Discurso No. 095

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la Asamblea General de líderes de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas, A.C. (CODUC).

México, D.F., 29 de noviembre de 2013.

A lo largo de este año personas que nos conocíamos, que habíamos tratado en distintas ocasiones, tuvimos la oportunidad de coincidir en un objetivo común, hacer que nos vaya un poco mejor, y que cada vez ese poco mejor sea más, ése es el objeto de que el Gobierno intervenga en los temas del campo, como en todos, tenemos Gobierno para que tome las decisiones y las políticas que hagan que las cosas mejoren, ese es el proyecto y el propósito del Gobierno Federal.

Por eso le agradezco mucho a Marco Antonio Ortiz Salas; le agradezco a Refugio como siempre su amable solidaridad; le agradezco a Segoviano, que nos vimos desde aquel primer evento; a Miguel Luna Hernández. Y me da mucho gusto que también nos acompañe Margarita Franco; que esté el dirigente de la CNPA Nacional, mi buen amigo don José Narro Céspedes, que esté Sonia Ibarra de Nayarit, y a tantos otros dirigentes. En particular a un funcionario de la Administración Federal como es Jaime Martínez Veloz, cumpliendo esta extraordinaria labor en la Comisión tan delicada; está Mari Carmen Cabrera, dirigente, y a mi buen amigo Álvaro López, como siempre con las organizaciones hermanas.

Hemos trabajado este año juntos en muchas cosas muy importantes; en tratar de que estos programas que el Gobierno de la República creó a partir de la exigencia de las organizaciones del campo, sirvan mejor cada vez, y que sus beneficios sean cada vez más extendidos y lleguen efectivamente a las personas que los necesitan. Déjenme hacer un breve repaso, y no crean que voy a alejarme tanto.

Ayer me tocaba estar en Morelos celebrando un aniversario del Plan de Ayala. El Plan de Ayala durante mucho tiempo ha sido considerado la “Biblia” del campo mexicano, porque el Plan de Ayala marcó la diferencia entre México y el resto del Mundo. Si ese Plan no hubiera ocurrido, a lo mejor la Revolución hubiera cambiado al Gobierno, pero no hubiera cambiado las cosas; a lo mejor la Revolución hubiera acabado las cosas, a lo mejor la Revolución hubiera acabado en que Madero fuera Presidente en lugar de Porfirio Díaz. Pero las cosas no habrían cambiado radicalmente, hubiéramos tenido esas enormes extensiones de tierra todavía en manos de quienes, a lo largo de los años, las fueron adquiriendo y se las fueron quitando a sus legítimos dueños.

Dueños no crean ustedes que prehispánicos, no se las habían dado los emperadores aztecas, se las había reconocido el rey de España, cuando los conquistadores llegaron, dominaron, se quedaron; esta gente se conformaba con lo que ese reparto, de acuerdo a las decisiones del rey de España, había dicho “ésto es de estos señores, de tal comunidad”; donde había reconocido reinos indígenas, dominios indígenas, comunidades. Y a lo largo del tiempo eso se fue perdiendo, de repente un señor de apellido importante tenía miles y miles de hectáreas, y los dueños solo eran empleados de esas hectáreas, empleados que por supuesto no tenían ningún derecho sobre ellas.

¿Por qué les digo que marcó una diferencia con respecto al resto del mundo? Y es fundamental que quienes estamos en el tema del campo lo entendamos: porque en el resto del Mundo no existe un régimen de propiedad como el de México; en el resto del mundo no hubo una Revolución donde una persona creara un “Ejército Liberador del Sur”, se opusiera al nuevo gobierno y conquistara los derechos que les habían quitado a lo largo de tantos años.

Y eso fue lo que hizo el Plan de Ayala; y ese es el enorme valor del trabajo político, además del trabajo insurgente, de Emiliano Zapata. Sobre todo estimados amigos -y es poco recordado y poco apreciado- un enorme trabajo político para confeccionar este Plan donde, al reconocerlo el Gobierno, dio lugar a todo lo que estamos viendo hoy. La Ley Agraria existe gracias a la decisión de Zapata de no reclamar que se cambiara el Gobierno, sino que se cambiara cómo funcionaban las cosas.

