Discurso No. 061

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano durante la inauguración del foro de consulta para la Elaboración del Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda

Mérida, Yucatán, 23 de agosto de 2013.

Muchas gracias, estimados amigos, académicos, funcionarios, representantes de organizaciones civiles, ciudadanos que siempre han estado interesados en este proceso de desarrollo de nuestra ciudad.

Déjenme en primer lugar, decirles que este es uno de los lugares más bonitos donde yo haya estado desarrollando estos foros, y gobernador Rolando Zapata Bello, reciba usted mi reconocimiento por haber tomado la decisión de concluir estas obras y darle a Mérida la dignidad de un espacio como éste, tiene usted el aprecio de la ciudadanía pero quiero reiterárselo expresamente.

Este es un estupendo espacio, Mérida siempre ha tenido estupendos espacios. El primer sorprendido fue un fraile franciscano acompañante de los conquistadores, que dijo, palabras más palabras menos, “debe haber sido hecho por personas muy importantes, muy superiores. Y deben haberla construida aún antes de la llegada de Jesucristo porque el monte sobre ella es tan abundante y profuso como abajo”. O sea, encontraron una ciudad maravillosa pero enmontada; y después así enmontada como estaba decidieron desmontarla, y brindarnos este espacio del que hoy tenemos algunas ventanas en la Plaza Grande y en algunos edificios del centro de Mérida.

Esa fue la transformación a lo largo de los años, muchos años, ya casi en el siglo 20 se puso la placa del Cerro del Imposible y se venció, finalmente nos gastamos las piedras de aquel cerro, y esto fue en el siglo XVlll, si no mal recuerdo, cuando se colocó esta placa que todavía pueden ver en la calle 50 con 67, casi con 69. Ahí está, viene de otro siglo, como nosotros venimos de otro siglo, pero nos sorprende como en el trayecto de esos siglos, los meridanos de entonces -y tengo forzosamente que empezar hablando de Mérida- creían en la necesidad de diseñar una ciudad.

Mérida fue una de las primeras ciudades donde se construyó una alameda, necesidad detectada por un gobernador, Lucas de Gálvez, que no es el nombre de un mercado, era un gobernador colonial, capitán general, más conocido por su muerte que por sus obras; pero fue uno de los primeros lugares en la República colonial donde se construyó lo que en aquel entonces era algo realmente de avanzada, una alameda con alumbrado público, 18 postes con lámparas que por supuesto se encendían manualmente pero que le daban por primera vez, una vista nocturna a la ciudad.

Hoy esas vistas nocturnas o vistas de la ciudad son pomposamente llamadas -y sajonamente llamadas- “skyline” ¿Cuál será el “skyline” de México? Pues una composición de fotos de la Torre Latinoamericana, la Torre Mayor, la Catedral etcétera; pero en nuestras ciudades el “skyline” siempre es un “collage” de cosas que no están juntas, en otras ciudades el “skyline” es, efectivamente, una línea continua de edificios que fueron pensados, desde que se hicieron, para ser tomados en un “skyline”, para que alguien los viera desde lejos. Alguien pensó que necesitaba una alameda y aun cuando no sabía si había ninguna otra, no necesitó referencias de si había otras o no, la hizo porque consideró que se necesitaba, que embellecía y enaltecía a la ciudad.

Ese es el devenir de la historia de las ciudades, pero las ciudades no solo son los edificios, conforme fuimos creciendo y hoy nos ubicamos Mérida, como la tercera mejor y más importante ciudad de México según el Instituto Mexicano de la Competitividad; la tercera mejor ciudad de acuerdo a distintos índices, con calificación por supuesto, entre las que tienen 500 mil a un millón de habitantes.

¿Qué nos dan estas calificaciones? Nos dan dinero, nos dan empleos, nos dan la posibilidad de que alguien registre, cuando empieza a buscar para establecer una empresa, cuáles son las mejores ciudades entre 500 mil y un millón de habitantes, porque las ciudades de más de dos millones de habitantes tienen muchísimas complejidades, son muy pocas las ciudades europeas que tienen más de 2 millones de habitantes, e incluso las norteamericanas, con más de dos millones. Entonces una ciudad media, agradable, con buen nivel de vida, buen nivel de servicios, se convierte automáticamente en una atracción de inversiones.

