DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

México, D.F., 17 de octubre de 2013.

 

Gracias. Realmente, hace, qué fue, hace como mes y medio que mi amigo Foncerrada me visitó a la Secretaría para proponerme esta participación, la verdad es que fue muy padre ponernos de acuerdo un poco en la integración del panel, inclusive, Mario, quisimos invitar a tus referencias bibliográficas, a Pisano, pero no se dejó, de Harvard, porque me parece que el tema del día de hoy es un tema fundamental para el futuro no sólo de Norteamérica, sino para el futuro de México.

Yo creo que la exposición de Mario, y las reflexiones que hace Dan se complementan perfectamente. Dan entra en un campo que es fundamental, que es el campo público-privado, y la importancia de cómo distribuir los riesgos apropiadamente.

Primero, antes de entrar en detalle, felicitar a, por lo que se celebra hoy, que son los 50 años de un Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, que sin duda ha sido pilar para los debates y las discusiones en la política pública, sobre todo en materia económica en México. Yo quiero felicitar al Consejo Coordinador Empresarial y sin duda a quien hoy celebran 50 años, por este gran esfuerzo que han hecho en México en el debate público y en la definición de ideas.

Particularmente mi amigo Foncerrada, que ha sido compañero en el sector público desde hace muchos años, ha transitado en el … de adentro hacia afuera, quién sabe si el futuro le depare regresar, pero lo que sí sabemos es que es un gran economista, y la experiencia pública que tiene en su vida curricular lo hacen ser mucho mejor director de este Centro, porque conoce al sector público desde sus entrañas, conoce cómo se estructuran las decisiones y conoce cómo se diseñan las políticas públicas, y eso lo hace ser obviamente un director de Centro muy, muy eficiente.

Con esa felicitación me gustaría entrar directamente al tema. La primera pregunta que nos hace nuestro director es: ¿hay un resurgimiento de manufactura en Norteamérica, hay una revolución industrial en Norteamérica? Yo creo que la respuesta, sin duda, es: sí, sí la hay. Y los factores que la definen han sido comentados aquí por Mario y por Dan, y sin duda el primer factor es la innovación. Cuando Mario cita a Pisano, justamente en su libro más famoso es ¿Why América needs a manufacturing renaissance? Renacimiento manufacturero.

La verdad es que justamente inicia su análisis con una analogía que indirectamente hace referencia Dan, sin referirse a ella, que es los common eran, hagan de cuenta ustedes que era terreno común ejidal en Inglaterra donde los agricultores tenían sus parcelas y llevaban a pastar a sus ovejas a un terreno de todos, y la importancia que tenía ese terreno de todos, de que se mantuviera bien, de que hubiera buena hierba, para alimentar bien, pero el problema es que es una propiedad colectiva, y cuáles son los incentivos para poder hacer que una propiedad colectiva se mejore. Y de ahí parte a los commons en el sector industrial, y todo su concepto de por qué Estados Unidos perdió el liderazgo desde el punto de vista de innovación y de manufactura durante un tiempo importante.

Y ese liderazgo lo pierden porque justamente Mario hacía referencia a los desplazamientos industriales y de manufactura, decir, pues que el trabajo sucio lo hagan en Asia, aquí sólo nos vamos a dedicar al valor agregado de la mente; y en ese proceso se les olvidó que los procesos industriales en sí mismos están compuestos en un 30 por ciento de servicios y sobre todo de servicios que tienen que ver con el mejoramiento de procesos.

Y al extirpar de la economía americana el corazón de la manufactura, lo que terminaron haciendo es que los procesos de innovación asociados con ese desarrollo se fueron a Asia, así es que Taiwán, Corea y China tienen hoy el liderazgo en el desarrollo, por ejemplo, de baterías de litio, por qué, porque sacaron de Estados Unidos muchas cosas; sacaron la producción de celdas solares generando también una migración de la investigación en materia de energía alternativa solar a otras partes del mundo.

Esto se retoma, en este proceso con la nueva política industrial de la administración Obama, y trata de replantearse justamente ese esquema. Pero dentro de esto, el debate, y es muy interesante el planteamiento de Dan, porque lo que nos dice es: hay una responsabilidad fundamental en el liderazgo de la política pública y del gobierno, para poder determinar aquellos terrenos del bien común en el desarrollo de la innovación que pueden beneficiar a todos los sectores justamente del sector privado.

Y ahí aterrizamos a algo que escuchamos mucho en los discursos y que obviamente se confirma con el sentido del análisis más profundo que escuchamos de Mario y de Dan, hoy, que es la triple hélice, la importancia de que las universidades, los gobiernos y los empresarios estén justamente coordinados para el desarrollo de estos procesos.