Tomar una decisión de ese tamaño es muy importante, y lo que ha estado tratando de hacer el Gobierno de México, su Gobierno, es tomar esas decisiones importantes para que no solo sea un cambio de nombres en el Gobierno, sino que haya de verdad un cambio de fondo en las cosas que nos interesan.

Cambiar la educación, cambiar el tema de las telecomunicaciones, cambiar la forma de como pagamos impuestos, que paguen en función y en proporción de sus ingresos efectivamente y que se acaben los privilegios.

Cambiar las cosas en materia financiera, que tengamos de verdad una reforma que permita que la banca de desarrollo sea de desarrollo, no una banca que obstaculice, o que cobre intereses más caros que los que cobra la banca comercial. Que de verdad esté al alcance de todas las personas y de todos los sectores.

También una reforma energética que nos deje aprovechar lo que es de nosotros, pero que hoy no lo podemos aprovechar porque sacarlo cuesta; que no deje de ser de nosotros, simplemente que se pueda sacar.

Esas reformas, con más o menos consenso, con más o menos oposición, tienen hoy un grado muy importante, muy parecido al de esos tiempos. Se pusieron en la mesa, no se siguieron guardando para que las discutiéramos, las pensáramos, se rumorara que el Gobierno iba a sacar una reforma; se pusieron en la mesa, se pusieron donde tienen que estar, en la discusión de los legisladores. Y terminarán donde deben terminar, la decisión de los legisladores, que son los representantes de México. Y eso va a cambiar muchísimas cosas.

Déjenme explicarles por qué este tema de Zapata y el resto del mundo es importante. Solamente hay dos condiciones en el extremo de nosotros: hay países donde toda la propiedad es privada, si quieres tú un pedazo de tierra, tienes que comprárselo a alguien que es dueño de un pedazo de tierra, y ha sido dueño o porque lo compró, o porque ha sido de su familia por generaciones y generaciones. Por eso cuesta tanto la tierra en los países del capitalismo, Estados Unidos, los grandes países europeos que forman el bloque de países industrializados, tener un pedazo de tierra en Francia, en Suiza, en Italia, representa tener mucho dinero.

El otro extremo es, por ejemplo China, la tierra toda es del estado, el gobierno es el dueño de toda la tierra; me decía el otro día el ministro de Desarrollo Urbano de China: “nosotros no tenemos problemas con la vivienda, porque cada 30 y tantos años, los edificios que se crearon para albergar a cientos de miles de personas, en 30 años ya no sirven así es que los tiramos y los volvemos a construir” “¿Y qué hacen mientras con toda esa gente?” “No pues la llevamos a otro lugar”. Imagínense ustedes, ya me veo diciéndoles a los de la Unidad Azcapotzalco: “Salgan, los vamos a tirar, y regresen cuando estemos listos”; pero lo pueden hacer porque la tierra es de ellos.

Nosotros -y no fue gratis, después de una enorme lucha, de cientos de miles de muertos, huérfanos viudas, pobreza- nosotros somos los dueños de nuestra tierra. En un esquema social, la mitad de la tierra en México es propiedad social, es decir, forma parte de algún ejido o de alguna comunidad; y el Gobierno tiene la obligación de reconocerla, el Gobierno tiene la obligación de irle dando a los propietarios dentro de ese ejido el reconocimiento de la propiedad de su parcela.

Pero a lo largo del tiempo esa propiedad también fue cambiando, y nos falta todavía una parte fundamental, yo ya no quiero heredarle a mi hijo el papel donde dice que la parcela es mía, lo que me gustaría heredarle, como en otros países, es la parcela y algo de lo cual lo haga vivir de esa parcela, la riqueza que esa parcela puede generarle, la riqueza que yo, junto con mis demás compañeros, podemos producir a partir de tener lo elemental. ¿Qué es lo elemental? La tierra, la tierra es nuestra.

Por eso el Presidente creó la SEDATU, para que se encargue del problema de la tierra, el suelo: el suelo campesino, el suelo ejidal, el suelo privado; el suelo de las ciudades, el suelo que se convierte en vivienda; el suelo que está en litigio, el suelo de las comunidades indígenas que las quieren volver mineras, o de las comunidades indígenas que no les quieren pagar los que están instalando unidades eólicas. El suelo es el tema de esta Secretaria.