Esa es una de las razones por la que hay que planear las ciudades. A mi me da mucha curiosidad como viene gente a solicitar a la SEDATU que lo inscribamos como una zona metropolitana, “queremos ser zona metropolitana”, el Gobierno Federal al contrario quiere menos zonas metropolitanas, lo que necesitamos son ciudades. Ciudades únicas, con identidad propia, ciudades con un plan y un diseño que los lleve a su propio, ya no su “skyline” para las fotografías, sino su diseño de vida para lo que van a ser los habitantes de esas ciudades, en los próximos siglos, y para ello hay que pensar en los próximos 50 años.

Durante estos años, y efectivamente decía bien el arquitecto Bolio, no había un Programa Nacional de Desarrollo Urbano. ¿Por qué lo necesitamos? Porque este programa, además surgiendo de la voluntad de los ciudadanos, de los que viven en estas ciudades, nos deben marcar las pautas sobre las cuales deben dirigirse las políticas públicas. Sin un programa, nuestras políticas públicas serán políticas diversas y separadas y sin conjuntarse, tendremos resultados a lo mejor buenos en vivienda pero malos en materia de desarrollo urbano; a lo mejor hacemos más casas pero las hacemos fuera de un contexto que armonice el crecimiento de la ciudad.

Entonces se trata de unir todas estas partes y de convertir a cada una, en un factor y un soporte de la otra. La vivienda debe ser nuestro principal aliado en el desarrollo urbano; la vivienda formal, la que hacen los constructores apenas es el 33 por ciento de todo lo que se construye en las ciudades, el otro 68 por ciento lo hacen los ciudadanos y para ello se requiere de permisos de los ayuntamientos; entonces necesitamos ciertamente armonizar el trabajo de los desarrolladores de vivienda, pero también armonizar el trabajo de los ayuntamientos.

Por instrucciones del Presidente de la República, al mes de noviembre, 90 de las más importantes ciudades del país deben tener un mismo tipo de documento, no el mismo documento, el mismo tipo de documento que señale cuál es el programa trazado para los próximos años para esa ciudad; deben haber armonizado el mismo tipo de regulación, cómo otorgan los permisos, cómo se realizan los servicios, bajo qué condiciones regularizamos tierras; no debe ser la misma normatividad, pero debe tener los mínimos y máximos que nos vayan más o menos estandarizando en los objetivos.

Alguien me decía el otro día “bueno, es que es impensable estandarizar la vivienda de Yucatán, de Quintana Roo, con la vivienda de Jalisco”; estoy absolutamente de acuerdo, defiendo y defenderá en cualquier parte y ante cualquier foro, la medida fundamental es una hamaca, y si no cabe, no debe aceptarla nadie, esa es para mí una condición ineludible en las viviendas. Estas características regionales deben respetarse, pero debe haber mínimos y máximos que vayan estandarizando estas regulaciones y también que pongan límites a los permisos. ¿Cuál es la realidad que tenemos hoy? Ayuntamientos estrangulados por las deudas y estas deudas provienen de que un día tenían 17 mil habitantes y al cabo de 4 meses, después de autorizar la construcción de un fraccionamiento, pasan a tener 120 mil habitantes; y no es lo mismo brindar servicios a 17 mil que a 120 mil.

Varias medidas tomamos de carácter inmediato, para que los ayuntamientos refuercen su capacidad económica, como por ejemplo el que ahora, a partir de los créditos de 2014, -y saludo aquí al delegado del Infonavit que está presente- el Infonavit desarrolla el criterio de hipoteca, mantenimiento predial. O sea, que en ese mínimo descuento que se hace para el pago de la casa se esté haciendo un descuento para el pago del mantenimiento del fraccionamiento y para el pago del predial; esto debe fortalecer a desarrollar un sentido de comunidad, pero al mismo tiempo también a desarrollar las características del ayuntamiento.

