Discurso No. 022

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial Y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la entrega del Premio Nacional de Vivienda, en la residencia oficial de Los Pinos.

México, D.F. 06 de marzo de 2014.

Con su permiso señor Presidente;

Señores invitados;

Distinguidos presidentes de cámaras, de la Cámara de Desarrolladores de Vivienda, Fernando Abusaid; de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, don Luis Zárate Rocha; de COPARMEX, Juan Pablo Castañón;

Señor Secretario de Hacienda, Dr. Luis Videgaray Caso.;

Estimados amigos funcionarios del sector;

Señores representantes del Poder Legislativo, María Elena Barrera de la Cámara de Senadores y Abel Guerra Garza, de la Cámara de Diputados;

Y muy especialmente me refiero a quien representa en la mesa a todos los ganadores de este Premio Nacional de Vivienda, nuestro muy estimado amigo don Javier Olvera.

Muchas gracias a todos por su puntual asistencia a este encuentro del sector de la industria de la vivienda, de la industria de la construcción y de empresarios que le dan fuerza y vitalidad a este importante motor de la economía mexicana.

Hace un año estábamos aquí planteándonos la necesidad de que la construcción de vivienda fuera el motor del desarrollo urbano.

Hoy las cosas empiezan a tomar forma, pero las preocupaciones no disminuyen. Cada semana, de aquí al año 2050, un millón de personas en todo el mundo emigra a una ciudad. Esta es una cifra de un poder devastador, de un gran poder de destrucción si sólo consideramos lo que puede pasar en ciudades que no estén preparadas para el futuro; y de un extraordinario poder de esperanza, si consideramos que tomando las medidas suficientes, necesarias, valientes en muchos casos, podemos tener aquí el futuro de la Humanidad en nuestras manos.

La densidad poblacional de las ciudades permite sin duda la distribución eficiente de servicios públicos, la difusión de oportunidades económicas, siempre y cuando el crecimiento de las ciudades sea armónico.

Ese fue el motivo fundamental del cambio en la orientación de la política de vivienda, hacer no sólo política de vivienda, sino política de vivienda y desarrollo urbano.

Hoy estamos reunidos para premiar el esfuerzo de hombres y mujeres que a través de su obra, su empresa, sus inventos, su política, están generando soluciones que favorecen el crecimiento armónico de las ciudades, y crean el tipo de ciudad que necesitamos para ser un país competitivo.

Los evaluadores enfrentaron una tarea difícil -siempre se dice esto- pero quiero decirles que la lista preliminar incluía más de 40 proyectos que tuvieron que ser minuciosamente seleccionados. Esta es una muy buena noticia, porque nos refleja en buena medida el ánimo que la política de desarrollo urbano y vivienda está dispersando en el país y convirtiendo en realidad.

Por todo nuestro territorio miles de empresas, de hombres de negocios, de hombres de ciencia están poniendo sus conocimientos y sus recursos económicos al diseño de nuevas opciones; gracias a eso, hoy hay gente que vive en edificios que se acondicionan solos en materia de clima; gracias a eso, hoy hay gente que vive en casas que ahorran millones de litros de agua; gracias a eso, hoy hay gente que vive en colonias, en comunidades, donde efectivamente vivir no es solamente regresar a dormir después del trabajo, sino tener una familia, tener un hogar, tener sueños, de eso se trata.

A lo largo de este año, sin duda un año difícil, a través de los distintos organismos nacionales de vivienda se han tomado muy importantes medidas: se dieron a conocer las Reglas de Operación con más de 6 meses de anticipación de ponerse en práctica; se crearon programas especiales, tanto para crear nuevas oportunidades de financiamiento y poner en el mercado productos, como para apoyar con garantías a los principales desarrolladores de vivienda en el país; después de 11 años, finalmente se integró el Consejo Nacional de Vivienda que volvió a sesionar, integró sus comisiones y hoy empieza a aportar soluciones al problema de la vivienda, pero no sólo de la vivienda sino también del desarrollo urbano, el orden y el futuro de las ciudades.

Sin lugar a dudas lo más importante a lo largo de este año no es solamente que el INFONAVIT, con una inversión de 103 mil millones de pesos otorgara más de 667 mil créditos, lo que representa un 15% más que su año inmediato; o que el FOVISSSTE aumentara en 25.7% los créditos. Lo más importante es el ambiente de trabajo, de diálogo, de consenso que la industria y el Gobierno han desplegado a lo largo de todo este año.

Por eso, estimados amigos estamos seguros de que a un año de cambiar y presentar a la sociedad la Política Nacional de Vivienda, esta industria recupera su lugar como motor del desarrollo económico y social de México. A nombre de todo el sector, estoy seguro que cuando expresó la confianza de que 2014 será un año excepcional, hablo a nombre de todos.

La meta que tenemos para este año es realizar un millón 100 mil acciones de vivienda, dentro de las cuales se considera la construcción de 475 mil viviendas nuevas. El Convenio de Coordinación para Acciones de Vivienda que hoy firmamos con entidades federativas y con organismos de vivienda regionales, abona al cumplimiento de esta ambiciosa meta, y es justo reconocer el esfuerzo de la Confederación Nacional de Organismos Regionales de Vivienda, encabezada por Roberto Gaitán Spamer. Muchas gracias por el apoyo y la confianza otorgados a la SEDATU.

A este Convenio se han adherido 27 entidades federativas y pronto serán todas, desarrollarán productos y soluciones de vivienda para abatir, como lo estableció usted en la Política Nacional de Vivienda, responsablemente el rezago habitacional.

La coordinación entre los tres órdenes de gobierno y las dependencias de vivienda nos permite racionalizar mejor el uso de nuestros recursos, evita duplicidades de tarea, mejora y precisa las políticas públicas, y nos permite ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos y a los desarrolladores que deben construir casas para ellos.

Este Convenio se suma a los esfuerzos que muchos mexicanos realizan desde la Academia, las organizaciones gremiales y hoy, en su presencia señor Presidente, quisiera reconocer otro de esos esfuerzos: el Colegio de Notarios, que a través de esta firma reduce en más de un 30 por ciento el costo de las escrituras y esto permitirá que más ciudadanos no sólo tengan vivienda, sino la certeza de su propiedad. Muchas gracias, igualmente, señor presidente.

Estos esfuerzos propagan a lo largo de todo el país un espíritu de cambio, creemos que son tiempos mejores y creemos sobre todo en la certeza de que podamos hacer mejores cosas.

Mexicanas y mexicanos nos hemos hecho parte de un proyecto nacional que se mueve con una oferta de rumbo bien definido.

Nuestros galardonados recibirán hoy una escultura obra de María Eugenia Sánchez Cuevas. No es el mismo premio, se ha rediseñado para incluir un árbol que representa el respeto al medio ambiente y el perfil de un edificio que ilustra la vivienda en comunidad.

Pero también representa, si me permiten la interpretación, la idea de convivencia, la idea de la vida en colectivo, el potencial que tiene una vivienda para integrar a los miembros de una familia no solamente en sí mismos, sino vinculados con su comunidad, la capacidad para generar el desarrollo de una ciudad y la prosperidad de una nación.

Este premio es un claro reflejo de lo que somos, pero sobre todo de lo que queremos ser. Y particularmente de lo que el sector de la vivienda está dispuesto a ofrecerle a México, no solamente recuperando su impulso sino recuperando para México la esperanza de contar con espacios donde efectivamente se viva mejor.

Muchas gracias.