Nosotros no somos los responsables de la producción. Estos programas que tenemos, bien lo dijo Marco Antonio, y bien lo dijo también Pepe Narro, y lo ha dicho siempre el profesor López y toda la gente que habla del tema de estos programas, estos programas son para arraigar a la gente en su suelo, para que no se vaya, para que tenga una oportunidad de crear aunque sea seis empleos; esos, amigos, son los objetivos de los programas de la SEDATU que ustedes conocen, FAPPA, PROMUSAG, Joven Emprendedor; y son chiquitos efectivamente.

Me gustaría decirles tres cosas de estos programas: la primera, un cambio muy importante va a ser que los programas que se presentaron el año pasado, que ya le representaron a mucha gente un gasto, esos programas ya no los vamos a tirar a la basura, para que otra vez este año la gente tenga que hacer de nuevo el gasto. Esos programas, sobre todo los que quedaron aprobados, están inscritos ya en la SEDATU, y tendrán la oportunidad de ser tomados en cuenta en 2014, sin que tengan que volver a hacer los trámites, y sin que tengan que volver a presentarlos las organizaciones. Con esto queremos ahorrar tiempo, pero sobre todo ahorrar molestias a los que son el objetivo de nuestros programas.

Otro cambio muy importante, estamos hoy precisamente abriendo la convocatoria a nuevos técnicos, a nuevas personas que quieran efectivamente intervenir en estos programas. Pero hay dos detalles muy importantes: primero, los técnicos no van a cobrar primero, los técnicos van a cobrar hasta que su proyecto esté, no aprobado por la SEDATU, no, hasta que su proyecto esté validado, después de la segunda revisión le entregaremos el resto del dinero al técnico.

¿Qué está pasando? El técnico presenta su proyecto, les cobra una lanita, le cobra otra lanita a la organización, le paga la SEDATU 17 mil pesos -allá ya se nos fueron casi 30 mil de los 180 mil del proyecto- y después le dice a la señora “Ahí te los dejo, ahí están tus vacas, ahí están tus chivos, ahí están los trastes de tu salón de belleza y adiós” “Oye ¿pero qué más tengo que hacer, cómo arrancamos, cómo jala esto?” “Allá terminó mi responsabilidad”.

Ahora no, ahora efectivamente recibirán la parte más pequeña cuando presenten el programa, pero cobrarán hasta que, después de la revisión, veamos efectivamente que las vacas están y son productivas; que los chivos están y efectivamente les dio cabras y chivos, no puros chivos, porque quién va a ordeñar chivos; y salones de belleza completos y donde efectivamente se vea que los salones de belleza sean salones de belleza, o sean “ciber-cafés”, o sean tiendas de abarrotes que efectivamente vayan a funcionar, ese es un segundo cambio muy importante.

Y el tercer cambio, no va a ser ni la única vez -como decía Marco Antonio Ortiz, me das hoy y hasta dentro de cinco años- los programas podrán recibir incrementos, los programas podrán asociarse, mi grupo con el grupo de Marco, además con el grupo de Refugio, podremos ser tres o cuatro grupos unidos en un mismo proyecto, podremos asociarnos a alguna empresa y trataremos de que estén ligados a temas que efectivamente dejen dinero. ¿Cuál es el objetivo de estos programas? Arraigar a la gente ¿Cuál es la forma en que pueden arraigar a la gente? Siendo efectivamente productivos, dejando una utilidad; eso es lo que van a dejar nuestros programas, y por eso estas modificaciones que les estamos proponiendo.

La otra parte de la Secretaría ve el tema de los conflictos agrarios, ya ha sido mencionado aquí por su dirigente. El primer tema con los conflictos agrarios es evitar que se conviertan en una industria. Les voy a poner el ejemplo de lo que vivimos ayer en Morelos, en el municipio de Ayala, precisamente. Llegamos y había una manifestación de estudiantes normalistas de la Universidad Pedagógica Nacional de Ayutla; ¿Cuál era su protesta? Los desalojaron de su escuela; ¿Y quiénes los desalojaron? Los ejidatarios. Lo primero que preguntaba es “¿Y los papás de ustedes no son ejidatarios?” “Sí de muchos de nosotros”, “¿Y entonces?” “Pues ellos dicen que no saben, que fue una cosa de un Tribunal”.

