Discurso No. 050

Conferencia magistral del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante el primer Foro Internacional de Vivienda

Toluca, Estado de México, 18 de julio de 2013.

Estimados amigos. La pretensión del Gobierno de la República de asumir la rectoría del Estado en materia de desarrollo urbano requiere de reglas de juego con un doble propósito. Primero, hacer que estas reglas del juego se dirijan a los actores de gobierno, a los protagonistas de la autoridad: los que emiten normas, los legisladores; y los que acatan esas normas, desde los ejecutivos municipal, estatal y Federal. Reglas del juego para todos ellos que garanticen el derecho universal a la vivienda, y el espacio público que corresponda a la dignidad de las personas, es decir, no solamente la casa, sino el espacio y el entorno de la casa que corresponda a la dignidad de las personas.

Y, por otra parte, reglas de juego que contribuyan a que los sectores industriales que intervienen en el desarrollo urbano gocen de las garantías para la competencia y el sano desarrollo de sus negocios, es decir, una primera afirmación es que necesitamos la competencia de todos; y las reglas del juego tienen que garantizar que puedan concurrir, compartir responsabilidades el sector privado, la industria de la vivienda, el sector privado, el responsable de la construcción de infraestructura y el Gobierno, el que otorga los presupuestos, el que libera los permisos, el que crea los reglamentos municipales, el que dice cómo deben ser las cosas.

La rectoría del Estado no busca limitar el crecimiento del sector desarrollador de vivienda, ni tampoco entrometerse en las responsabilidades de las autoridades locales. Por el contrario, lo que buscamos es que tanto responsabilidades como intereses privados encuentren racionalidad, orden y se pongan en contacto para el beneficio social de modo que favorezcan, por un lado la inversión segura, y por otro lado un beneficio cierto para los habitantes de las ciudades.

La Política Nacional de Vivienda aplicada de esta manera puede evitar tergiversación de propósitos, anarquía, corrupción, intromisión de agentes con objetivos poco claros en el panorama. De esta manera podríamos estar con reglas del juego claras para todos los participantes, abriendo la puerta, en primer lugar, a un establecimiento real de una política de desarrollo urbano de largo plazo.

En los últimos años la política de vivienda estuvo efectivamente orientada al logro de metas cuantitativas a través del financiamiento otorgado, podría decirse también -en explicación de esto- que la realidad lo ameritaba; para entonces el rezago, solamente de la población afiliada, era superior a 10 millones de personas, rezago que sin duda quedó abatido. Queda por discutir ahora el siguiente capítulo: la producción de vivienda nueva no solamente como solución habitacional, sino la producción de vivienda orientada a la creación de espacios urbanos que efectivamente permitan el crecimiento de las personas, sobre todo, soluciones habitacionales para la población de más bajos ingresos.

Este modelo del que habíamos hablado originó sin duda, a pesar del abatimiento, serios problemas para la población. Hoy son evidentes los problemas derivados de la construcción de desarrollos alejados de los núcleos poblacionales, lo cual afecta negativamente el bienestar de las familias. De acuerdo a los estudios de la Sociedad Hipotecaria Federal, las personas que viven en estos desarrollos llegan incluso a incurrir en gastos de transporte cercanos al 50 por ciento de su ingreso familiar; esto sin duda repercute en la puntualidad del pago de las hipotecas, en la posibilidad de contribuir al mejoramiento del entorno con una cuota adicional para el pago de los servicios de jardinería o mantenimiento, e incluso puede ser uno de los principales factores, por los estudios sabemos que lo es, que propician el abandono de estas unidades habitacionales. Un gran número de créditos fueron otorgados para financiar viviendas a pesar de que tenían problemas de electricidad, agua potable; y otro objeto de estudio, si tiene algo que ver, nosotros pensamos que sí, el hecho de que muchas de estas construcciones tuvieran un espacio nunca superior a 33 metros cuadrados.

