Discurso No. 033

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante el 9° Congreso Nacional de la Central Campesina Cardenista

27 de Mayo de 2013.

Gracias amigos, muchas gracias queridos amigos.

Muchas gracias particularmente a Max Agustín Correa.

Me parece a mí que una organización que puede reunir esta representación, que puede asegurar y demostrar que tiene presencia en más de mil municipios del país, que está presente en todos los estados de la República, pero sobre todo, que está presente en cada uno de los momentos importantes en el que se toman definiciones para el campo, no sólo presupuestales, sino mucho más allá, en las modificaciones de leyes, en las modificaciones de las Reglas de Operación, siempre ha estado presente la Central Campesina Cardenista, tiene nuestro reconocimiento y por supuesto tendrá nuestro apoyo.

Amigos, creo que estamos en la misma lógica y perseguimos los mismos objetivos. 52% de toda la extensión del país es propiedad social. Quiere decir que no le pertenece a una sola persona, es más, la mayoría del territorio del país entonces es propiedad social. Sin embargo en esa mayoría se concentra la mayoría de la pobreza, no la mayoría de la riqueza; la mayor producción, la mayor generación de riqueza se hace en un territorio muy pequeño que abarcan apenas 59 ciudades del país; y si ustedes me apuran que abarcan apenas 23 ciudades del país.

Algo no está bien en esa lógica, y es eso en lo que ustedes los campesinos organizados y lo que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto tenemos que cambiar. Pero eso es imposible hacerlo cada quién por su lado, por eso tenemos que reconocernos como aliados, tenemos que trabajar juntos para lograr esa transformación. En el espacio que he podido escuchar, celebro el compromiso de una parte del Legislativo para hacer los indispensables cambios de las leyes que tenemos que lograr.

Hemos estado permitiendo paulatinamente la fuga de la posesión, no solamente de la propiedad, sobre todo de la posesión de la tierra ejidal a manos privadas y más allá, a manos extranjeras. Y hoy que tomamos medidas con respecto a la extranjería, tenemos que darnos también cuenta cómo mucho de lo que se ha convertido de tierra ejidal, hoy no solamente no le pertenece a los ejidatarios, ni siquiera le pertenece a los mexicanos.

Hoy, mucho de lo que hemos enajenado como terrenos nacionales ya no solamente no le pertenece a ustedes, no le pertenece a la Nación y hoy es explotada por extranjeros, lo cual no tiene nada de malo en sí mismo, pero necesita una nueva regulación para que el diseño de esta tierra, que era la protección, el diseño de esta tierra que era los beneficios para los ejidatarios, no se transfiera junto con la propiedad a quienes son hoy sus nuevos detentadores y quienes las explotan.

Es imprescindible hacer esos cambios, es imprescindible que revisemos toda la regulación relacionada con el campo; necesitamos, sobre todo en materia de propiedad, reforzar efectivamente la participación de los comités de vigilancia; no podemos, ni deberíamos permitir, que sea tan fácil eliminar el derecho del ejidatario a decidir sobre el uso que tendrá su tierra, es así como se han ido enajenado más de mil 600 ejidos, para convertirse en propiedad privada y pasar a ser de tierras productivas a ser simplemente terrenos para el desarrollo de vivienda. Vivienda que en ningún caso beneficia a los ejidatarios que simplemente tienen que cambiar de lugar, de donde vendieron y lo que es peor, vendieron otros a nombre de ellos, a cualquier otra parte, pero dejan de ser los propietarios de lo que tienen.

Las instrucciones del Presidente Peña Nieto son precisas en el área de responsabilidades de la SEDATU.
Revalorar la tierra, reforzar el derecho de los ejidatarios a hacerla producir, crear una nueva regulación para no hacer posible que la tierra que está produciendo se convierta fácilmente en territorio de expansión de las manchas urbanas.

En esa lucha estamos juntos, lo sabe su dirigencia, lo sabe también cada uno de ustedes si acude a exigir sus derechos. Estas reformas tenemos que irlas haciendo y ya no puede ser tan paulatinamente, tenemos que hacerlas a tiempo antes de seguir perdiendo, nosotros el patrimonio de la Nación, y ustedes el patrimonio de sus familias.

Decía Lázaro Cárdenas – y coincidimos absolutamente- no se trata de repartir la tierra, habremos de repartir también los medios para hacerla producir. Entonces podríamos invertir esta proporción, y el 52% de la tierra pudiera ser donde estuviera la mayor parte de la riqueza.

Esa es la definición del Presidente Enrique Peña Nieto, democratizar la productividad. Por eso, hay una reforma educativa que se propone reforzar el capital humano sin ninguna distinción. Por eso, hay una reforma financiera que se propone que no sean las zonas urbanas donde se concentre el financiamiento sobre todo de la banca privada, por eso hay una reforma financiera para que la banca de desarrollo no sea competencia de la banca privada, sino un aliado de los campesinos para que tengan efectivamente recursos para hacer producir su tierra.

Esta es la franja de responsabilidades en las que nuestra Secretaría se desarrolla. En la SEDATU, queridos amigos tienen ustedes, por instrucción precisa del Presidente de la República un aliado de los campesinos de México y seremos siempre aliados de la Central Campesina Cardenista.

Muchas gracias.