Uno de los campus que más ha tenido éxito a nivel nacional, los campos famosos de tecnología en México, ha sido el PIIT de Monterrey –no es porque yo sea de Monterrey- pero ha sido un campo que ha tenido un gran éxito con la localización, primero, de los grandes laboratorios, de las universidades, pero luego de los centros de investigación de las empresas. Es bien interesante ver cómo en un contexto de cien hectáreas ahora está lo que antes se llamaba Conductores Monterrey, y le pide la Universidad de Nuevo León … que le haga algunas pruebas de resistencias, ahí mismo, caminando cruza el campus de tecnología para poder hacer pruebas de procesos, y ahí mismo están algunos laboratorios públicos, o sea, esa sinergia, esa sinergia es fundamental, pero al contestar la pregunta ¿por qué se da el resurgimiento de la manufactura?, yo diría que aquí hubo un tema que agregó Dan que seguramente Mario lo tiene en el inventario mental pero que no lo hizo explícito, que es la parte de la integración comercial global, que es otro elemento muy interesante que se está dando.

El primero es, sin duda, innovación, y la cercanía de las fuentes de innovación al desarrollo de la manufactura; y la segunda es sin duda el tema de la energía, que nos está dando a la región de América del Norte un posicionamiento tremendo; por qué, porque simple y sencillamente mientras en China se pagan 14 dólares por btu de gas, y en Europa se pagan 17 dólares, en América del Norte se está pagando 3.6 dólares, así es que la ventaja comparativa en procesos productivos todavía más pesados, en términos, por ejemplo, de aceros especializados para la industria automotriz o la industria aeronáutica, pues obviamente van a dar una ventaja comparativa tremenda y fundamental en este proceso.

A eso le agregamos los procesos de integración comercial en el mundo, porque el mundo ahora en el comercio internacional, no estamos evaluando, traíamos una teoría totalmente errónea, que las importaciones eran malas y las exportaciones eran buenas, como un dato de fe, bueno, hoy en día obviamente lo que ha pasado en el mundo es que ya los países no compiten necesariamente en productos finales, compiten por su intervención en cadenas de valor, y en las cadenas de valor es donde está justamente la competencia global para poder establecer un valor agregado más profundo en nuestra economía nacional y en ese caso obviamente cuando ustedes analizan, por ejemplo, en la comparación México-China, por darles un ejemplo, por ejemplo, las exportaciones que van de México a Estados Unidos tienen un contenido de valor nacional aproximado del 30 por ciento; las que van de China a Estados Unidos tienen un contenido del 46 por ciento; para Brasil, Canadá y Japón lo que exportamos tiene un contenido aproximadamente del 37; mientras que China lo que les manda .. país tiene un contenido del 60, o sea, vemos que obviamente la lucha por la integración y por agregar valor es fundamental en la competencia global.

Y en ese sentido, el tema de los tratados comerciales y la manera como los realizamos es fundamental. México en América Latina, por ejemplo, se ha convertido en la potencia manufacturera latinoamericana. México exporta o exportó, por ejemplo, el año pasado, más de 300 mil millones de dólares en manufacturas, 48 por ciento más que el resto de Latinoamérica junto, desde el punto de vista de exportaciones.

Es más, en promedio desde el 2009 estamos exportando más manufacturas que Canadá, alrededor de un 20 por ciento, en promedio, o sea, estamos concentrando obviamente una ventaja específica en el sector, y no sólo desde el punto de vista de valor, sino la estamos concentrando también en complejidad.

Recientemente una revista de Harvard posiciona a México dentro de las 20 economías del mundo con mayor nivel de complejidad en sus procesos manufactureros. Entonces, aquí estamos frente a un modelo donde la innovación, la ventaja energética y la integración inteligente a la globalidad nos dan sin duda una estrategia muy clara a seguir para la integración futura.

Aquí, antes de contestar la otra pregunta que nos hace, y hay una que me hace específicamente, nos pregunta que si es nada más en América del Norte. No, o sea, obviamente el ejemplo de 4.0 de Alemania que nos dio Mario pues es un ejemplo claro que el mundo está en esa orientación. Pero, sin embargo, América del Norte tiene una ventaja comparativa muchísimo más radicalizada que el resto del mundo, por el acceso a energía barata.

Y la siguiente pregunta que me hacen ya específicamente a mí, sabemos en México que así es. Y la segunda, ¿México puede integrarse? es cuestión nada más de leer y de documentarse para saber que así es. Pero la pregunta más importante es si nos podemos integrar. Y la respuesta es muy clara. La respuesta está en los mismos instrumentos que hemos definido. Yo diría de atrás para adelante, el de integración, sin duda, la definición que ha dado el Presidente de México de la continuidad de la política del libre comercio y de la integración global ha sido contundente, y seguimos obviamente en un proceso de integración a las economías emergentes que más rápidamente están creciendo en el mundo.