Por otro lado, y en contraste con la superficie territorial, la población urbana crece aceleradamente. De acuerdo con el Censo de 2010, de los 112.3 millones de habitantes del país casi el 70 por ciento, alrededor de 70 millones de personas, vive apenas en 383 localidades de más de 15 mil habitantes. Quizá valga la pena aquí, dirigir un poco la vista a nuestro anfitrión, el Estado de México cuenta con 16 millones de habitantes, prácticamente, casi 4 millones de viviendas, 1.5 millones de lotes no se encuentran regularizados; y quizá el dato que represente mayor importancia para nosotros, la población del Estado de México es, en un 50% menor a 26 años, lo que quiere decir que las expectativas de demanda de vivienda en el Estado de México no solamente no disminuirán, sino que son de los estados que mayor demanda de vivienda, de soluciones de vivienda va a exigir en el país.

Sin duda, es el Estado de México una sociedad que nos permite revisar por todos lados las reglas en materia de vivienda y de desarrollo urbano. En este sentido, era fundamental conformar una instancia que se avocara a generar políticas públicas, respecto al óptimo aprovechamiento del territorio, de la canalización de las energías en el ámbito agrario, y del desarrollo urbano y habitacional. Cuando escribo canalización de las energías del ámbito agrario, me refiero, estimados amigos, a algo que es fundamental. Ellos son los propietarios del 50 por ciento del suelo disponible en el país, el 50 por ciento de la propiedad del suelo en México -de hecho es más del 50 por ciento, es el 51 por ciento- es propiedad social, es decir, no le pertenece a una sola persona, sino que le pertenece a un núcleo, al ejido, que determina una zona parcelada, pero retiene importantes masas de suelo de uso común, es decir, esas que tienen que significar una asamblea donde se decida el destino de ese suelo.

Ya sabemos que mil 600 ejidos procedieron a la distribución de esa tierra de uso común y sirvieron para engrosar las manchas urbanas. Lo que observamos es que de ninguna manera este cambio de la propiedad le significó algún beneficio a los propietarios originales; y por lo que se ve, tampoco le ha significado un importante beneficio a quienes hacen uso hoy del suelo del que fuera suelo ejidal.

Si se trata de los desarrolladores, una muy buena parte de esa tierra mantiene todavía conflictos jurídicos ante las instancias responsables; y si nos vamos a quienes no recurren a los desarrollos formales, pues aquí están este 1.5 millones de lotes que no tienen una certeza jurídica en el caso específico del Estado de México, pero hay que decir que en todo el país todavía hay prácticamente 11 millones de hectáreas no regularizadas, y que ya deberían tener su propio certificado parcelario que es equivalente al título de propiedad o que es factible de inscribir en un registro público.

Por eso, estimados amigos, era imprescindible vincular los dos extremos, por un lado teníamos los temas de desarrollo urbano, haciendo un importante esfuerzo de estudios, un importante esfuerzo de acopio de información, importantes esfuerzos de tratar de regular la actuación municipal y la actuación estatal, pero por otro lado, totalmente ajeno a los esfuerzos en materia urbana, el tema agrario, donde se permitía que se continuarán vendiendo importantes zonas alrededor de las ciudades o ni siquiera vendiendo, se permitía que siguiera creciendo el fenómeno de la expansión de la mancha urbana a costa de los ejidos.

Hoy, la estrategia planteada por el Presidente de la República y apoyada por el Senado y por la Cámara de Diputados, por el Congreso, fue unir ambos mundos y tenemos hoy una instancia de coordinación que es la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Estas fueron las razones fundamentales por las que el Presidente Peña presentó la Política Nacional de Vivienda, una política que se dirige hacia el abatimiento del déficit habitacional en términos cuantitativos, pero que también busca atender las características de la vivienda conforme a las necesidades de una población que efectivamente pueda ser competitiva y productiva.

Se busca un nuevo modelo de vivienda que considere ésta dentro de un entorno social, dentro de su impacto urbano, dentro de una serie de necesidades que la hagan no solamente un espacio para dormir, sino efectivamente un espacio para vivir en convivencia familiar y social. Por eso queremos mejorar y regularizar la vivienda urbana, construir más y mejor vivienda rural, para que las familias mexicanas tengan la posibilidad real de ejercer su derecho constitucional a una vinculación digna.

