Discurso No. 017

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, en la firma del convenio de colaboración con la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación.

México, D.F. 20 de febrero de 2014.

Muchas gracias por esta extraordinaria anfitrionía a CANACINTRA, en verdad nos sentimos en casa. Muchas gracias Rodrigo Alpizar, presidente de esta extraordinaria Institución.

Saludo con mucho afecto a los señores vicepresidentes, al señor tesorero, y por supuesto, le agradezco la solidaridad y la compañía a mi compañero y buen amigo licenciado Jesús Alcántara Núñez, director de la CORETT.

Amigos, está empezando a escribirse una historia muy interesante entre la CANACINTRA y esta parte del Gobierno de nuestro país que pareciera no tener mucho que ver con ustedes. Sin embargo, yo creo, y espero poder hacérselos descubrir que tenemos mucho que ver. Déjenme comenzar con un dato que ustedes conocen perfectamente bien: dicen distintas estadísticas que seis de cada diez mexicanos ocupados están en el sector informal.

En este contexto, a nadie sorprende que los mexicanos tengamos uno de los niveles de productividad más bajos según la Organización Mundial de Comercio; ustedes, como empresarios de la Industria de la Transformación, saben que hacer inversiones productivas depende de una condición fundamental: que haya certidumbre en esas inversiones, y esa es una garantía que la informalidad no puede ofrecer.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros, con la SEDATU? Hace un año, durante la reunión en Mérida, tuve la suerte de poder presentar a ustedes el proyecto que era la SEDATU; de hecho, cuando conversamos, todavía no existía legalmente la SEDATU, era todavía la Secretaría de la Reforma Agraria. Sin embargo, pudimos en aquella ocasión conversar el por qué se había creado esta Secretaría, y les explicaba que el objeto fundamental es reunir en una sola entidad todo lo que tenga que ver con el suelo y el territorio de nuestro país, pero no solamente lo relativo a la propiedad, sino también lo relacionado con en qué se convierte ese territorio o en qué se convierte esa propiedad, y eso nos lleva a un lugar fundamental.

Sobre estos temas, sobre este dilema que plantea la economía informal, uno de los invitados de ustedes a esta magnífica reunión, Ricardo Hausmann, precisamente dice; “el sector informal es en gran medida consecuencia de que la gente está desconectada de las redes de producción moderna”. De acuerdo al profesor Hausmann, las ciudades desordenadas son una causa fundamental del aumento de la economía informal. Bástenos mencionar un dato, una persona preferirá siempre correr los riesgos y pagar los costos de estar en el sector informal con tal de vivir más cerca de su familia, poder tener un poco más de tiempo con su familia, que en lugar de invertirlo en costosos traslados de –algunos- hasta tres horas para poder llegar a su centro de empleo.

Ese es un buen ejemplo de un fenómeno más amplio que es precisamente el tema de la SEDATU: las ciudades. A lo largo de los últimos años, de los últimos 30 años, las ciudades se extendieron siete veces en tamaño; hay algunos casos emblemáticos, aunque yo diría, más bien, pavorosos, y los hay en todas partes de la República; ciudades que han crecido hasta 15 veces -algunos están orgullosos de este fenómeno, nosotros no- se han, entre comillas, metropolizado. Ya hablamos, en el caso específico del Valle de México, de una megalópolis formada por el Estado de México, el Distrito Federal y el Estado de Hidalgo. Es de las ciudades, de la forma en que los ciudadanos, que son los que nos importan, se relacionan con ellas, no son neutrales a la productividad de la generación de riqueza; en otras palabras, depende en qué ciudad vives en buena medida para saber qué tan productivo puedes ser, o cuánta riqueza puede generarse a partir de las condiciones de una ciudad.

Entonces, estimados amigos, la ciudad debe ser entendida como una obra colectiva, no puede ser diseñada exclusivamente por el Gobierno, sino que tiene que ser configurada por los distintos grupos que la habitan y que la van haciendo propia. Si nos atuviéramos exclusivamente a los presupuestos gubernamentales, comencemos con la ya conocida debilidad estructural de las economías municipales.

