IRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

México, D.F., 22 de abril de 2014.

 

Qué tal, buenos días tengan todos ustedes. Primero, quiero agradecerle a Emilio Lozoya la invitación a estar esta mañana en la Inauguración de este Foro Pemex. Gracias por este gran esfuerzo. Acabamos de recorrer el Pabellón, sin duda esto es impresionante, la presencia institucional y la presencia empresarial, mostrando los talentos y las capacidades que este país tiene en el sector energía.

Saludo a Enrique Ochoa, director de CFE; saludo a la Subsecretaria Lourdes Melgar, y sin duda a Fernando Navarrete, representante de los trabajadores de Pemex, y agradeciéndole a Carlos Murrieta la inauguración, la organización para este proceso, muchas gracias por todo el trabajo puesto en esto.

Sin duda, aquí están reunidos contratistas, clientes, representantes de cámaras industriales, expositores, también están los servidores públicos que durante muchos años han puesto su esfuerzo, su trabajo, su dedicación y su empeño al engrandecimiento de esta empresa mexicana Pemex.

Saludo con respeto a todos los servidores públicos de Petróleos Mexicanos que nos acompañan el día de hoy.

El nombre del Foro “Nos estamos transformando”, seguramente se está reflejando no sólo el objetivo mismo de la empresa, sino en su propia denominación está representando la aspiración de un país.

México está en un momento, en una coyuntura de transformación, una transformación que está tratando de ser encauzada a través de reformas que nos tomaron más de 20 años procesar y que hoy en el Legislativo nacional están tomando su versión de legislación secundaria una vez habiendo transitado el gran reto de la transformación en materia de las reformas constitucionales necesarias realizadas ya en el periodo legislativo pasado.

Para el Presidente Peña quedaba claro desde el inicio de su mandato que el objetivo y el esfuerzo de esta administración era usar apropiada e inteligentemente su capital político para transformar a México. Y es una transformación que tiene como visión no las próximas elecciones sino justamente el desarrollo y el futuro de las próximas generaciones de mexicanos que se deben de construir a partir del compromiso que todos tengamos por la transformación de esta gran nación.

En el sector energía, sin duda, el compromiso de la Secretaría de Economía con el sector energético y con las dos grandes empresas nacionales es patente. Le agradezco públicamente la colaboración y la buena coordinación que hemos tenido hasta este momento.

El primer reto que enfrentamos juntos, lo recordarán en transición, fue darnos cuenta que en el 2012 parecía increíble que le estábamos pidiendo a las empresas nacionales frenar su producción y posponer sus programas de inversión porque había escasez de gas en la región centro-occidente de México. Eso era impensable, eso era insostenible. Ese fue el primer reto que enfrentamos juntos el sector energía y el sector economía.

Y conjuntamente diseñamos un programa de corto plazo para no tener que decirle no a las empresas mexicanas en el abasto de gas y para solucionar en el mediano plazo a través de los gasoductos inmediatos las interconexiones necesarias en la proveeduría nacional.

Y afortunadamente gracias al esfuerzo de Pemex y de CFE en el brevísimo plazo tendremos ya las venas necesarias en esta corriente sanguínea que es el gas para la vitalidad de la nación, para no tener que volver a frenar la expansión y la planeación nacional precisamente por falta, justamente, de infraestructura necesaria para su desarrollo.

Pero eso fue un esfuerzo que tuvimos que desarrollar sobre la coyuntura. Lo más interesante es lo que conjuntamente estamos desarrollando para el mediano y para el largo plazo.

En primer lugar, darnos cuenta que al ser socios integrales de América del Norte, este país no se podía dar el lujo de dar este siguiente paso en el siglo XXI sin poder seguir los pasos en América del Norte hacia la autosuficiencia energética con Estados Unidos y Canadá.

Sabemos, por estimaciones realistas, que Estados Unidos para el 2020 estará exportando petróleo al resto del mundo. Y estimaciones confirman que para el 2050 los Estados Unidos podría estar superando las exportaciones de Arabia Saudita. En ese contexto, México no se podía quedar atrás y teníamos que garantizar, a través de la reforma energética, nuestro acompañamiento a nuestros principales socios en América del Norte.

En ese sentido, este primer paso no sólo nos lleva al reto de acompañarnos conjuntamente para desarrollar los talentos y las capacidades productivas nacionales.

Esta oportunidad no la podemos desperdiciar. Es para darnos cuenta que la reforma energética en la transformación del sector energía mexicano debe ir acompañado del desarrollo de los talentos y las capacidades productivas del sector empresarial mexicano.

Los tratados de libre comercio que hemos firmado con el mundo no nos impiden de manera inteligente poder aprovechar la proveeduría nacional de forma sumamente eficaz para poder desarrollar justamente a la industria nacional. En eso estamos trabajando juntos y se verá reflejado en la reforma secundaria del sector energía.

Pero más importante que eso, no sólo es la inversión adicional que el sector privado realizará en la economía mexicana a través de esta reforma, sino lo más importante es que el acceso a energía competitiva, electricidad, gas y petróleo nos pone en sintonía con lo que hoy se llama “ el renacimiento de la manufactura” en América del Norte.

Son tres pilares los que harán de América del Norte, la potencia manufacturera global para fines del siglo XXI, y uno de esos tres pilares es justamente el acceso a energía competitiva y eficiente.

Gracias a la reforma estamos siendo totalmente evaluados de forma positiva por los principales inversionistas en el mundo, para relocalizar procesos productivos en América del Norte. Un peso invertido en México, en Estados Unidos o en Canadá es un peso invertido para el futuro de las cadenas de valor en esta gran región en el mundo.

Un segundo elemento de colaboración, de fondo y de coordinación que estamos estableciendo entre el sector energía y el sector economía nacional es que por primera vez tenemos un incremento real para desarrollar la región sur-sureste de México. Uno de los grandes dilemas del desarrollo mexicano en los últimos años ha sido que la incorporación a la globalidad ha beneficiado al norte, centro-occidente de México, pero ha dejado rezagado a una parte importante del territorio nacional.

En ese contexto, la reforma representa, sin duda, la primera oportunidad para que estados en el sur-sureste de la República Mexicana se incorporen a la cadena global de desarrollo que tiene México, a través justamente de la liberalización de la inversión en el sector energía.

Las oportunidades en los estados de Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, sin duda se verán reflejadas en nuevos flujos de inversión en esta zona del país. No sólo para la extracción de recursos energéticos, sino también para las industrias complementarias que sin duda localizarán sus centros de operación en el sur-sureste mexicano.

Así es que por primera vez tendremos un instrumento que nos permita conjuntamente diseñar el futuro del desarrollo nacional de manera integral, de manera justa y de manera equitativa, dándole a los estados que tienen la riqueza energética de México una verdadera oportunidad hacia el futuro.

Así es que con esto y con el trabajo que hoy hacemos conjuntamente con CFE y con Pemex, en favor de las pequeñas y medianas industrias de México, creo que podemos tener una política de desarrollo industrial con un fuerte apoyo en el sector energético para los próximos años en este país.

Muchísimas gracias por su interés. Muchísimas gracias por su apoyo. Y la Secretaría de Economía a través de sus instrumentos como el Fondo Nacional del Emprendedor, seguiremos participando de manera cercana al sector energía de este país.

Muchísimas gracias y que tengan ustedes una buena participación en este Foro.