Voy a tocar muy generalmente estos propósitos, porque afortunadamente los organizadores del Foro han tenido la atingencia de invitar a los funcionarios directamente responsables de estas materias, que seguramente podrán dar mucha más información a ustedes.

Pero, aquí es cuando decimos: regular la vivienda urbana, no nos referimos solamente a regular a los desarrolladores de vivienda. Finalmente los desarrolladores de vivienda representan una opción segura y cierta, porque se van a someter a esas reglas de ordenamiento. No sucede lo mismo con la gran parte de la construcción de vivienda que no es generada por los desarrolladores urbanos. Solo el 33% de la vivienda se hace a través de la industria de vivienda particular, es decir, de la Cámara de Desarrolladores de Vivienda o de desarrolladores formales.

El 67% de las viviendas que se construyen en México, se construyen por medios distintos: autoconstrucción o gestión social cuando es un propósito organizado, pero la enorme mayoría de las veces se trata de un esfuerzo individual por contar con un techo, un esfuerzo individual por poder poner un techo sobre cualquier terreno, venga de una hermana, de una tía, de un amigo, de un pariente o de un ejido donde encontramos alguien propicio a vendernos un espacio, y la promesa latente de que algún día te será regularizado.

Ese es el 67 por ciento de la vivienda en México, ese es el paisaje de vivienda que vemos a lo largo de las carreteras, ese es el paisaje de vivienda que ha engrosado la mancha urbana, primero ocupando zonas de manera irregular y después estableciendo a través de mecanismos formales, el Gobierno los proporcionó mucho tiempo, una opción de regularización y la vivienda va quedando como estaba y, si acaso, va introduciéndole ciertos mejoramientos.

Por eso la política de vivienda hoy no apunta a través del INFONAVIT o través de la Comisión Nacional de Vivienda solo al tema de vivienda nueva, sino también al reciclamiento de vivienda usada y sobre todo al mejoramiento de la vivienda. Estudios de la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda estiman que el 33% del parque habitacional de México muestra signos de fatiga, agotamiento, esas son las palabras técnicas, pero lo popular sería decir están feas, el 33 por ciento de la vivienda del país. Esto significa que además de esfuerzos en vivienda nueva, tenemos que hacer importantes esfuerzos por el mejoramiento del parque habitacional, porque esto representa un valor, esto representa una plusvalía en los desarrollos que va mejorando el espíritu y el ánimo de la gente que es indispensable para la competitividad.

Yo estoy seguro que cada uno de nosotros recuerda alguna pequeña mejora que se le haya hecho a la casa y si hace esa evocación hoy, seguramente pensará que cuando papá mandaba a pintar o mandaba a reparar, inmediatamente la familia decía “estamos mejor”; inmediatamente un espíritu de revaloración del ambiente familiar, nos está yendo bien, pudimos reparar la casa.

Hoy es imprescindible dirigir ese esfuerzo a todos los mexicanos. Por eso el Presidente estableció cuatro grandes estrategias para la política nacional de vivienda. Primero, lograr una mayor y mejor coordinación institucional, por eso hoy nueve dependencias se agrupan en torno a la SEDATU, unas sectorizadas, otras coordinadas. La SEDATU es la instancia que hoy coordina la política de vivienda en nuestro país en desarrollo urbano, preside la Comisión Intersecretarial en la materia. 14 diferentes dependencias concurren a la Comisión Intersecretarial donde deben tomarse decisiones fundamentales sobre todo en materia de introducción de servicios y de aceptación de nuevas modalidades para el desarrollo de vivienda.

Segundo, queremos transitar hacia un modelo de desarrollo urbano sustentable e inteligente, y para eso los créditos y subsidios del Gobierno de la República se reorienta a una lógica, no solamente de demanda, sino también a una lógica de un desarrollo, un crecimiento urbano ordenado. Por eso se tomó la decisión, desde el momento de la presentación de esta Política de Vivienda, de crear por primera vez el Registro Nacional de Reservas Territoriales, para hacer uso de perímetros que ya existían en la Comisión Nacional de Vivienda, pero vincularlos a una responsabilidad por parte de los desarrolladores.