Primer objetivo: lograr una mejor integración en América del Norte, con Canadá y con Estados Unidos, porque hace 20 años firmamos un Tratado que justamente nos ha dado un grado de comercio impresionante, la estadística que tratabas tú de recordar, Mario, es un millón de dólares por minuto de comercio bilateral entre México y Estados Unidos, por ejemplo, en este caso. Pero lo importante es cómo ese Tratado que firmamos hace 20 años se traduce en una alianza comercial, en una alianza productiva, y eso está fundamentado en el hecho, y es realmente impresionante: de cada dólar que le manda China a Estados Unidos sólo tiene un contenido de valor de cuatro centavos de contenido americano. Cada dólar que le mandamos nosotros a Estados Unidos tiene 40 centavos de contenido de Estados Unidos. ¿Qué nos está diciendo esto? Que las cadenas productivas están íntimamente ya asociadas, y la responsabilidad que tenemos en la relación México, Estados Unidos y Canadá, cómo hacemos que América del Norte se reposicione competitivamente frente a otras regiones en el mundo.

Y en este sentido, temas como la facilitación del comercio, es uno de los principales puntos en la renegociación de Doha en la OMC, cómo podemos hacer fronteras más eficientes, cómo podemos hacer infraestructura y conectividad logística, cómo podemos aprovechar el que México está justamente en el centro entre el Atlántico y el Pacífico, y en la conexión de América del Norte y América Latina, cómo podemos en este proceso eficientar los procesos de movimientos de mercancías en un mundo que se define por cadenas globales de valor.

El segundo punto fundamental, igual de atrás para adelante, es la reforma energética. Es vital. Si México no procesa la reforma energética no tenemos futuro manufacturero, o sea, Estados Unidos y Canadá ya hicieron la tarea necesaria a través del desarrollo tecnológico para aprovechar justamente cuáles son los elementos necesarios en, sobre todo manufactura pesada que viene terminando finalmente de integrarse en todo tipo de manufacturas, y si México se rezaga y no eficientiza su acceso a energía abundante y energía competitiva estamos fuera del juego, no hay viabilidad para el país, o sea, es imposible que en este contexto tengamos abundancia de gas Shell y los últimos dos años hemos tenido que racionarlo porque, primero, no hicimos la infraestructura adecuada, para poder aprovechar al menos el que se encontró en el Sur de Texas, y segundo, porque las reservas que tenemos abundantes en el Norte de México no las hemos podido sacar porque Pemex tiene inversión que donde más le da rendimiento es en pesados, en petróleo crudo y ya no le queda dinero para invertir en la extracción de gas. La reforma energética es básica.

Y finalmente, innovación. Innovación es el punto clave dentro de esta carrera, y aquí claramente la apuesta está dada no sólo en el discurso sino en los hechos presupuestales. El presupuesto en ciencia y desarrollo y tecnología ha aumentado el año pasado en el presupuesto 2013 en 28 por ciento; este año está propuesto para aumentar en un 16 por ciento, y estamos tratando de pasar del congelado 0.4 por ciento del PIB que ha caracterizado a este país en los últimos años, a tratar de llegar, mínimo, en el año 2018 a uno por ciento del PIB, con incrementos que en el 2013 representaron casi 10 mil millones de pesos, y en el 2014 representarán 13 mil 500 millones de pesos adicionales a lo que ya se venía aplicando en estos temas.

Así es que la respuesta es sí hay un resurgimiento de la manufactura, y sin duda México tiene que integrarse a ese resurgimiento, en una alianza estratégica con América del Norte, para poder estar en la punta de esto.

Déjenme nada más concluir, haciendo una defensa histórica de un buen amigo, Jaime Serra, a quien todo mundo le achaca el famoso dicho que “la mejor política industrial es la que no hay”. Yo creo que hay que ubicar el contexto en que Jaime Serra hizo esa expresión; Jaime Serra, ya estoy como “lo que él quiso decir”, así como el vocero del Presidente Fox, yo creo que Jaime Serra lo decía, en un contexto de que la política industrial hoy no debe de ser un regreso a lo que hacíamos en los setentas, de un proteccionismo tonto que no nos llevaba a nada y que sólo hacía improductivo a un país e ineficiente.

O sea, yo creo que sí hay una política industrial, consistente con la apertura, con la integración global, consistente, sin duda, con la generación de las sinergias de los diferentes actores de una sociedad en materia de estos temas que hemos hablado: innovación, energía, la integración global … Gracias.