Efectivamente, un Tribunal Agrario resolvió una demanda del ejido, le dio la razón y le dio dos instrucciones: desalojar inmediatamente o pagar 20 millones de pesos. ¿Saben cuántas hectáreas son? 2 hectáreas, con una escuela que hizo el Gobierno Federal, que la escuela costó 9 millones de pesos, y se desalojó a los estudiantes.

Empezamos la investigación, y obviamente detrás del ejido está la presencia de unos funcionarios que estuvieron en el RAN, que estuvieron en la Reforma Agraria, que tienen información, y que ahora van de ejido en ejido buscando dónde pueden crear un conflicto, se “amafian” muchas veces con funcionarios de los tribunales agrarios y se emiten cuestiones como esta.

¿A quién le importa más que esa Universidad siga funcionando si no es a los ejidatarios? ¿A quién le interesa más que no se desbarate un centro de educación superior si no es a los habitantes de ese lugar? Que alguna vez donaron ese terreno para que se construyera esa Universidad y que, por errores del Gobierno, o errores que se encuentran ahora, nunca se regularizaron.

La SEDATU está regularizando miles de escuelas por todo el país para evitar este tipo de problemas; pero lo más importante es que la gente del campo sepa que no debemos ir en contra de nuestros propios ciudadanos, que no podemos permitir que intereses particulares nos conviertan en traidores, exigiendo cosas que van en contra de los intereses de la comunidad.

En todo caso es imprescindible que las organizaciones, sobre todo las más serias, justifiquen su carácter social, defendiendo siempre los intereses de las comunidades por encima de cualquier otro. Dejar a 300 estudiantes sin escuela es un crimen, visto como sea visto; dejarlos sin escuela a cambio de 20 millones de pesos, en el caso de que los ameritara, sigue siendo un crimen, vaya a llevarse quien se vaya a llevar esos 20 millones de pesos, pero les aseguro una cosa, a los que a los que menos les va a tocar es a los ejidatarios.

Por eso es importante esa labor que Marco Antonio señalaba hace un rato, y en la que yo confío vayamos de la mano las organizaciones y el Gobierno. Tenemos que elevar el nivel de reclamo de nuestras organizaciones, y eso implica elevar su capacidad de organización y darle mucha más fuerza a las organizaciones.

El Gobierno no puede hacer lo que las organizaciones hacen, son ustedes el mejor vehículo para que nuestros objetivos se cumplan en el campo; tenemos que hacer de las organizaciones -y vamos a destinar casi 300 millones de pesos para eso- tenemos que tener organizaciones que sustituyan a estos despachos que andan buscando cómo crear conflictos, solo para ganar dinero. Tenemos que ganarles y tenemos que anticiparnos haciendo que sean las organizaciones las que efectivamente representen los intereses de los ejidatarios y no despachos privados que descuiden el interés de la comunidad o traicionen los intereses de la comunidad.

Y para eso, les decía, el próximo año el presupuesto de esta Secretaría contempla 300 millones de pesos. Yo espero que tengamos muchas menos solicitudes de FORMAR para cuestiones, sin duda importantes, pero no tan trascendentes como esta que nos estamos proponiendo. A lo largo del próximo año, amigos, nosotros vamos a ejercer mil 141 millones de pesos para el programa PROMUSAG; este programa además tiene otra condición: lo que vamos a ejercer de FAPPA, nos hemos propuesto que por lo menos el 50 por ciento sea para productoras mujeres. O sea que le vamos a dar a la mujer el peso que debe tener dentro de las organizaciones y para los programas productivos.