A partir de 2014 el subsidio de la vivienda va a estar diferenciado los que estén en los polígonos cercanos recibirán más subsidio que los que están en polígonos lejanos. Los que tengan polígonos intraurbanos recibirán mucho más apoyo. Esto tiene el objetivo de seguir facilitando, para los sectores de menores ingresos, el acceso a la vivienda en donde están la mayor concentración de servicios y también la mayor concentración del empleo.

Esta es una lógica que seguramente ustedes discutirán y de donde tendremos importantes ideas. En otras partes vive lejos de la ciudad, viven lejos de los suburbios en los barrios tradicionales, no los pobres, como está sucediendo en México, sino al contrario, los más ricos, quienes pueden tener un gasto mayor en transporte. En México nuestra lógica está siendo al revés los espacios para las personas de menores recursos, las casa de menor costo son las casas que quedan más lejos de los centros de empleo con el consecuente problema social como hemos podido observar.

Por otra parte, las instancias que se crean están reflejadas en las Reglas presentadas por la Secretaría, y que regirán a partir de 2014, pero hay otras instancias que se reactivan, por ejemplo, el Consejo Nacional de Vivienda, un organismo que tenía siete años sin sesionar y que nuevamente, en un plazo muy breve, estará actuando y dándose lugar en este Consejo a la Academia, los desarrolladores de vivienda, la industria de la construcción, y por supuesto el sector Gobierno y sus representaciones estatales.

Otro órgano fundamental es la creación del Consejo Consultivo de Desarrollo Urbano, el cual tendrá como responsabilidad principal la realización del Plan Nacional de Desarrollo Urbano, programa sectorial que deberá completarse antes del mes de diciembre; me da mucho gusto saludar a tres de sus distinguidos integrantes aquí presentes, en primer lugar a doña Sarita Toppelson, muchísimas gracias, Arquitecta; al Arquitecto Ordoñez y al Arquitecto Covarrubias, muchas gracias por acompañarnos esta mañana.

La tercera estrategia es el compromiso de la política de gobierno de reducir de manera responsable el rezago de vivienda. Por eso en este año se impulsarán más de un millón de acciones de lotificación, construcción, ampliación y mejora de hogares tanto en el campo como en las ciudades; de estas más de un millón de acciones, 500 mil serán nuevas edificaciones de vivienda. Aquí hay que anotar que el rezago habitacional a veces es entendido únicamente como una necesidad urbana, y no, el día de ayer se entregaron, dentro de la Cruzada contra el Hambre, vivienda a los habitantes dela comunidad Mártir de Cuilapan.

La Cruzada contra el Hambre marca 400 municipios que requieren de intervención inmediata, estos municipios son resultado del cruce de un déficit económico y un déficit alimentario, es decir, no solamente son pobres de bajos ingresos, sino que son pobres de bajo consumo calórico, proteínico, etcétera; es decir, no pueden comer bien. A estos están llegando no solamente las acciones de alimentación, sino las acciones de vivienda que mejoren el entorno y que permitan que estas personas renueven sus energías, sean más competitivas, y al mismo tiempo se presentan opciones de programas productivos.

Es la primera vez que se adopta una política integral de respuesta al fenómeno de pobreza. Ayer concurrió la Secretaría de Educación Pública que construye nueve escuelas más en Mártir de Cuilapan; concurrió la SEDESOL que tiene el Programa de Oportunidades, el programa de Atención a Zonas Prioritarias; la SAGARPA que otorga apoyos para el mejoramiento productivo; y la propia SEDATU tanto por el lado agrario, con el tema de apoyos a la producción de mujeres del sector rural, como por el lado urbano y de vivienda a través de las construcciones de FONHAPO.