Amigos, para eso hacemos los foros, para que estas ideas, que hoy son ideas que constituyen una contención, empiecen a hacer el diseño de nuestro futuro. He hablado de Mérida no solamente por cariño sino porque Mérida a lo largo de todos estos siglos ha sido el centro de servicios, de desarrollo de toda esta región peninsular. Incluso establecida ya esta enorme potencia turística Cancún, o ahora la Riviera Maya, Mérida sigue gozando de esta aceptación para ser un centro de servicios regional.

Pero así como en el pasado llegaron a maravillarse los franciscanos y los españoles de lo que encontraron, también llegaron a principios del siglo XIX y principios del XX, una gran importante migración de Medio Oriente, que le dio a esta ciudad fuerza, vitalidad, le lleno nuevamente su expectativa económica, y le volvió a dar, contra lo que ya se veía venir que era una crisis en el henequén, en el sistema económico henequenero, esta nueva inyección, esta sangre nueva le dio a la ciudad otra vitalidad y otro dinamismo, una mezcla de culturas nuevamente le daba futuro a Mérida y hoy está sucediendo lo mismo, basta ver los números de la ciudad para saber que tenemos nuevamente una importante migración, debido a dos cosas: primero esta tradicional cultura y calidad de vida yucateca, pero segundo un gran bono que tiene que reconocerse al gobierno, que es este bono de seguridad del que hoy seguimos disfrutando y que atrae cada vez más visitantes y no solo visitantes sino residentes de otros lugares.

Este es el nuevo diseño de ciudad que necesitamos, no nos habíamos imaginado en los años 30’s, cuando se hace el reparto de Dolores Patrón, que alguien iba a vivir en algo menos de 50 metros de frente y 100 de fondo; pero empezó a hacerse normal el crecimiento a partir de lotes y después surgieron los fraccionamientos, y ahora tenemos una ciudad como muchas otras, con importantísimos desafíos, con enormes retos, para definir cómo quiere ser en adelante.

Podemos seguir irresponsablemente desperdiciando nuestro más rico tesoro que es el agua, podemos irresponsablemente seguir regando al mismo tiempo, con la misma agua, podemos seguir irresponsablemente pensando que nunca nos vamos a gastar el espacio y que da lo mismo trasladarnos a Sierra Papacal para trabajar. Precisamente para eso se hizo la Sedatu y precisamente para eso se hicieron estos foros, para diseñar ciudades donde la gente efectivamente vivir, trabajar pero no solamente regresar a su casa a dormir, sino regresar a su casa a compartir una vida. Hoy normalmente en la Ciudad de México el promedio de traslado es de alrededor de una hora y media; nosotros no podemos arriesgarnos a que eso ocurra porque caeríamos en el mismo tipo de situaciones, una sociedad donde cada vez hay menos identidad familiar, y ese es un enorme riesgo para la ciudadanía.

¿Quiénes inventaron las ciudades? Los griegos y la ciudad implicaba incluso un juramento, una devoción a su ciudad. Amigos, Mérida no es Yucatán, Mérida es solo la capital; hoy pensar en el diseño de Tizimín, de Valladolid, Tekax, Ticul, Oxcutzcab es una obligación; no solamente nos permitirá prever males mayores sino que al contrario, nos da la gran oportunidad de tener ciudades con una identidad propia, con gente que no solamente las habite sino que las viva, se identifique con ellas, divulgue su nombre y se sienta cada vez más orgulloso, él y su sucesión de pertenecer a ellas.

Si no hacemos esto corremos riesgos impresionantes, voy a darles un ejemplo: tenemos en la Sedatu 358 solicitudes de terrenos nacionales, gente que nos pide pasar propiedad federal a propiedad privada, esto equivale a 198 mil 997 hectáreas. El territorio nacional tiene 198 millones de hectáreas, este es prácticamente un muy buen pedazo del territorio nacional, para ilustrarlo, solo tres municipios son más grandes que todo este territorio: Mérida Tekax y Tizimin, o sea, estamos prácticamente pidiendo volver propiedad privada, todo el equivalente al tamaño más grande, hacer el cuarto municipio más grande de Yucatán y posiblemente el segundo.

