Discurso No. 002

Palabras del titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Jorge Carlos Ramírez Marín, en el Acto Conmemorativo del Centenario de la Promulgación de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915.

Veracruz, Veracruz, 07 de enero de 2014.

Con su permiso, señor Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Con nuestro agradecimiento por su anfitrionía, señor Gobernador Javier Duarte de Ochoa; señor Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; señores integrantes del Gabinete; colega Enrique Martínez y Martínez y, Emilio Chuayffet Chemor.

Señor Presidente del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz; señora Secretaria General, Ivonne Ortega; señores Gobernadores; señores dirigentes estatales de esta distinguida organización, y con ustedes saludo a su Presidente, el Senador Manuel Cota Jiménez, muchas gracias, Senador.

Y a las organizaciones, hermanas en principios y en coincidencia de causa, campesinas que se encuentran aquí presentes, representando al Congreso Agrario Permanente.

Muchas gracias a todos.

Estimados amigos:

Si estuviéramos realizando hoy una reunión de propietarios de tierra en México hace 100 años, necesitaríamos un salón 10 veces más pequeño, y en ese salón cabrían absolutamente todos, porque en 1910 el 97 por ciento de la tierra cultivable en México tenía solamente 840 dueños; 840 dueños poseían y tenían la propiedad del 97 por ciento de la tierra de la Nación.

Las comunidades y los jornaleros apenas poseían el tres por ciento. Eso es lo que se está celebrando el día de hoy, ese enorme salto, esa enorme decisión política que hizo que de 840 dueños de la riqueza del país, hoy esa riqueza le pertenezca a más de 30 millones de mexicanos, hombres del campo, dueños de la propiedad social en México. Eso es lo que celebra el Aniversario de la Ley Agraria.

En la propiedad social está el 80 por ciento de los bosques de nuestro país; en la propiedad social está el 73 por ciento de toda la biodiversidad de México, que es, a su vez, uno de los países con más biodiversidad en el mundo.

Las tres cuartas partes de los litorales mexicanos son propiedad social, lo que significa que la riqueza del país está radicada en la propiedad social, en esa decisión que hizo que la propiedad se repartiera, en esa decisión que se tomó hace 100 años, pero si dijéramos que con eso bastó, nos quedaríamos solamente en el recuerdo de esa gran decisión política.

No es esa la interpretación que el Gobierno de la República hace de esta Ley Agraria. La ley necesita modernizarse, actualizarse, pero sobre todo, la visión de su aplicación.

Por eso, los esfuerzos del Gobierno de la República, continúan esforzándose precisamente para que la Ley Agraria, sea una realidad tangible en la casa de cada uno de los hombres y mujeres del campo en México.

Por eso, estimados amigos, las políticas impulsadas por este Gobierno, buscan erradicar de raíz la pobreza en el campo mexicano, para que los habitantes del campo, tengan cada día más ingresos, la fórmula clave para erradicar esas desigualdades, equilibrando el mundo rural y el mundo urbano.

Ninguna de las reformas promovidas por el Gobierno de la República, han apuntado solamente a mejorar la vida de quienes viven en ciudades.

La Reforma Educativa apunta a que haya la misma calidad en las escuelas del campo, que en las escuelas de las ciudades.
La Reforma Financiera, apuntó claramente a que tuvieran las mismas oportunidades empresarios en las ciudades, que hombres y mujeres del campo que tienen pequeñas propiedades.

La Reforma Fiscal, les dio mucha mayor claridad. Y las últimas decisiones enfocadas a crear una zona fiscal específica, en estados del Sur del país, demuestran este compromiso de que el mundo rural y el mundo urbano en México, se den definitivamente la mano y vivamos en un país de iguales y no en un país donde nacer, en un lugar hace la diferencia en la vida, a nacer en otro.

El Gobierno de la República, a través del Registro Agrario Nacional, ha regularizado 941 núcleos agrarios, generando más de 300 mil documentos de propiedad para ejidatarios en tan sólo estos dos años.

Hoy, el 95.9 por ciento de certificación es el avance que registra el Registro Agrario Nacional, mientras que la Procuraduría Agraria ha otorgado más de 490 mil audiencias. El FIFONAFE ha entregado más de 200 millones de pesos a núcleos que esperaban 17 años que, por fin, les pudieran ser entregados los recursos que legítimamente les pertenecían.

Cuatro mil núcleos agrarios, estimados amigos, demuestran que la Reforma Energética es una alternativa para el campo en México; y contra el vaticinio, contra la profecía de quienes auguraban la desaparición del ejido, hoy, el ejido mexicano es una realidad más justa que nunca, cuando los hombres, y particularmente las mujeres en los ejidos, no tendrán por voluntad de los empresarios que recibir utilidades, sino, por obligación de ley, son socios legítimos y dueños de las utilidades y la riqueza que su tierra pueda generar a través de la Reforma Energética.

Se trabaja para que haya menos conflictos sociales. Y de la mano con organizaciones que sirven de útiles y honrados intermediarios, podemos hoy anunciar que más del 40 por ciento de los asuntos que se trataron en estos dos años, han sido resueltos satisfactoriamente.

Hoy, estimados amigos, las reformas son una realidad. Auguran un extraordinario futuro, pero, sobre todo, auguran el cumplimiento de lo que hace 100 años soñaron quienes firmaron esta Ley Agraria: que los hombres y mujeres del campo fueran no solamente dueños de un papel y no solamente quienes contemplaran la riqueza de otros, sino legítimamente, con su trabajo, obtuvieran su propia riqueza.

El campo, decía Luis Cabrera hace 100 años, es la semilla de México. Y decía: la revolución agraria se hizo para dar al campesino tierra, trabajo, pero sobre todo igualdad y libertad. Hace 100 años.

Hoy, tenemos que ver 100 años hacia adelante. Las reformas estructurales preparan al país y le dan condiciones para un nuevo futuro en el campo.

Y esas reformas, estimados amigos, tienen nombre y apellido: Enrique Peña Nieto, Presidente de México.

Muchas gracias.