Hoy en México son muy pocos los municipios que generan ingresos propios, son todavía menos los municipios que mantienen un superávit a sus ingresos y sus egresos, y no existe un municipio en México en donde estos egresos alcancen para cubrir todos los servicios públicos que tiene que prestarse, en buena medida, debido al desorden urbano con que las ciudades crecieron en los últimos años.

Lo urbano es en consecuencia, el conjunto de interacciones de la ciudad, a través de las cuales se constituye la vida social y, por lo tanto, este es nuestro tema de la CANACINTRA y la SEDATU; ese es nuestro tema, estas interacciones que van constituyendo lo que llamamos espacios públicos.

Este es el tema, estimados amigos, en el que nos hemos encontrado con un aliado con el que no contábamos, indebidamente no contábamos; la ciudad es un objeto y lo urbano es lo que le da vida, construir una ciudad sí es responsabilidad de todos, pero la primera responsabilidad del Gobierno es llamar y aceptar la ayuda de quienes están dispuestos a darla, como es el caso de la CANACINTRA, intervención que agradecemos particularmente a la directiva, muchas gracias por la participación que están teniendo en la construcción de las ciudades de México.

Nuestras ciudades, podemos hacerlo, tienen que ser el centro de la innovación, de la creación; y en lugar de eso estamos propiciando, si no intervenimos, encono social y, sobre todo, marginalidad. Algo, no cabe duda, no hemos hecho bien, porque ciudad y urbanización no han ido de la mano. El propio profesor Hausmann termina el artículo al que hago referencia mencionando que, para resolver el problema, no basta que los gobiernos dejen de hacer las cosas mal, tendremos que comenzar a hacer cosas buenas. Hago referencia a esta aseveración del profesor Hausmann porque me parece que da pie para comprender lo que traemos entre manos la SEDATU y la CANACINTRA, pues lo que traemos justamente es el rescate del espacio público.

Esta es la tarea que estamos emprendiendo juntos, estamos aquí para empezar a hacer cosas buenas, después de que ha sido evidente que la falta de planeación ha logrado una inequitativa distribución del trabajo y de los beneficios, sin lugar a dudas, esto ha sido muy poco afortunado. El convenio que acabamos de firmar tiene como objeto promover el diseño de espacios públicos, centros de desarrollo comunitario e infraestructura social en las ciudades mexicanas donde se promueva la participación de empresas mexicanas, este es el objetivo que hemos firmado el día de hoy.

La CANACINTRA, con su propia iniciativa, con sus propios medios y con un extraordinario esfuerzo, diseñó, creó y consolidó el proyecto “Parque Uno”, un parque diseñado exclusivamente por la CANACINTRA con obra mexicana, con intervención de industriales mexicanos, y puesto como muestra de lo que sí se puede lograr, ésta ha sido una decisión extraordinariamente valiente; insisto, la inversión ha sido exclusivamente de la CANACINTRA en un gesto de valor que nosotros reconocemos, y por eso nos hemos comprometido con ellos en este programa.

El Programa de Rescate de Espacios Públicos estimado amigos, como su nombre lo dice, consiste en devolverle a la ciudad lo que fue suyo en territorio, pero nunca fue suyo como ciudad; se trata de devolverle a la ciudad gimnasios, canchas, trota-pistas, ciclo-pistas, pistas para deportes extremos, juegos infantiles. ¿Qué obtenemos de eso? Lugares donde se hace comunidad, lugares donde evitamos violencia, adicciones, donde creamos una nueva forma de hacer deporte en comunidad, arte inclusive, y por supuesto le damos a la familia un espacio de recreación con el que antes no contaban.

De esta manera, lo que buscamos con estos ejemplos es, insisto, rescatar para los ciudadanos territorios que hoy se han vuelto inseguros, territorios que no están generando los espacios para el desarrollo sino más bien lo contrario. A lo largo de 2013 hicimos mil espacios públicos en 387 municipios, 840 de ellos son áreas deportivas y, al final de año, se inauguró el Parque Uno, un ejemplo que fue consolidando la CANACINTRA a lo largo de todo 2013.