Aquí hay que decir que ninguna de las construcciones de FONHAPO hoy tiene menos de 42 metros cuadrados, pero quiero aclarar que son 42 metros cuadrados más el espacio de la cocina, que en estas unidades rurales tiene que ir por fuera, dadas las costumbres de la comunidad que no cuenta con servicio de gas y muchas veces ni electricidad, y sigue cocinando con otro tipio de combustibles, generalmente leña. Entonces abarcar esta política va a significar para la Cruzada contra el Hambre a través de FONHAPO, el Fondo Nacional de Habitaciones Populares, más de 11 mil acciones de vivienda, de las cuales, poco más del 80 por ciento construcción de casas nuevas. El Gobierno concurre con el subsidio, el beneficiario debe apoyar con su mano de obra, y muchas veces el gobierno municipal o el del estado concurren con una cantidad adicional.

Es importante reflexionar, en espacios como este Foro, las dimensiones y los alcances que puede tener esta Política de Vivienda. La concurrencia o la aportación que efectivamente deben hacer los beneficiarios de estas acciones. Hay muchas interrogantes acerca de este tipo de programas que esperamos puedan ser reflexionados en el Foro.

Finalmente, la cuarta estrategia es lograr una vivienda digna para todos los mexicanos. Esta es una discusión que yo recuerdo con especial afecto, porque cuando estábamos planteando las necesidades de esta vivienda digna, los primeros datos que saltaban inmediatamente a la vista eran los de la violencia intrafamiliar, y penosamente, también los de abuso en el seno del hogar. Y la determinación del Presidente de la República fue “hay que tomar medidas prácticas e inmediatas”, y esa medida práctica fue que ninguna casa financiada por el Gobierno de la República tuviera menos de dos habitaciones.

Por supuesto de inmediato vino la pregunta de quién lo va a pagar, y recuerdo con mucho afecto la explicación que nos daba: “ninguno de nosotros se pondría un traje, un vestido o una camisa con una sola manga; porque el propósito de los trajes, de las camisas es cubrirnos y vernos bien; entonces por qué razón el Gobierno seguiría financiando micro casas, que no cumplen o no cubren el propósito que tienen de facilitar o brindar la oportunidad de una vida digna. Entonces no es un problema de costo, es un problema de objetivo”.

Afortunadamente la industria, y lo digo con mucho orgullo a nuestros amigos ganadores de premios aquí, el sector de la innovación, el sector de las nuevas tecnologías empezó a brindarnos respuestas. Hoy el FONHAPO está construyendo más de 10 mil casas con nuevas tecnologías de construcción, que hacen las casas un 25 por ciento más grandes; más frescas, con aislantes térmicos, mejor ubicación y materiales de mejor calidad, algunos de ellos micro cemento, acero, muchos materiales que son prácticos para industrializar, y que pueden ser una respuesta al nivel de producción y del volumen que requiere una institución como el FONHAPO; pero además son casas más baratas y son casas que ofrecen la oportunidad real de que el beneficiario participe en su construcción.

En el futuro, estas casas deben completar estrategias ecológicas, e incluso económicas, como por ejemplo que se otorga la casa, siempre y cuando esté ya instalado el huerto familiar; se otorga la casa, siempre y cuando haya un compromiso de construcción colateral al beneficio de dotar la casa. El propósito es, como les decía, vivienda digna. Tan solo este año se impulsan 320 mil acciones de mejoramiento, y en el campo se llevarán a cabo 148 mil acciones en materia de vivienda rural.

Con el impulso de esta nueva política de vivienda, la perspectiva es crear ciudades compactas, con mayor densidad de población, con mejor uso del suelo, de preferencia mixto; es decir irnos alejando de la idea de convertir reservas: reservas de pobres, reservas de personas en situación de bajos ingresos o situación de pobreza, sino combinar el uso de suelo; ciudades que estén basadas en el crecimiento vertical, pero que tampoco sea la única alternativa, dejando de lado ingeniosas soluciones que hemos visto a lo largo del país en esta materia.

