Quito, Ecuador, a 18 de octubre de 2016.

C. SECRETARIA ROSARIO ROBLES BERLANGA: Muy buenas tardes.

Señoras ministras, muchísimas gracias por estar aquí con nosotros; querida Alicia, gracias como siempre, la CEPAL presente.

Sólo quiero darles la bienvenida al pabellón de México en este Hábitat III, que ha estado muy activo, trabajando todo el tiempo, y qué honor tenerlas, mujeres ministras, todas vinculadas a estos temas que estamos debatiendo y a la Nueva Agenda Urbana con mucho compromiso, y le pediría a Alicia Bárcenas que sea la que nos conduzca.

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C. SECRETARIA ROSARIO ROBLES BERLANGA: […] tiene que estar directamente vinculado a toda la visión de género.

Más de la mitad de la población somos mujeres, y desde el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto se reconoció una realidad muy grande e importante y es que México es ya un país urbano. Ocho de cada 10 mexicanos vivimos en las ciudades y se creó, por primera vez, un ministerio encargado del desarrollo urbano, del desarrollo territorial que centraliza y es la cabeza del sector de toda la política de vivienda.

Tenemos diversos organismos para el desarrollo de vivienda; organismos vinculados a subsidios, organismos vinculados a toda la seguridad social. Hay dos grande son instituciones en México que son hipotecarias muy importantes que tienen esta visión solidaria, como es el INFONAVIT, como es el FOVISSSTE, que son para los trabajadores con esquemas de seguridad social, y tenemos otros tipos de organismos para viviendas para el sector que no es afiliado y, que evidentemente, tiene este derecho a ejercer una vivienda.

En esa lógica, la SEDATU, que es la Secretaría que me toca comandar tiene que ver con todos estos aspectos, incluido el tema del vínculo con lo agrario, con lo rural que sigue siendo importante, porque muchas de estas pequeñas ciudades vive la gente en la ciudad, pero trabaja en el campo, entonces hay una gran interrelación entre unas y otras.

En el tema de la ciudad, lo primero que nosotros planteamos es que el rol tradicional proveedor-cuidadora se rompió, no existe más; hace muchos años que las mujeres estamos trabajando, y esto es una realidad contundente en las ciudades.

La economía del cuidado y asumir la labor del cuidado desde el Estado, desde los gobiernos, desde la sociedad, es muy importante para poder acompañar a la mujer en este rol, también ya de proveedora que tiene. En México un porcentaje muy alto de mujeres trabajan, y además uno de cada cuatro hogares está encabezado por una mujer. Casi el 30 por ciento de los hogares tienen una mujer al frente, y las políticas públicas tienen que considerar esta situación.

Por eso es que en toda estrategia, se afirma parte de toda esta visión de inclusión; las escuelas de tiempo completo, el que las escuelas tengan horarios extendidos para que las madres mientras están trabajando sus hijos estén en las escuelas; un programa muy agresivo de estancias infantiles que ya existía y se ha venido fortaleciendo, estancias infantiles para madres que no tienen seguridad social y que aquí se les cubre esta necesidad para que se puedan ir a trabajar, y otro tipo de esquemas relacionados con esto de manera muy importante.

Creo que lo novedoso que se ha planteado ahora es, primero, todo el tema de la vivienda vinculado a la cuestión de género. Si nosotros queremos un acto de autonomía de las mujeres, no solo se trata de la autonomía económica, sino también que tengan una casa. Dentro del esquema de seguridad social, cuatro de cada 10 viviendas que entregamos son a mujeres, y en el esquema de no afiliados tratamos de priorizar que las mujeres sean las beneficiarias, madres, jefas de familia, mujeres que, incluso aunque estén casadas o tengan pareja, la escritura llegue a nombre de la mujer para darle esa garantía y ese empoderamiento y tengan esa capacidad de autonomía.

Tenemos el Programa de “Ciudades Seguras para las Mujeres”. México tiene una legislación muy avanzada en materia de lucha de violencia contra las mujeres, pero la violencia en el espacio público sigue siendo uno de los grandes temas. El acoso callejero como una realidad permanente, constante y, sobre todo, el que esta violencia en el espacio público le expropia a la mujer su derecho a la ciudad.

Las mujeres se recluyen, a altas horas de la noche no salen, les da terror que sus hijos estén fuera a determinadas horas, y entonces pusimos en marcha el Programa de “Ciudades Seguras para las Mujeres”, y hemos hecho caminatas nocturnas en zonas de riesgo,  de gran conflictividad social, de delincuencia de la mano de las mujeres con ellas, caminando no solamente como gobierno local sino nosotros como funcionarios federales para que podamos detectar todos los aspectos de intervención urbana que tengan que ver con la inseguridad: desde iluminación, banquetas, caminos, etc.

Todo esto lo hemos incorporado en un eje fundamental en nuestra estrategia y nuestro compromiso con la Nueva Agenda Urbana.

El tema vinculado aquí con rescate de espacios públicos, como una de las grandes líneas de acción y, en ese sentido, la inclusión también de rescate del espacio público como una manera de ejercer este derecho, y el asunto de la movilidad porque hemos insistido mucho que la movilidad es diferente para las mujeres. El hombre va de la casa al trabajo, del trabajo a la casa; las mujeres tenemos muchos puntos que tocar. Hacemos un círculo porque vamos de la casa a la escuela de los hijos, de la escuela de los hijos al trabajo, del trabajo al mercado, del mercado por los hijos, a la natación de los hijos y después ya llegamos a la casa.

En la movilidad tiene que considerarse también la perspectiva de género, y entonces si las mujeres no están en la planeación de las ciudades, si las mujeres no participan  en la planeación de las ciudades y el tipo de ciudades que quieren construir, definitivamente es muy difícil pensar que son ciudades con perspectiva de género.

El tema es cómo involucrar y cómo generar estos espacios de participación democrática de las mujeres en la planeación, incorporar sus saberes y construir las ciudades con esta perspectiva de género.

Desde luego, sumado a esto, porque toda esta visión también tiene que ver con las mujeres rurales, el hecho de que puedan ser dueñas de su tierra y puedan tener un título que ampare que permitan tener acceso a otro tipo de financiamientos y créditos. Todo eso forma parte de lo que realizamos.

Quiero decir que en México hay paridad, y es una paridad constitucional reconocida en la Constitución para los cargos de elección popular. Desde luego que su instrumentación no ha sido nada fácil. Como todas sabemos porque nos ha tocado vivir eso en nuestra vida política, de repente no hay mujeres que quieran ser candidatas. ¿Cómo le vamos a hacer?

Hay muchísimas. Incluso han llegado listas a los órganos electorales sin cumplir esta paridad y han tenido que bajar a los hombres de las listas para que se sustituyan por las mujeres porque es un precepto constitucional que nuestro país ha tenido por lo menos ha implicado que más del 40 por ciento de nuestro congreso esté compuesto por mujeres, y esto es algo muy importante.

Además de toda la legislación que tenemos en cuanto a una vida libre de violencia, la legislación que tenemos en materia de reconocimiento del trabajo doméstico como una aportación de las mujeres al hogar, un trabajo no remunerado. También la paridad nos viene a dar un impulso muy importante para poder desarrollar legislaciones y políticas públicas en materia urbana con toda esta perspectiva de género.