Vamos, estimados amigos, a introducir algunas modificaciones en el esquema de vivienda rural, la primera de esas modificaciones es que forzosamente -esta es una idea de la Secretaría de Desarrollo Social que nos hemos comprometido a impulsar- forzosamente una de las habitaciones de nuestras casas, las casas que hace la vivienda rural, que tendrá un componente del 70 por ciento -es decir, el 70 por ciento de nuestros recursos se destinarán a casas- ese 70 por ciento y esas casas, una por lo menos tendrá que estar pintada, o colocada de color rosado. Ustedes dirán “eso es una tontería, Secretario”; yo digo que eso es un paso para decir claramente que el hecho de que las casas tengan dos habitaciones, no es para que los señores vivan más cómodos, es para que las señoras tengan a salvo, bien protegido y bien definido, el espacio de sus hijas mujeres, y ese es un compromiso del Gobierno Federal que no vamos a desatender.

En todas -con excepción de las previsiones de la ley, es decir los casos de excepción que se dieran- prioritariamente la escrituración de las casas construidas por el FONHAPO será dedicada a la señora de la casa, no al señor de la casa; nadie las va a poder sacar de sus casas, amigas. Y si el señor tiene otras, lo que va a pasar es que va a tener tres casas a nombre de tres mujeres, porque las casas van a estar escrituradas, con excepción a los casos que prevea la ley.

Amigos y amigas, sé que vamos a tener un año muy intenso, que tenemos muchas cosas por delante, muchas cosas que hacer. Y yo le agradezco a estas organizaciones que tengan la confianza de que haya una interlocución con el Gobierno Federal, es decir, que podamos hablar, porque eso es lo que no vamos a dejar de hacer. Es nuestra tarea hacer que las organizaciones tengan esta referencia de lo que plantean, de lo que discuten, de lo que no están de acuerdo, de lo que tenemos que confrontar. No vamos a regatearle a la organización su derecho de usar su libertad de manifestación.

Les pedimos una y otra vez -y lo hago ahora en todo lo que hace al Gobierno Federal- que confiemos en las instancias de diálogo, pero nuestra tarea continuará siendo seguir dando la cara, y seguir hablando todos los días que sean necesarios. Eso lo podemos hacer cuando hay organizaciones serias delante de nosotros, y estas son organizaciones que se han comprometido con la SEDATU también a señalar y desenmascarar a quienes, abusando de la confianza de la gente, se ostentan como organización solo para ver cómo les quitan lo poco que tienen a los que supuestamente representan.

No es el caso de CODUC, que desde los años 90’s se constituyó para convertirse en un frente de interlocución con el Gobierno; y me da gusto decir aquí que tampoco es el caso ni de CNPA ni de la UNTA, al contrario, como Secretario estoy muy orgulloso de haber podido entablar con ellos una relación de respeto, que espero nos lleve cada año a mejores resultados.

Les felicito por esta reunión, les deseo el mayor de los éxitos modificando sus estatutos, y espero que sea por el bien de la organización. México necesita organizaciones como ustedes, México los necesita, y más ahora que el Presidente nos ha lanzado el reto de esta reforma para el campo que busca tener más fertilizantes, agua mejor distribuida, más financiamiento, más importancia a los pequeños productores, y un sistema legal moderno y ágil, que no permita la corrupción, y que respete los derechos de los dueños de la tierra. Todo eso es lo que vamos a estar trabajando en 2014; les pido que renueven su confianza en este Gobierno que quiere, no solo hablar con ustedes, sino darles resultados.

Muchas gracias amigos, por esta extraordinaria oportunidad de compartir con ustedes todo este espacio. Perdón por lo largo de las palabras, pero la CODUC lo amerita; son muchos años de esfuerzo, de lucha, son muchos años de sacrificio, de esfuerzo, de creer en el campo, y eso debe tener una recompensa. Estamos reformando a México, nuestro objetivo es no poner reparo en esa mezquindad que decía “no, es que está arriesgando un capital político”. De que sirven los capitales si no puedes hacer los cambios que se necesitan, de qué te sirve saber que tienes una responsabilidad si tienes que mantener las cosas igual que han sido siempre.

Eso es lo que estamos cambiando, ese es el desafío que aceptamos, y esperamos seguir contando con ustedes y haciéndole justicia por fin al campo de México. Muchas gracias estimados amigos, estimadas amigas.