Y por supuesto, la Secretaría y la Política de Vivienda también deben ser impulsoras de una infraestructura adecuada. Aquí la reflexión que nosotros le pedimos a todos ustedes es qué es primero, si la infraestructura o el desarrollo; sin duda una planeación adecuada nos permitirá no esperar a tener casas para construir la carretera, sino construir la carretera donde queremos que estén las casas, construir las opciones de infraestructura donde queremos que esté el desarrollo industrial, turístico o de vivienda. Esa es una planificación que solamente podrá llevarse a cabo con el concurso de las autoridades municipales, estatales y federales. Por eso, en materia de desarrollo urbano, estamos llevando a cabo a través de la subSecretaría, seguramente el Arq. Nieto les explicará con más detalles, convenios de desarrollo urbano con las noventa más importantes –son sesenta más las zonas conurbadas- del país.

¿Y por qué hacen convenios y no reformas legislativas? Porque en este momento lo imprescindible es acordar los límites, hasta dónde llegamos, cuántos metros construimos, qué entendemos por verticalidad, qué entendemos por vivienda social, qué apoyo real le damos a los desarrolladores, cuánto tiempo máximo debe tardar un trámite para construir un camino vecinal, para construir una calle, cuáles deben ser las dimensiones de todo esto. Todo esto está incluido en el desarrollo urbano, pero no necesariamente son obligaciones o facultades del Gobierno Federal, convenirlas es imprescindible, antes de plantearnos la posible reforma legislativa.

Sabemos que es fundamental rehabilitar, reutilizar el espacio urbano de la ciudad interior, dotándola de equipamiento accesible y de calidad para incrementar el bienestar de sus habitantes. Aquí hay que reflexionar cómo evitar el riesgo de que el repoblamiento de los centros históricos, el repoblamiento de los barrios tradicionales, se convierta en una espada de Damocles contra la sociedad que tiene menos ingresos; es decir, resultará muy loable la tentación de construir departamentos cerca de las zonas urbanas, pero nos representaría un problema si solamente se convierten en la “zona cara” de la ciudad; no se trata solamente de una rehabilitación física, se trata de una recuperación social de todos estos espacios.

Y cuando pensamos en lo intraurbano, no necesariamente estamos pensando en el centro histórico o en el perímetro inmediato al centro histórico, sino que estamos pensando en todas las zonas de las ciudades cercanas a los centros generadores de empleo. Pensamos que por eso, el capítulo de financiamiento público de la vivienda es determinante en el tema del desarrollo urbano. En general, el tema de financiamiento que ustedes discutirán aquí, es un tema determinante para el desarrollo urbano.

¿Cómo se transforma un ayuntamiento –todavía está por acá Aarón, pero el diputado lo sabe perfectamente, o el señor Secretario de Desarrollo Urbano del Estado de México- que le daba servicios a 40 mil personas, y de pronto recibe un desarrollo habitacional diseñado para 100 mil casas? Y la responsabilidad de seguir brindando servicios sigue siendo del ayuntamiento. Dirán ustedes, con razón, que el que autoriza el permiso es el mismo ayuntamiento; sí, pero la debilidad institucional del municipio frente al poder económico de 100 mil viviendas puede ser muy importante, porque esas viviendas lo primero que representan es una oportunidad de empleo para esos 40 mil habitantes, nuestra responsabilidad es encontrar la manera de que conviva esa oportunidad con las responsabilidades consecuentes para la autoridad.

Por el camino de fomento, de la revalorización de tierras, de la revisión completa de la legislación sobre la disposición del suelo de nuestro país, estaremos sin duda transitando a un verdadero desarrollo urbano. Estamos impulsando el ordenamiento de los asentamientos humanos, la planeación de los centros de población a través de la Comisión InterSecretaríal; privilegiaremos el uso de transporte público no motorizado, con lo que disminuirían, sin duda, nodos viales, emisión de dióxido de carbono, tantos males ambientales; pero también mejoraría notoriamente la convivencia ciudadana. Es muy fácil decirlo, la cuestión a dilucidar es cómo, con qué financiamiento, dónde y a través de qué mecanismos, esa es una de las riquezas que esperamos obtener de este Foro.

