Además, permite tener regulaciones claras, de fácil cumplimiento, que impongan los mínimos costos a los actores económicos, que promuevan la competencia, la innovación y la participación social, para tener más y mejores productos y servicios, más y mejores empleos y un mejor nivel de vida.

La correcta regulación es esencial para el eficaz funcionamiento de las naciones, ya que protege los derechos ciudadanos, al mismo tiempo que establece obligaciones y genera condiciones de desarrollo de los mercados, teniendo como uno de los principales beneficios la generación de servicios y productos de calidad al público.

A través de la regulación se establecen las reglas del juego para todos los agentes involucrados en el ambiente de negocios: ciudadanos, empresas y gobierno.

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