Como consecuencia de la ampliación del impuesto especial a las bebidas azucaradas, los mexicanos dejaron de consumir 4.2 litros de este tipo de bebidas durante el 2014, revela el estudio realizado por especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Universidad de Carolina del Norte.

En conferencia de prensa, el titular del INSP, Mauricio Hernández, dio a conocer que las compras de líquidos gravados disminuyeron en promedio seis por ciento, y en diciembre de ese año registraron una reducción de 12 puntos porcentuales.

De acuerdo con el estudio, el impuesto reportó el mayor impacto en los hogares de bajo nivel socioeconómico, con un decremento promedio de nueve por ciento en las compras de bebidas azucaradas durante 2014, descenso que alcanzó el 17 por ciento en diciembre.

Contrariamente, informó, las compras de bebidas no gravadas aumentaron en promedio cuatro por ciento, debido principalmente a un aumento en la adquisición de agua embotellada. “Esto sugiere que los consumidores están sustituyendo bebidas azucaradas por bebidas saludables”.

Acompañado por los doctores y Salud del INSP, Tonatiuh Barrientos Gutiérrez, director del área de Salud Reproductiva del Centro de Investigación en Salud Poblacional del INSP, y Arantxa Colchero Aragonés, coautora del estudio e investigadora del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del INSP, Mauricio Hernández señaló que este análisis se realizó a un año de entrar en vigor el impuesto especial en enero de 2014.

Subrayó que los resultados del análisis del comportamiento de las compras de bebidas azucaradas en México, fue publicado en el British Medical Journal, del Reino Unido, una de las más prestigiadas revistas en el ámbito de la salud en el mundo.

Se trata del primer estudio integral revisado por pares que analiza los efectos inmediatos del nuevo impuesto a bebidas azucaradas en México.

Precisó que los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Universidad de Carolina del Norte (University of North Carolina’s Gillings School of Global Public Health and the UNC Carolina Population Center) estudiaron los cambios en las compras de bebidas en los hogares durante 2014 al compararlos con lo que se esperaba de no haber sido establecido el impuesto (basado en las tendencias previas a la implementación del gravamen entre 2012 y 2013).

El estudio fue financiado, principalmente, por el apoyo de largo plazo de Bloomberg Philanthropies al INSP y a la Universidad de Carolina del Norte, junto con financiamiento complementario de la Fundación Robert Wood Johnson.

Mauricio Hernández dijo que los resultados iniciales del impuesto en México representan una promesa de éxito para medidas similares promulgadas en algunas partes de Estados Unidos y alrededor del mundo.

El doctor Tonatiuh Barrientos Gutiérrez, director del área de Salud Reproductiva del Centro de Investigación en Salud Poblacional del INSP, presentó los resultados preliminares del estudio realizado en conjunto con la Universidad de Michigan, sobre el impacto a la salud de esta disminución de bebidas azucaradas.

Para sobrepeso y obesidad en la población general adulta, se esperaría una reducción de 183 mil casos de obesidad, 114 mil de sobrepeso, lo que se traduciría en un incremento de 297 mil personas en un nivel normal de peso corporal.

En el caso de la diabetes, se calcula que en el 2030 en nuestro país habrá 17 millones de personas con esta enfermedad. Sin embargo, con la implementación del impuesto se esperan 16.6 millones de casos. Es decir, indicó, una reducción de 400 mil casos de diabetes diagnosticados.

Cabe señalar que la prevalencia de obesidad y sobrepeso en adultos es de 71.3 por ciento, y 30 por ciento en los niños, además, nueve de cada 100 adultos mexicanos tienen diabetes, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012.

El sobrepeso y la obesidad han ocasionado un importante incremento en la prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión y el cáncer. En el año 2013, las principales causas de muerte fueron las enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Los mexicanos consumen, en promedio, 163 litros de bebidas azucaradas al año. Entre 1989 y 2006 el consumo de refrescos per cápita aumentó en 60 por ciento.

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