Queremos consolidar ciudades competitivas e inteligentes en la que los habitantes, en una vivienda digna, sustentable, comprometida con el entorno ambiental; una vivienda en la que estén al alcance los servicios, estén cerca los centros de trabajo; una vivienda que condicione efectivamente mejor forma de vida, mejor calidad de vida, esto es a lo que aspiramos.

Las ciudades del México al que aspiramos son esas, habrán de generar empleos, aumentar la calidad de vida, mejorar la economía familiar, fomentar la seguridad, impulsar el civismo, inspirar a la ciudadanía, y por supuesto son ciudades que atraerán muchísimas inversiones. En este contexto, nosotros concurrimos orgullosamente como co-organizadores de este Foro. Nuevamente le reitero mi agradecimiento al Senado de la República, a los señores senadores, a todas las comisiones del Senado que tienen que ver con nosotros, ya no está la senadora Ana Lilia Herrera, pero también está haciendo importantes esfuerzos en materia de desarrollo metropolitano, la concurrencia de obras que efectivamente sean obras para todos, solucionen problemas de metrópoli, no de uno de los integrantes de la metrópoli.

Uno de los ejemplos que solían ponerme era la discusión entre un Presidente municipal y otro que eran concurrentes de la zona metropolitana por una obra que el gobierno del estado estaba proponiendo; como este ejercicio iba a ser común, ambos rechazaron la obra, y el monto destinado para la obra se dividió en el alumbrado de dos iglesias, una para cada municipio. En esa lógica, nunca llegaríamos a un verdadero desarrollo metropolitano, es importante incluirlo dentro de nuestras discusiones, la propia comisión ya lo hace; y el tema general, que tiene que ver mucho más con nosotros del desarrollo urbano, desde el punto de vista de los asentamientos humanos, discusión ya convocada por el Presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano del Senado, y a la que por supuesto estaremos concurriendo y participando.

Estimados amigos, el régimen que encabeza el Presidente Peña apoya la realización de este Foro, buscando el talento joven, buscando la respuesta de la experiencia, buscando la respuesta de la imaginación al mismo tiempo que la respuesta de la vivencia. Por eso convocando al talento, convocando al debate, convocando a la reflexión, esperamos que la culminación sea un esfuerzo del que nos podamos sentir orgullosos todos los que estamos participando.

Nos ha tocado a nosotros acompañar al Senado en las tres regiones donde se han expresado ya diferentes opiniones; precisamente eso es lo que buscamos, la creación de consensos en esta materia es la única que puede llevarnos efectivamente a la reforma urbana que el país demanda. No puede ser ni con la acción pura de la decisión estatal que termine convirtiéndose en un autoritarismo inútil, en una ley no aplicada; como tampoco la decisión unilateral de las instancias cada una actuando por su lado, los ayuntamientos, los gobiernos estatales, la vivienda, la tierra, el Ejecutivo por su lado; tiene que ser un importante esfuerzo de consenso que preceda –o que suceda- al debate.

Por eso este debate quizá pudiera remontarse a las preguntas originales, ¿cómo queremos vivir?; ¿qué entendemos por calidad de vida?; ¿qué es para nosotros desarrollo pleno?; ¿dónde creemos que está la respuesta del desarrollo urbano?; ¿cómo creemos que debe darse el vínculo entre la comunidad?; ¿quiénes son esos individuos de los colectivos urbanos?; ¿cómo transitar, y esto nos regresa a las reglas originales, del interés particular, aún sea el interés de la autoridad, al interés colectivo?; ¿cómo hacer prevalecer el sentido de ciudad, de colectividad por encima del mero esfuerzo personal por salir adelante?

Por eso debemos regresar al punto original, que es como si fuera trazarnos la vida, para encontrar la mejor manera de conseguirlo, que estoy seguro es juntos. Nuevamente mi gratitud al Senado, y estoy absolutamente seguro de que encontrando la lógica de una ética común, encontraremos la lógica de un desarrollo urbano ordenado, que nos permita tener mejores ciudades y por supuesto un mejor país.

Muchas gracias.