Amigos este es el tipo de riesgos que tenemos que prever y que requieren la participación de los ciudadanos, y por eso hacemos estos foros; las opiniones de ustedes de cómo debe el gobierno regular este tipo de transmisión, cómo vamos a hacer con el transporte público, qué vamos a hacer con la vivienda, qué vamos a hacer con la planeación, con las responsabilidades que tienen los ayuntamientos, todo eso lo podrán ustedes tocar en este magnífico foro, muy bien organizado, felicito ampliamente a la delegación estatal de la Sedatu y agradezco la presencia de otros delegados federales de otras dependencias, agradeciéndoles su interés, pero esta es una tarea en la que sin duda el Congreso del Estado, hoy encabezado en su comisión más importante por don Luis Hevia que los dirige y agradezco su presencia; el Poder Judicial fundamental para el tema, de la competitividad y por eso agradezco la presencia de don Maco Celis.

Por supuesto, la invaluable presencia del gobernador del estado pendiente siempre, de todos los procesos que tienen que ver con la ciudad y con el estado de Yucatán; y agradezco también que el ayuntamiento de Mérida haya enviado un representante a este importantísimo foro sobre todo para la ciudad de Mérida que es la capital del estado de Yucatán.

A los representantes de la iniciativa privada, a los representantes del gobierno del estado, pero sobre todo, a los representantes de ustedes hoy en este esquema donde a una conferencia seguirán las opiniones de todos los ciudadanos.

Amigos, los procesos históricos, decíamos, las mezclas culturales son inevitables; tarde o temprano la fuerza de estas combinaciones aparece, y de nosotros depende que mejoren las sociedades, Mérida ha corrido esa suerte, Yucatán ha corrido esa suerte pero no sin riesgos. La Guerra de Castas demostró -y quizá es un episodio que en el resto del país se habla poco deliberadamente- la Guerra de Castas demostró que la injusticia tiene límites; la Guerra de Castas demostró que con la pobreza no se juega; la Guerra de Castas demostró que la miseria puede ser el mayor detonante del conflicto social y por eso urgen ciudades en las que se respete esta convivencia armónica y las oportunidades de empleo junto, con el embellecimiento y la recreación.

Mérida, como pocas ciudades en el país, tiene este extraordinario documento que es el Plan Estratégico de Mérida, elaborado con la valiosa mano del doctor Bolio, con la gran participación de muchos otros especialistas, y se mencionaba aquí a Nerio Torres Arcila desde, en aquel entonces, la Comisión de Desarrollo Metropolitano, asumiendo -hay que reconocerlo- un importante papel, porque normalmente hacer e invertir en este tipo de cosas, que solo se ven en manos de los especialistas, aunque luego sirven para que se pueda hacer todo lo demás implica un riesgo.

Amigos vivimos en una sociedad que se enriqueció del mestizaje, de las migraciones. Hoy lo hace nuevamente y podemos apreciar desde los cimientos de esta sociedad, en la que tenemos la suerte de vivir, que aquí se fusionaron para bien, la cultura, la tecnología, la historia, la vanguardia, la innovación, la tradición, la imaginación, factor que espero no esté ausente en esta tarde en las discusiones de ustedes.
No estaría completa esta mezcla sin el esfuerzo de toda la sociedad; esta es la idea de este evento de hoy, crear una sinergia de opiniones que enriquezca no solo a Mérida y Yucatán sino a toda la República.

Felicito a todos por su entusiasta participación, y de la misma manera les aseguro el compromiso del Gobierno Federal, del Presidente Enrique Peña Nieto, demostrado paso a paso, por hacer a nuestro país no solo un mosaico sino efectivamente hacer de nuestro país un gran núcleo, en donde este independientes, con su propia identidad, con su propio sabor, sus propias normas, cada una de las sociedades que representa nuestro país. De eso se trata; este Programa Nacional de Desarrollo Urbano, lejos de ser un modelo que nos iguale, es un modelo que resalte nuestras divergencias pero nos ponga a trabajar juntos,

Muchas gracias