Nosotros hemos hecho y, ratifico, el compromiso que firmamos el día de hoy. Vamos a continuar esta obra, ampliando hasta mil 200 y posiblemente mil 450 espacios públicos rescatados en el 2014, y para ello vamos a incluir, como lo dijimos en nuestro convenio, fundamentalmente obra mexicana y productos mexicanos de la industria de la transformación. Estamos seguros que gracias al comportamiento de los espacios públicos, a su rescate, podemos generar una ciudadanía que vaya, en estas visitas a nuestros espacios, adquiriendo un sentido ético y positivo de la vida a través de la interacción que en estos espacios se puede propiciar.

Quiere decir, estimados amigos, que no se trata solamente de poner parques, se trata de ubicarlos en los polígonos que hoy tienen alta incidencia delictiva; se trata de ubicar parques de la más alta calidad, tal como se hizo en Santa Clara, en los lugares donde hoy la marginalidad le está haciendo pensar a los ciudadanos que no merecen un parque de buena calidad, le está haciendo pensar a nuestros ciudadanos que no son dignos de que la ciudadanía, los demás, se fijen en ellos y puedan acercarles algo que los deje de estigmatizar y les muestre que, efectivamente, son parte de nuestro país y merecen lo mismo a lo que aspiramos todos.

Esa es la importancia de este programa y esa es la importancia del convenio que hemos suscrito hoy con la CANACINTRA. Hay que reconocer que el espacio público es el resultado de una construcción social y, por lo tanto, aunque al Gobierno y a las empresas del sector les interesa el orden público, no podemos dejar solamente de observar el tema de la violencia, esta es una acción orientada también de manera importante a mejorar la calidad de vida y, por lo tanto, la productividad; nos corresponde poner las condiciones para que, a partir de sus espacios se desarrollen mejores ciudadanos.

Estamos viendo el mejor ejemplo en lo que está ocurriendo en nuestro país. Durante muchos años, la apuesta política del primer año del Presidente de la República estaba dirigida, decían los ortodoxos –entre comillas- a conservar el capital político; hoy tenemos un Presidente que en 2013 entendió -y así nos lo aseveraba- que el capital político solo sirve si le sirve a los demás.

Y por eso el riesgo, el valor del Presidente de México fue poner todas propuestas de reforma donde tenían que estar, en la mesa de discusión del Congreso de la República. Porque solo así, invirtiendo el capital político y tomando las decisiones necesarias, se puede lograr la transformación del país; por eso hoy tenemos una Reforma Educativa, una Reforma Financiera y una Reforma Energética que, sin duda, marcan el futuro de México. Esa es la decisión del Presidente Enrique Peña Nieto, poniendo a la política a servir a la sociedad y a servir a los ciudadanos; y ese es el ejemplo que seguimos en todos los ámbitos de la Administración Pública.

Los espacios públicos no son la excepción, hemos trabajado a lo largo de este año para consolidar un sistema; hoy sabemos que con la participación de CANACINTRA podemos lograr, efectivamente, algo extraordinariamente positivo para la sociedad. Por eso nosotros creemos y sostenemos que con este convenio que hemos firmado el día de hoy estamos cumpliendo, desde el Gobierno, el mandato del Presidente de la Republica: Mover a México, probar lo que no habíamos probado, innovar en lo que no nos habíamos atrevido.

Hoy estamos suscribiendo una alianza para que los industriales mexicanos tengan la oportunidad de demostrar que nuestros productos están a la altura de cualquiera en el mundo, y que tengan como primer soporte y como primer espacio una tarea dentro del gobierno; compartiendo este objetivo, vamos a rescatar los espacios para la gente, vamos a rescatar los espacios para las ciudades, vamos a construir las ciudades que necesitamos. Para nosotros es un honor y un orgullo contar con el apoyo de ustedes, con ustedes sabemos que vamos a lograrlo y, el próximo año, estaremos dando cuentas de este convenio que firmamos que nos hace aliados y que nos lleva, a la CANACINTRA y a la SEDATU, a Mover a México.

Muchas gracias.