Lorenzo Zambrano está esa devolución permanente de obras y de frutos: en su trabajo social, en su trabajo educativo, en su trabajo como impulsor de jóvenes; y por eso viendo estos dos extraordinarios reportajes, la cuenta histórica de la vida del ingeniero Sarur, quien precisamente hoy gana merecidamente esta recompensa a toda una vida de trabajo que lleva el nombre de un hombre extraordinario, con toda una vida de trabajo también.

Eso me hace pensar qué importante son, qué necesarios son los hombres que saben dar frutos; pero también me hace pensar qué indispensables son los hombres como Lorenzo Zambrano y éste es su testimonio, que saben dejar profundas semillas.

Vamos a conquistar el futuro con empresas como Cemex, con legados como el de Zambrano y con testimonios como el de David Sarur.

Muy buenas noches.